Two thirds of the Ebro basin, at dry or very dry situation

Tue, 13/02/2007

Heraldo de Aragón

El 62% de la cuenca del Ebro, casi dos tercios de su territorio, se encuentra en situación "seca" o "muy seca", porcentaje que en Aragón es incluso superior. Tal y como puede apreciarse en el mapa hidrológico contiguo, tan sólo una parte de la provincia de Zaragoza -el eje del Ebro- alcanza los valores calificados como "húmedos" por los técnicos de la Confederación.

Este preocupante panorama habrá mejorado tras las lluvias caídas en las últimas horas, precipitaciones que dejaron bastante agua en la mitad norte la región y que en las cabeceras de los ríos Aragón y Gállego acumularon hasta 70 litros por metro cuadrado. Sin embargo, fuentes de la CHE manifestaron ayer que la situación sigue siendo preocupante, ya que las reservas de nieve se mantienen bajo mínimos tanto en los Pirineos como en el embalse del Ebro -el que abastece a los regadíos y los núcleos del eje-.

"Las altas temperaturas de los últimos días han hecho que en algunas zonas ya haya comenzado el deshielo, por lo que seguro que la semana que viene vuelve a notarse un descenso en las reservas nivales", señalaron las mismas fuentes. No obstante, el organismo de cuenca recordó que esta misma semana se espera que pasen otros dos frentes húmedos y que todavía hay que esperar a ver cómo se comportan las lluvias durante la primavera.

El Centro Meteorológico Territorial (CMT) de Aragón, La Rioja y Navarra confirmó que mañana miércoles y a partir del viernes volverá a llover. No obstante, las temperaturas actuales hacen difícil prever nevadas por debajo de los 2.000 metros de altitud.

Poca agua y poca nieve

La situación a día de hoy es que, después de un mes de septiembre extraordinariamente húmedo que dejó un 150% más de agua que lo habitual, desde el pasado 1 de octubre en Aragón ha llovido la mitad de lo que debería haber llovido. Según los datos de la Oficina del Regante de la DGA, el año hidrológico 2006-2007 se salda en la actualidad con un déficit hídrico del 51%.

La consecuencia directa de esa escasez de agua se refleja en el mapa hidrológico que elabora periódicamente la Confederación, y que muestra que el 26% de la cuenca está "muy seco" y que otro 35,7% se encuentra "seco".

En Aragón, las subcuencas más castigadas son las del Gállego y el Jiloca. En el extremo opuesto está el eje del Ebro, pero todas las demás zonas de la Comunidad se mantienen como "secas". Ayer, las mayores precipitaciones se recogieron precisamente en la cabecera del Gállego y la del Aragón, con hasta 70 litros por metro cuadrado. No obstante, los chubascos de 20, 30 o 40 litros fueron generalizados en toda la mitad norte de la región.

Desgraciadamente, la altas temperaturas impidieron que ese frente húmedo se tradujera en nevadas. Según el cálculo semanal que elabora la CHE, actualmente las reservas nivales del Pirineo rondan los 580 hectómetros cúbicos, 100 más que hace siete días pero la mitad que en 2006 por estas mismas fechas (1.200 hectómetros) y casi un tercio de lo que marca la media de los cuatro últimos años (1.600).

Más de 20 grados

"Este último frente y el que llegará a partir del viernes habrían sido muy buenos para las estaciones de esquí y para las montañas en general si hubieran llegado acompañados de bajas temperaturas -señaló Rafael Requena, meteorólogo del CMT-. Como no ha sido así, las nevadas sólo han llegado a las cumbres".

Según este experto, los elevados registros alcanzados por los termómetros en los últimos días no son anormales. "En febrero suele haber días de calor, aunque es verdad que el domingo se alcanzaron valores poco habituales y que este invierno apenas hemos tenido dos o tres semanas de frío", indicó.

En Zaragoza (20)y en otros puntos de la Comunidad como Alcañiz (20,6), Alcolea de Cinca (20,1), Calanda (20,4) o Híjar (20,6) los termómetros llegaron e incluso superaron los 20 grados. Sin embargo, esos valores aún quedan lejos de los 22,5 grados registrados en la capital aragonesa el 29 de febrero de 1960 o los 23,8 medidos en Teruel el 28 de febrero de 1990.