Monsoons: A phenomenon that guarantees crops.

Mon, 27/11/2006

El Periódico

Cada año llegan noticias de inundaciones en India, Bangladesh o China. Es el monzón de verano. Pero este fenómeno no debemos relacionarlo solo con catástrofes. El monzón es vida, garantía de nuevas cosechas. A partir de mayo, la tierra se calienta mucho y el aire se eleva, creando un vacío que es reemplazado por el viento del océano más fresco y mucho más húmedo.
Pero al norte de la India se encuentra la mayor cordillera del mundo. Las montañas ejercen de palanca y ayudan a que la masa de aire húmedo ascienda con más ímpetu. Las nubes adquieren unas dimensiones descomunales y provocan lluvias torrenciales un día y otro y otro más. La gente celebra con entusiasmo cada año la llegada del monzón ya que significa también la desaparición de un calor tórrido, insoportable. Si se retrasa este fenómeno, la gente está preocupada y mira hacia el horizonte a ver si hay algún síntoma que indique su proximidad.
Hacia el 25 de mayo llega al sur de la India y va progresando lentamente hacia el noroeste, hasta aterrizar en la zona más septentrional del país hacia el 15 de julio. En los meses que dura el monzón de verano, en algunas zonas pueden caer hasta 10.000 litros de lluvia. Barcelona registra 600 en un año.
En otoño cambia la situación. La tierra del interior del continente asiático se enfría, mientras que el océano continúa caliente. Entonces es la capa de aire del mar la que se eleva y es el viento fresco y seco del continente el que viaja desde tierra hasta el mar. Desaparecen las lluvias en septiembre por el norte y en diciembre por el sur.