Drought. Feragua says that New Water culture do not purpose actual solutions for Guadalquivir
Thu, 01/02/2007
(EUROPA PRESS) -
El secretario general de la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua), Pedro Parias, advirtió de que la llamada 'Nueva Cultura del Agua', contraria a la ejecución de nuevos embalses, "no propone soluciones reales a los problemas hídricos y es completamente ineficiente y ineficaz para la resolución de los problemas hidrológicos de Andalucía, más específicamente de la cuenca del Guadalquivir".
A su juicio, la situación de déficit hídrico de partida de dicha cuenca, cifrada por el Plan Especial de Sequía en más de 1.000 hectómetros cúbicos, "hace insuficiente una política hidráulica sustentada únicamente en los esfuerzos de modernización y ahorro, que sólo pueden mitigar en un diez por ciento el déficit hídrico de la cuenca".
En una nota, el secretario general de Feragua tildó la llamada 'Nueva Cultura del Agua' de "ecologismo fundamentalista de consumo fácil" y se mostró particularmente crítico con la "demonización" de los embalses, "que al parecer son los grandes culpables de los problemas medioambientales de nuestra sociedad".
Parias, que hoy interviene en unas jornadas organizadas por el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Andalucía, reconoció que Feragua comparte con la 'Nueva Cultura del Agua' "la necesidad de esos esfuerzos", pero lo consideran "únicamente complementarios de otras medidas necesarias para compensar el desequilibrio de la cuenca como los nuevos embalses o el control de la demanda".
Así, los más de 1.000 millones de euros de inversión en obras de modernización del regadío ya ejecutadas o en ejecución en el ámbito de la cuenca sobre una superficie de más de 200.000 hectáreas "significarán como máximo una disminución de la demanda de 200 hectómetros cúbicos".
Parias se preguntó "de dónde se saca el agua para compensar este desfase entre la capacidad de regulación y las necesidades de riego, incluso de un riego ya modernizado", tras lo que consideró "estrictamente necesario" aumentar la oferta de agua a través de las obras hidráulicas contempladas por el propio Plan Hidrológico de cuenca, que estimaba en 1995 un déficit hídrico en la cuenca de 500 hectómetros cúbicos, "cifra que hoy se ha superado doblemente".
En este sentido, apuntó la "incoherencia" de unos gobiernos "a veces obsesionados por defender el futuro de un río, pero incapaces de renunciar a la disponibilidad de energía y agua que viene dada por la explotación de los ríos".
A juicio de Pedro Parias, "lo verdaderamente insostenible no es la construcción de presas, sino lo que ha ocurrido en la cuenca del Guadalquivir en la última década, en la que mientras el volumen de regulación crecía sólo un 27 por ciento, de 1.850 a 2.361 hectómetros cúbicos, la superficie de riego, gracias a la tolerancia con los nuevos regadíos, ha crecido en más de un 60 por ciento, desde 440.000 a casi 710.000 hectáreas".
MENOS PARTICIPACIÓN
El secretario general de Feragua también se mostró muy crítico con la merma en la participación de los usuarios en la política hidráulica, y consideró que no es lógico que "los representantes de las comunidades de regantes que gestionan y usan más del 60 por ciento de los recursos hídricos en Andalucía, sólo dispongan de una representatividad del nueve por ciento en los órganos de planificación y consulta de la Agencia Andaluza del Agua".
A su juicio, la Agencia Andaluza del Agua "ha acertado al otorgar representación a otras organizaciones con un interés indirecto sobre el uso del agua, pero ha cometido un grave error al fomentar esa participación en detrimento de los usuarios directos, aquellos que tienen más capacidad de influir en la gestión, por volumen utilizado y afección territorial".
Asimismo, indicó que este nivel de representación que la nueva Administración hidráulica andaluza otorga a las comunidades de regantes "es contraria a la propia legislación básica del Estado tras la reciente modificación de la Ley de Aguas efectuada al objeto de trasponer la Directiva Marco de Aguas".
Por todo ello, Feragua solicitó a la administración hidráulica andaluza que "reconsidere la representatividad otorgada a éstas en los órganos de gobierno y planificación de sus cuencas" y pidió un cambio de rumbo en la actual política hidráulica, inspirada en la llamada 'Nueva Cultura del Agua', un "planteamiento ideológico contrario a la construcción de nuevos embalses" que los regantes valoraron como "contrario a las necesidades del regadío y del propio desarrollo sostenible, ya que sin garantía de agua para las actividades económicas el desarrollo es insostenible".
