Second of the 6 storm retentin ponds for Madrid, into operation
Wed, 07/02/2007
El segundo de los seis estanques de tormentas que tendrá Madrid para evitar que las aguas de lluvia contaminadas por su paso por las calles lleguen sin tratar al río Manzanares comenzó a funcionar hoy al sur de la ciudad, en las inmediaciones de la estación depuradora de La China.
Un estanque de tormentas es un depósito que recibe caudal de la red de colectores de la ciudad y que, aún en caso de una fuerte lluvia, es capaz de almacenarlo sin que rebose hasta que las depuradoras tengan capacidad para tratar ese agua.
Las nuevas instalaciones, que hoy inauguró el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, tienen el tamaño suficiente para reducir en un 35 por ciento los vertidos directos por lluvias al río y retener en la primera hora de precipitación, que es la más contaminante porque recoge la mayor parte de la suciedad depositada en las calles, el 95 por ciento del aguacero.
De hecho, con una capacidad de 136.430 metros cúbicos y sus con 270 metros de colectores y 68 compuertas, es el mayor estanque de tormentas de toda España de los proyectados para evitar la contaminación de un cauce fluvial por vertidos directos, aunque en Barcelona existe uno mayor dedicado a otra función: evitar inundaciones.
Esta infraestructura, construida entre junio de 2004 y el pasado mes de octubre y que lleva en pruebas desde entonces, ha costado 24,3 millones de euros, financiados en un 80 por ciento con fondos de la Unión Europea.
Ruiz-Gallardón se mostró tan seguro de los beneficios de esta inversión que aseguró que se notarán en toda la cuenca del Tajo, más allá de los límites del municipio y de la región: en Toledo e incluso en Lisboa.
En Madrid existe desde hace un año y medio un estanque de tormentas al norte de la ciudad, el denominado de Pozuelo, y en los próximos meses entrarán en funcionamiento otros tres a lo largo del Manzanares a su paso por el casco urbano: el de Valdemarín al norte y los de Abroñigales y Butarque al sur.
El mayor de todos los previstos, el de Arroyofresno, que se construye junto al Club de Campo, también al norte del tramo urbano del río, podría ser inaugurado a finales de 2007 o a principios de 2008.
Este de La China vierte las aguas que recoge a la estación depuradora del mismo nombre, que el Ayuntamiento planea desmantelar, y a las de la Gavia y Sur, que en ese momento tratarán todo su caudal.
Cuando estén en funcionamiento dentro de un año los seis estanques de tormentas principales y los 21 "tributarios" de esos, de menor tamaño, el agua del Manzanares alcanzará la calidad que se denomina "de baño", lo que no significa que el Ayuntamiento piense en autorizar su uso para ese fin.
El alcalde manifestó en una breve intervención que todas estas actuaciones, incluidas en el Plan de Infraestructuras para la Mejora de la Calidad de las Aguas del Río Manzanares, lograrán "transformar el Manzanares para convertirlo en un río lleno de vida".
Ese plan, dotado con cerca de 500 millones de euros, más de lo invertido en políticas de saneamiento en Madrid durante los últimos 30 años, según destacó el alcalde, incluye también la creación de una red de 34 kilómetros de grandes colectores, algunos de ellos de 7 metros de diámetro y perforados mediante tuneladoras que antes trabajaron en la construcción del Metro.
En la inauguración, el alcalde aprovechó para recordar el objetivo de su Gobierno de reducir el consumo de agua en la ciudad en un 12 por ciento en un plazo de cinco años, para lo que el Ayuntamiento ha adoptado medidas coyunturales, tendentes a regular el abastecimiento de agua en una situación de escasez generalizada en toda España, y estructurales.
Entre estas mencionó el Plan Municipal para la Gestión de la Demanda del Agua aprobado en 2005 y a la Ordenanza de Gestión y Uso Eficiente del Agua de mayo de 2006.
Junto a estas iniciativas, Madrid ha desarrollado diversos proyectos que mejoran el aprovechamiento del agua, como el Plan de Reutilización de Aguas Residuales, puesto en marcha en 2001 y que permitirá la creación de una red subterránea de 108 kilómetros para abastecer a toda la ciudad de agua reciclada, o el de uso de los pozos de aguas freáticas de la red de Metro.
