Uno de los puntos que mejor ejemplifica el problema de los vertidos a los cauces se encuentra en pleno Paraje Natural de Marismas del Odiel, en Huelva.
Allí terminan las aguas residuales del municipio de Aljaraque (12.000 habitantes). Este pueblo ha sufrido uno de los mayores crecimientos urbanísticos de la zona en los últimos años. Y a éste pertenecen enclaves como Bellavista o Corrales, que lindan con el espacio protegido.
Ecologistas en Acción lleva años denunciando una situación que consideran insostenible. También han protagonizado operaciones de concienciación, como el taponamiento de alguna de estas cañerías que vierten a la vista del público día y noche sus aguas contaminantes.
Son estampas así las que la Junta se esfuerza en hacer desaparecer. De hecho, las obras de canalización de los residuos para transportarlos hasta una nueva depuradora en Punta Umbría ya están en marcha. Pero para la asociación ecologista la solución se ha retrasado mucho en el tiempo.
'Una vez que la Junta ha asumido las competencias en materia de aguas, uno de nuestros mayores intereses es que los ayuntamientos dispongan ya de las adecuadas infraestructuras para la depuración de las aguas. Con ello queremos evitar la degradación de ese espacio protegido como es Marismas del Odiel', afirma Juan Carlos Camas, director general de la Cuenca Atlántica Andaluza.