Climatic change will cause new pests and crop redistribution.

Mon, 20/11/2006

Diario de Tarragona

Las primeras imágenes que se asocian con el calentamiento global hacen referencia a glaciares que se derriten y grandes extensiones de terreno sin vegetación ni cultivo alguno. Sin lugar a dudas esas son imágenes, un poco lejanas, dan la impresión de unos cambios lentos y nada cercanos. El clima y su variabilidad afectan a toda la economía, pero el sector agrícola es aquel que tiene una mayor vulnerabilidad y por tanto aquel que primero hace hincapié a esos pequeños cambios. Los cultivos agrícolas están bien adaptados a las condiciones climáticas de una zona, de forma que son sensibles a la variabilidad y a los cambios en los valores medios de temperaturas. La alteración de los patrones climáticos está afectando y afectará la producción y la productividad agrícola. Los sistemas y periodos de crecimiento, las variedades de cultivo y las zonas de impacto son algunos de los factores que se modificaran en los próximos años. Las oscilaciones de temperaturas y precipitación están empezando a alterar los ciclos de cultivo, cada vez más largos. Pero no solo afectan la producción primaria de fibras y alimentos, sino que los cambios también repercuten en el resto de la cadena agroalimentaria, ya sea la distribución, el almacenaje o el consumo del producto final. Las deficiencias hídricas, la exposición a altas temperaturas y las importantes concentraciones de dióxido de carbono son algunos de los efectos directos. A pesar de ello los cultivos se verán alterados por la incidencia de unos cambios indirectos. Se trata de las poblaciones de parásitos, plagas y enfermedades; la disponibilidad de nutrientes en el suelo o la planificación agrícola, que determina el calendario de siembra y cosecha. Los cambios en los patrones de lluvias ya están incidiendo en la variación de las temporadas de siembra y cosechas. El inicio de la vendimia se ha avanzado unos diez días respeto hace unos años así como la cosecha de cereales, que cada año se anticipa un par de días respecto al anterior. Y es que los campesinos de la zona aún recuerdan cuando empezaban la cosecha coincidiendo con la verbena de San Juan y ese año empezaron la primera semana de junio. Como consecuencia de esos cambios en la productividad también se ve alterada la oferta de alimentos en los mercados y la disponibilidad de alimentos. Las nuevas formas de producción y la globalización del mercado permiten consumir las mismas frutas y verduras durante todo el año. Para conocer el impacto que el cambio climático ejercerá sobre la agricultura, ingenieros agrónomos de todo el mundo hace unos años que crean simulaciones de crecimiento de cultivos en escenarios futuristas. Estos permiten analizar el comportamiento del producto bajo diferentes marcos climáticos, obteniendo resultados sobre los efectos de variaciones de temperatura, precipitación y radiación solar. Una de las primeras observaciones hace referencia a una redistribución de las zonas agrícolas y de los cultivos. Debido al incremento de la temperatura, los cultivos necesitaran más agua y a falta de esa, algunas zonas tendrán que dejarse de cultivar. Esa redistribución de los cultivos, de forma leve, ya se puede apreciar en la actualidad. En Catalunya, las comarcas del Camp de Tarragona prácticamente han dejado de producir cereal. Las grandes plantaciones de trigo y cebada se concentran en las comarcas de Lleida o en el interior de la demarcación de Barcelona. La redistribución de las zonas agrícolas también se verá motivada por el conflicto por el uso del agua. La habilitación de sistemas de riego supondrá una alternativa a la inestabilidad de los períodos de lluvias. A pesar de ello, el riego se verá limitado debido al crecimiento del consumo doméstico. A nivel Europeo, los países del norte podrían conseguir una situación beneficiosa, ya que el aumento de las temperaturas haría el clima más benigno. Prueba de eso es que al sur de Inglaterra ya están empezando a plantar las primeras extensiones de viña. Según el Catedrático en geografía física de la Universidad de Barcelona y experto en cambio climático, Javier Martín Vide, estamos ante una situación dónde: «la acumulación de evidencias hacen que ya podemos hablar de una nueva etapa climática, por culpa de la acción del hombre». «Estamos ante una situación dónde incrementan los episodios extremos, los contrastes de sequía y lluvias torrenciales son constantes en nuestro país», añadió Martín Vide. Los agricultores de la demarcación coinciden en afirmar que se están produciendo, de forma lenta, las primeras alteraciones en la producción agrícola. No obstante, manifiestan que aún es temprano para atribuirlas al cambio climático. n n n
'Las variedades se mantienen según su adaptación'
¿El buen tiempo anticipa el calçot? Aún es temprano para afirmar que la cosecha del calçot se ha avanzado, ya que no tenemos datos de años atrás, pero sí que es verdad que el buen tiempo ha anticipado la producción. Ahora tenemos un calçot con una calidad muy buena desde octubre a Semana Santa. El resto de cosechas también se han adelantado, pero no sólo es fruto de una anticipación en la maduración sino que buscamos mayor calidad. Es el caso de la vendimia o la cosecha de las aceitunas. ¿Las variaciones climatológicas afectan a la agricultura? Estamos ante un período de inviernos muy fríos y veranos cálidos pero la gente también lo hacemos más grande de lo que realmente es. Hay cultivos que resisten más los cambios climatológicos mientras que otros se ven más perjudicados por las variaciones del clima. Poco a poco los cereales están desapareciendo del Camp y se trasladan al centro de Catalunya. Por el contrario, la variedad de especias se reduce en función de aquellas que se adaptan mejor . ¿Qué efectos ya se pueden observar? Hay más plagas de lo habitual. Si sales por el campo puedes observar que cada vez hay más variedades de pájaros, algunas de ellas no autóctonas, así como también de insectos. En Valls hace un par de veranos que somos víctimas de la mosca negra, también sentimos hablar del mosquito tigre y de otras variedades de mosquitos que dicen que vienen de África. Si esos insectos ya se están quedando aquí es porque encuentran un clima cálido. ¿Es pronto aún por hablar de cambio climático? Creo que sí, pero ya estamos viendo unas pequeñas transformaciones que nos sorprenden.