Sólo con estas infraestructuras hidráulicas Madrid ahorrará cada año 26 hectómetros de agua con los que regar 3.500 hectáreas de zonas verdes y baldear otras 4.240 de calzadas y aceras.
Un estanque de tormentas es un depósito que recibe caudal de la red de colectores de la ciudad y que, aún en caso de una fuerte lluvia, es capaz de almacenarlo sin que rebose hasta que las depuradoras tengan capacidad para tratar ese agua.
Las nuevas instalaciones, que hoy inauguró el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, tienen el tamaño suficiente para reducir en un 35 por ciento los vertidos directos por lluvias al río y retener en la primera hora de precipitación, que es la más contaminante porque recoge la mayor parte de la suciedad depositada en las calles, el 95 por ciento del aguacero.
De hecho, con una capacidad de 136.430 metros cúbicos y sus con 270 metros de colectores y 68 compuertas, es el mayor estanque de tormentas de toda España de los proyectados para evitar la contaminación de un cauce fluvial por vertidos directos, aunque en Barcelona existe uno mayor dedicado a otra función: evitar inundaciones.
Esta infraestructura, construida entre junio de 2004 y el pasado mes de octubre y que lleva en pruebas desde entonces, ha costado 24,3 millones de euros, financiados en un 80 por ciento con fondos de la Unión Europea.
Ruiz-Gallardón se mostró tan seguro de los beneficios de esta inversión que aseguró que se notarán en toda la cuenca del Tajo, más allá de los límites del municipio y de la región: en Toledo e incluso en Lisboa.
En Madrid existe desde hace un año y medio un estanque de tormentas al norte de la ciudad, el denominado de Pozuelo, y en los próximos meses entrarán en funcionamiento otros tres a lo largo del Manzanares a su paso por el casco urbano: el de Valdemarín al norte y los de Abroñigales y Butarque al sur.
El mayor de todos los previstos, el de Arroyofresno, que se construye junto al Club de Campo, también al norte del tramo urbano del río, podría ser inaugurado a finales de 2007 o a principios de 2008.
Este de La China vierte las aguas que recoge a la estación depuradora del mismo nombre, que el Ayuntamiento planea desmantelar, y a las de la Gavia y Sur, que en ese momento tratarán todo su caudal.
Cuando estén en funcionamiento dentro de un año los seis estanques de tormentas principales y los 21 "tributarios" de esos, de menor tamaño, el agua del Manzanares alcanzará la calidad que se denomina "de baño", lo que no significa que el Ayuntamiento piense en autorizar su uso para ese fin.
El alcalde manifestó en una breve intervención que todas estas actuaciones, incluidas en el Plan de Infraestructuras para la Mejora de la Calidad de las Aguas del Río Manzanares, lograrán "transformar el Manzanares para convertirlo en un río lleno de vida".
Ese plan, dotado con cerca de 500 millones de euros, más de lo invertido en políticas de saneamiento en Madrid durante los últimos 30 años, según destacó el alcalde, incluye también la creación de una red de 34 kilómetros de grandes colectores, algunos de ellos de 7 metros de diámetro y perforados mediante tuneladoras que antes trabajaron en la construcción del Metro.
En la inauguración, el alcalde aprovechó para recordar el objetivo de su Gobierno de reducir el consumo de agua en la ciudad en un 12 por ciento en un plazo de cinco años, para lo que el Ayuntamiento ha adoptado medidas coyunturales, tendentes a regular el abastecimiento de agua en una situación de escasez generalizada en toda España, y estructurales.
Entre estas mencionó el Plan Municipal para la Gestión de la Demanda del Agua aprobado en 2005 y a la Ordenanza de Gestión y Uso Eficiente del Agua de mayo de 2006.
Junto a estas iniciativas, Madrid ha desarrollado diversos proyectos que mejoran el aprovechamiento del agua, como el Plan de Reutilización de Aguas Residuales, puesto en marcha en 2001 y que permitirá la creación de una red subterránea de 108 kilómetros para abastecer a toda la ciudad de agua reciclada, o el de uso de los pozos de aguas freáticas de la red de Metro.
Sólo con estas infraestructuras hidráulicas Madrid ahorrará cada año 26 hectómetros de agua con los que regar 3.500 hectáreas de zonas verdes y baldear otras 4.240 de calzadas y aceras.