A toxic spillage in the river paralyses the water plant in Abrera
Thu, 12/10/2006
Un vertido industrial tóxico incontrolado en el río Llobregat obligó ayer a paralizar el funcionamiento de la planta potabilizadora de aguas de Abrera (que gestiona la empresa pública Aigües Ter-Llobregat, dependiente del Departament de Medi Ambient). Desde esta planta se proporciona agua potable a buena parte del área de Barcelona, incluido el Baix Llobregat, el Vallès y el área Garraf-Maresme.
La plantas de aguas de Abrera debió de dejar de funcionar sobre las nueve de la mañana (tras el aviso dado por la empresa Aigües de Terrassa) ante el riesgo de que la contaminación pudiera entrar en la planta y amenazara el proceso de potabilización. Fuentes del Departament de Medi Ambient afirmaron que el vertido fue detectado a tiempo, que el agua contaminada no entró en Abrera y que el suceso no afectó al servicio de abastecimiento. Episodios de paralización del funcionamiento de una planta potabilizadora por la contaminación del Llobregat o a causa de la llegada de agua excesivamente turbia se han dado en otras ocasiones también en la potabilizadora de Sant Joan Despí (Agbar).
Aunque inicialmente se pensó que los vertidos eran residuos de hidrocarburos, los técnicos informaron de que el contaminante podrían ser aceites industriales -en una cantidad no concretada-, aunque se está a la espera de conocer el resultado de los análisis de las muestras recogidas. El origen parece ser un desagüe en un canal de Olesa.
Para hacer frente a la mancha de aceite, se colocaron barreras absorbentes en puntos de Martorell destinadas a parar el avance de la contaminación y para absorber los residuos. De la misma manera, se instalaron barreras del mismo tipo en las entradas del punto de captación de aguas de la empresa Aigües Ter-Llobregat para garantizar que, en cuanto se reanudel el funcionamiento de la planta, no exista el riesgo de que entren restos del aceite. Los municipios afectadas por la contaminación del Llobregat (Martorell, Olesa, Castellbisbal y Abrera) fueron avisados. La paralización de la planta de Abrera demuestra de nuevo que el suministro de agua en Barcelona, pese a las inversiones que se están realizando, resulta enormente vulnerable dados los vertidos incontrolados en el río que persisten.
Mientras, el conseller de Medi Ambient, Francesc Baltasar, inauguró diversas mejoras para garantizar el abastecimiento en la región metropolitana que suponen una inversión de 92,5 millones de euros. Las actuaciones incluyen las obras de la arteria desde la planta del Ter hasta la estación distribuidora de la Trinitat y otras mejoras en la canalización hasta los depósitos de Granollers y el abastecimiento de Vallromanes, Montmeló y Montornés.
La plantas de aguas de Abrera debió de dejar de funcionar sobre las nueve de la mañana (tras el aviso dado por la empresa Aigües de Terrassa) ante el riesgo de que la contaminación pudiera entrar en la planta y amenazara el proceso de potabilización. Fuentes del Departament de Medi Ambient afirmaron que el vertido fue detectado a tiempo, que el agua contaminada no entró en Abrera y que el suceso no afectó al servicio de abastecimiento. Episodios de paralización del funcionamiento de una planta potabilizadora por la contaminación del Llobregat o a causa de la llegada de agua excesivamente turbia se han dado en otras ocasiones también en la potabilizadora de Sant Joan Despí (Agbar).
Aunque inicialmente se pensó que los vertidos eran residuos de hidrocarburos, los técnicos informaron de que el contaminante podrían ser aceites industriales -en una cantidad no concretada-, aunque se está a la espera de conocer el resultado de los análisis de las muestras recogidas. El origen parece ser un desagüe en un canal de Olesa.
Para hacer frente a la mancha de aceite, se colocaron barreras absorbentes en puntos de Martorell destinadas a parar el avance de la contaminación y para absorber los residuos. De la misma manera, se instalaron barreras del mismo tipo en las entradas del punto de captación de aguas de la empresa Aigües Ter-Llobregat para garantizar que, en cuanto se reanudel el funcionamiento de la planta, no exista el riesgo de que entren restos del aceite. Los municipios afectadas por la contaminación del Llobregat (Martorell, Olesa, Castellbisbal y Abrera) fueron avisados. La paralización de la planta de Abrera demuestra de nuevo que el suministro de agua en Barcelona, pese a las inversiones que se están realizando, resulta enormente vulnerable dados los vertidos incontrolados en el río que persisten.
Mientras, el conseller de Medi Ambient, Francesc Baltasar, inauguró diversas mejoras para garantizar el abastecimiento en la región metropolitana que suponen una inversión de 92,5 millones de euros. Las actuaciones incluyen las obras de la arteria desde la planta del Ter hasta la estación distribuidora de la Trinitat y otras mejoras en la canalización hasta los depósitos de Granollers y el abastecimiento de Vallromanes, Montmeló y Montornés.