Necesidad de irrigación
El catedrático en geografía física de la Universitat de Barcelona y experto en cambio climático, Javier Martín Vide, pronunció una conferencia, el pasado viernes, sobre El cambio climático y los posibles efectos en la viña. Dicho acto tuvo lugar en la facultad d'Enologia de la Universitat Rovira i Virgili en el marco de la inauguración del nuevo curso. Martín Vide manifestó que el cultivo de la viña, en España, no peligra como consecuencia de las nuevas condiciones climáticas. «No obstante, un aumento de la insolación y de las temperaturas, junto con una menor disponibilidad de agua, obligará a cambiar algunas variedades menos adaptadas», señaló. La mayor frecuencia de olas de calor tendrá repercusiones en el sector vitivinícola y la elevación térmica conllevará una mayor acidez, un mayor contenido en azúcar y, por tanto, un mayor grado alcohólico. Por Martín Vide se tendrá que pensar con la irrigación como un factor determinante para garantir la producción en algunas zonas ya que la variabilidad climática incrementará la inseguridad anual de las cosechas. El experto también aseguró una mayor presencia de insectos.
'En el sur de Inglaterra están empezando a plantar viña'
El cambio climático anticipa el inicio de la vendimia... Hace cuatro años que estamos viendo como esa fecha se avanza un poco más. Antes, en la Conca empezábamos a recoger las uvas a mediados de septiembre y ahora a inicios de mes el fruto ya está maduro. A pesar de ello, no sabemos hasta qué punto este avance se puede atribuir al cambio climático. ¿A qué es debido? Los veranos son muy cálidos, así es que el fruto madura más temprano. Tanto la temperatura como la lluvia tienen un efecto directo sobre nuestro producto, pero es posible que estemos ante un ciclo que dentro de unos años variará de nuevo. A pesar de ello, parece que países con un clima muy distinto pueden producir vino ? Esa expansión la podemos atribuir básicamente a la globalización, pero sí que es verdad que en zonas como el sur de Inglaterra están empezando a cultivar viñas. Se trata de una región, hasta ahora, muy fría, que no permitía el cultivo de uvas, pero que debido al aumento de las temperaturas puede empezar a producir variedades de champán y vinos espumosos propios del otro lado del Canal de la Mancha. ¿Se introducen nuevas variedades en función del clima? En nuestro sector, la introducción de nuevas variedades viene determinada en función de la demanda del mercado. ¿Las altas temperaturas y la escasez de lluvias pueden afectar a la calidad del producto final? De momento no, pero aún es temprano por hacer este tipo de apreciaciones. ¿La implantación de un sistema de riego podría solucionar los problemas de falta de lluvia? El 90 por ciento de la viña de Catalunya es de secano. A pesar de ello, la escasez de agua nos ha llevado a la discusión de introducir un sistema de riego. Éste nos permitiría temperar la viña y corregir el tema de la maduración, pero antes de plantearnos eso tenemos que ver si habrá suficiente agua en la comarca. Y sino ? Tendremos que plantar las cepas a más altura por conseguir las mismas temperaturas.
'Cada vez hablaremos de más plagas'
¿Podemos afirmar que la agricultura es víctima del cambio climático? El hecho de encontrarnos ante un período con temperaturas calientes en otoño y veranos muy cálidos es relativamente normal. El avance de la vendimia no sólo es fruto de una maduración más precoz sino que el agricultor también busca la calidad óptima del producto. Sin lugar a dudas, no sólo hemos de pensar en un cambio climático sino que también somos víctimas de un cambio atmosférico. ¿Y qué efectos tiene sobre la agricultura? Cada vez hablaremos de más plagas de insectos que afectarán a los cultivos así como también seremos testimonios de la aparición de nuevas variedades y, finalmente, podemos hablar de una desaparición de los productos autóctonos. ¿Qué relación tienen los insectos con el clima? Durante los últimos años ha crecido el uso de abonos para forzar la producción. Con el incremento de temperaturas, las plagas que nos están afectando no se podrán combatir tan fácilmente. ¿Y la desaparición de variedades autóctonas? Estamos ante una estandarización de los productos donde sólo sobreviven aquellas variedades más productivas. Por el contrario, tendremos que ver si podremos empezar a cultivar productos que resistan inviernos suaves y veranos muy cálidos. Hace unos años, los cítricos llegaban al Coll de Balaguer. Ahora las plantaciones del sur van subiendo y a lo mejor, con el incremento de temperaturas, el Camp también podrá tener explotaciones de naranjos, plátanos o piñas tropicales mientras que el avellano desaparecería. ¿Ha empezado ya este cambio? Seríamos audaces si atribuyéramos la situación actual al cambio climático. Los efectos que ese nos producirá se tienen que ver en un futuro, no en un pasado, y basándonos en estadísticas, no en sensaciones. Sin lugar a dudas si continuamos explotando los recursos de esta forma estamos ante la crónica de una muerte anunciada.