Experts foreseen a reduction of 30% of rainfalls within next 10 years

Fri, 16/03/2007

Mediterráneo

Las consecuencias del efecto invernadero y de otros factores de la acción humana sobre el entorno provocarán cambios climáticos a medio plazo en la provincia. Así lo estiman desde organismos como el Centro de Estudios del Mediterráneo (CEAM), cuyo máximo responsable, Millán Millán, augura que "en 10 años el nivel de precipitaciones de Castellón y, en general del litoral mediterráneo, rozará los límites de la desertificación".
Las conclusiones de esta previsión, pero a nivel nacional, ya fueron planteadas ante la Comisión Europea a finales de los años 90, donde se plasmaban los efectos del cambio climático a escala regional. Además de una elevación generalizada de las temperaturas, "lo más preocupante que planteaba dicho informe es que en pocos años no quedará nada de agua", dijo Millán.
MENOS TORMENTAS En este sentido, el responsable del área de estudios del Centro Nacional del Meteorología, Ángel Ribera, ratificó que "en Castellón se ha producido en 50 años una merma de las precipitaciones".
Según Millán Millán, progresivamente "se pasará de una media de 450 litros por metro cuadrado a 350 litros de media --un 30% menos--, que es más indicativa de áreas del norte de África".
Desde este departamento de investigación se atribuye esta tendencia tanto a las consecuencias del efecto invernadero como a la desaparición de muchas marjales y zonas húmedas por la presión urbanística. "Las tormentas de verano, para caer en las montañas de Castellón necesitan 14 gramos por kilo de humedad que proviene del mar y otro tanto que aportaban las marjales y las zonas de riego, que han desaparecido, este componente de las precipitaciones supone unos 100 litros/metro".
Este proceso de merma de precipitaciones --además de provocar que las masas de nubes descarguen al norte de los Alpes y haya inundaciones anuales en centroeuropa-- incrementa la salinidad del Mediterráneo.
Desde el CEAM detallaron que el mayor grado de salinidad marina, además de los efectos nocivos sobre la vida acuática, modifica las corrientes entre el Mediterráneo y el Atlántico, lo que causa "una merma de lluvia en Portugal, Galicia, Asturias...".
Millán, que forma parte del órgano de estudio de la Comisión Europea para el Cambio Climático, aseguró "que se puede evitar esta tendencia con reforestaciones masivas y recuperación de marjales, pero para eso hace falta, además de dinero, agua, y cada vez es más escasa y se hace más difícil", lamentó Millán.