El secretario general de la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua), Pedro Parias, advirtió de que la llamada 'Nueva Cultura del Agua', contraria a la ejecución de nuevos embalses, "no propone soluciones reales a los problemas hídricos y es completamente ineficiente y ineficaz para la resolución de los problemas hidrológicos de Andalucía, más específicamente de la cuenca del Guadalquivir".
A su juicio, la situación de déficit hídrico de partida de dicha cuenca, cifrada por el Plan Especial de Sequía en más de 1.000 hectómetros cúbicos, "hace insuficiente una política hidráulica sustentada únicamente en los esfuerzos de modernización y ahorro, que sólo pueden mitigar en un diez por ciento el déficit hídrico de la cuenca".
En una nota, el secretario general de Feragua tildó la llamada 'Nueva Cultura del Agua' de "ecologismo fundamentalista de consumo fácil" y se mostró particularmente crítico con la "demonización" de los embalses, "que al parecer son los grandes culpables de los problemas medioambientales de nuestra sociedad".
Parias, que hoy interviene en unas jornadas organizadas por el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Andalucía, reconoció que Feragua comparte con la 'Nueva Cultura del Agua' "la necesidad de esos esfuerzos", pero lo consideran "únicamente complementarios de otras medidas necesarias para compensar el desequilibrio de la cuenca como los nuevos embalses o el control de la demanda".
Así, los más de 1.000 millones de euros de inversión en obras de modernización del regadío ya ejecutadas o en ejecución en el ámbito de la cuenca sobre una superficie de más de 200.000 hectáreas "significarán como máximo una disminución de la demanda de 200 hectómetros cúbicos".
Parias se preguntó "de dónde se saca el agua para compensar este desfase entre la capacidad de regulación y las necesidades de riego, incluso de un riego ya modernizado", tras lo que consideró "estrictamente necesario" aumentar la oferta de agua a través de las obras hidráulicas contempladas por el propio Plan Hidrológico de cuenca, que estimaba en 1995 un déficit hídrico en la cuenca de 500 hectómetros cúbicos, "cifra que hoy se ha superado doblemente".
En este sentido, apuntó la "incoherencia" de unos gobiernos "a veces obsesionados por defender el futuro de un río, pero incapaces de renunciar a la disponibilidad de energía y agua que viene dada por la explotación de los ríos".
A juicio de Pedro Parias, "lo verdaderamente insostenible no es la construcción de presas, sino lo que ha ocurrido en la cuenca del Guadalquivir en la última década, en la que mientras el volumen de regulación crecía sólo un 27 por ciento, de 1.850 a 2.361 hectómetros cúbicos, la superficie de riego, gracias a la tolerancia con los nuevos regadíos, ha crecido en más de un 60 por ciento, desde 440.000 a casi 710.000 hectáreas".
MENOS PARTICIPACIÓN
El secretario general de Feragua también se mostró muy crítico con la merma en la participación de los usuarios en la política hidráulica, y consideró que no es lógico que "los representantes de las comunidades de regantes que gestionan y usan más del 60 por ciento de los recursos hídricos en Andalucía, sólo dispongan de una representatividad del nueve por ciento en los órganos de planificación y consulta de la Agencia Andaluza del Agua".
A su juicio, la Agencia Andaluza del Agua "ha acertado al otorgar representación a otras organizaciones con un interés indirecto sobre el uso del agua, pero ha cometido un grave error al fomentar esa participación en detrimento de los usuarios directos, aquellos que tienen más capacidad de influir en la gestión, por volumen utilizado y afección territorial".
Asimismo, indicó que este nivel de representación que la nueva Administración hidráulica andaluza otorga a las comunidades de regantes "es contraria a la propia legislación básica del Estado tras la reciente modificación de la Ley de Aguas efectuada al objeto de trasponer la Directiva Marco de Aguas".
Por todo ello, Feragua solicitó a la administración hidráulica andaluza que "reconsidere la representatividad otorgada a éstas en los órganos de gobierno y planificación de sus cuencas" y pidió un cambio de rumbo en la actual política hidráulica, inspirada en la llamada 'Nueva Cultura del Agua', un "planteamiento ideológico contrario a la construcción de nuevos embalses" que los regantes valoraron como "contrario a las necesidades del regadío y del propio desarrollo sostenible, ya que sin garantía de agua para las actividades económicas el desarrollo es insostenible".