Imperial canal is colonized by another invasive mollusc, the asian clam.
Tue, 21/11/2006
Las prospecciones realizadas recientemente en el Canal Imperial han detectado varios ejemplares de otro molusco invasor: la almeja asiática. Al igual que el mejillón cebra, se trata de un pequeño bivalvo que puede causar graves daños ambientales y económicos gracias a su enorme capacidad reproductora. No obstante, su expansión por el Ebro está siendo mucho más lenta, por lo que los expertos consultados coinciden en señalar que el impacto de esta especie alóctona será menor.
La almeja asiática (corbícula fluminea) es una especie invasora que ha colonizado masas de agua dulce en numerosos países de Europa y América. Procede del sudeste asiático, y en España habita en casi todos los grandes ríos: el Tajo, el Duero, el Guadalquivir, el Guadiana o el Miño -que está totalmente infestado-, entre otros. En el Ebro fue detectada por primera vez en 2002 en el embalse de Mequinenza. Dos años después, se encontraron numerosos ejemplares adultos en varias acequias de la localidad navarra de Peralta, y en 2005 aparecieron individuos sueltos en Tudela.
Según informó ayer el Departamento de Medio Ambiente, el corte del Canal Imperial ha permitido hallar almejas asiáticas en al menos un tramo: a la altura de Grisén. Al igual que sucede con el mejillón cebra, las larvas de los ejemplares adultos han bajado -y siguen bajando- libremente por el Ebro y por todos los cauces conectados a él en busca de un tramo en el que desarrollarse.
Sin embargo, mientras el mejillón coloniza los sustratos duros, la almeja asiática vive en zonas blandas, posada en limos y arenas. De hecho, los daños que provoca en las infraestructuras que están en contacto con el agua se producen por acumulación, no por adherencia.
Cuando esta nueva especie coloniza una zona, lo hace con densidades elevadísimas, pero no tan altas como las del mejillón -hasta 20.000 ejemplares por metro cuadrado-. Esa diferencia y la lenta evolución de la almeja asiática en el Ebro hacen que los expertos predigan un nivel de afección inferior al del molusco que ya ha invadido la mayor parte de la cuenca.
"De momento no ha proliferado mucho, pero habrá que ver su evolución y cómo convive con el mejillón cebra y con el resto de especies del río -explicaron los científicos consultados-. Aunque es probable que no haya tantos daños, esto no hace sino complicarlo todo aún más".
Rafael Araujo, experto en moluscos de agua dulce del Museo Nacional de Ciencias Naturales, insistió en que no se debe minimizar la importancia del nuevo hallazgo. "No es cuestión de comparar. Lo hay que pensar es que donde antes había una especie invasora ahora hay dos", indicó. El bivalvo es una amenaza para la margaritífera al competir con ella por el espacio y la comida.
Los vectores de propagación de la almeja asiática son similares a los del mejillón cebra, aunque el contagio a través de embarcaciones es más difícil porque se trata de una especie que no puede fijarse a los barcos. El agua de los acuarios, el lastre de las embarcaciones y el traslado de larvas a través de los peces son otras vías de expansión de un animal que además de afectar a tuberías o infraestructuras acuáticas desequilibra el ecosistema gracias a su gran capacidad de filtración.
La almeja asiática (corbícula fluminea) es una especie invasora que ha colonizado masas de agua dulce en numerosos países de Europa y América. Procede del sudeste asiático, y en España habita en casi todos los grandes ríos: el Tajo, el Duero, el Guadalquivir, el Guadiana o el Miño -que está totalmente infestado-, entre otros. En el Ebro fue detectada por primera vez en 2002 en el embalse de Mequinenza. Dos años después, se encontraron numerosos ejemplares adultos en varias acequias de la localidad navarra de Peralta, y en 2005 aparecieron individuos sueltos en Tudela.
Según informó ayer el Departamento de Medio Ambiente, el corte del Canal Imperial ha permitido hallar almejas asiáticas en al menos un tramo: a la altura de Grisén. Al igual que sucede con el mejillón cebra, las larvas de los ejemplares adultos han bajado -y siguen bajando- libremente por el Ebro y por todos los cauces conectados a él en busca de un tramo en el que desarrollarse.
Sin embargo, mientras el mejillón coloniza los sustratos duros, la almeja asiática vive en zonas blandas, posada en limos y arenas. De hecho, los daños que provoca en las infraestructuras que están en contacto con el agua se producen por acumulación, no por adherencia.
Cuando esta nueva especie coloniza una zona, lo hace con densidades elevadísimas, pero no tan altas como las del mejillón -hasta 20.000 ejemplares por metro cuadrado-. Esa diferencia y la lenta evolución de la almeja asiática en el Ebro hacen que los expertos predigan un nivel de afección inferior al del molusco que ya ha invadido la mayor parte de la cuenca.
"De momento no ha proliferado mucho, pero habrá que ver su evolución y cómo convive con el mejillón cebra y con el resto de especies del río -explicaron los científicos consultados-. Aunque es probable que no haya tantos daños, esto no hace sino complicarlo todo aún más".
Rafael Araujo, experto en moluscos de agua dulce del Museo Nacional de Ciencias Naturales, insistió en que no se debe minimizar la importancia del nuevo hallazgo. "No es cuestión de comparar. Lo hay que pensar es que donde antes había una especie invasora ahora hay dos", indicó. El bivalvo es una amenaza para la margaritífera al competir con ella por el espacio y la comida.
Los vectores de propagación de la almeja asiática son similares a los del mejillón cebra, aunque el contagio a través de embarcaciones es más difícil porque se trata de una especie que no puede fijarse a los barcos. El agua de los acuarios, el lastre de las embarcaciones y el traslado de larvas a través de los peces son otras vías de expansión de un animal que además de afectar a tuberías o infraestructuras acuáticas desequilibra el ecosistema gracias a su gran capacidad de filtración.