The biggest dam in the world could become an aseptic pit

Wed, 27/09/2006

EFE

Una montaña de basura subirá a la par que el río Yangtsé cuando sus aguas se eleven 21 metros a mediados de octubre y alcancen los 156, un nuevo hito de la faraónica y polémica presa de las Tres Gargantas, la más grande del mundo.
Hace tan sólo una semana que comenzó la segunda y más importante etapa del proyecto, durante la cual el agua ascenderá, desde los 135 metros actuales, a una media de cinco metros al día con un volumen descargado de entre 8.000 y 10.000 metros cúbicos por segundo.
Cuando el nivel esté en los 156 metros, la capacidad de producción energética de la mayor presa del mundo será de 7.850 millones de kilovatios por hora y el agua almacenada llegará a 11.000 millones de metros cúbicos.
Sin embargo, a las mareantes cifras se añade "un imprevisto", dicen las autoridades, que los ecologistas sin embargo llevaban tiempo advirtiendo: la elevación también de 200.000 metros cúbicos de residuos acumulados en la corriente.
La versión oficial dice que la sequía de los últimos meses ha impedido la "auto-limpieza" del río, aunque, según puede comprobar cualquiera que se acerque a la zona, la ya de por sí turbia corriente está infestada de basura de las ciudades e industrias ribereñas.
"Este problema no debería sorprender a nadie, y menos a las autoridades de la presa. El que pronto será fondo de la reserva eran antes viviendas, fábricas y ciudades", señaló a Efe Patricia Adams de la ONG ecologista canadiense "Three Gorges Probe".
A su juicio, en su "precipitación" por completar la faraónica obra, las autoridades han hecho un trabajo de limpieza "totalmente inadecuado".
"Incluso con un esfuerzo hercúleo de limpieza, muchos materiales peligrosos permanecerán y la presa será una gran fosa séptica", añadió.
Por el momento, la municipalidad de Chongqing, donde nacen las Tres Gargantas, anunció que en las tareas de limpieza destinará 575.000 dólares (453.000 euros), 600 trabajadores, 208 botes y 58 vehículos de motor.
"Si toda esta basura no se limpia, será arrastrada a la presa, contaminará el medio ambiente y amenazará la navegación", apuntó Tang Jiali, subdirector de la Oficina Medioambiental de Chongqing, según la agencia estatal Xinhua.
Además de los residuos, la subida de las aguas tendrá también otras consecuencias, como el aumento de los terremotos en la zona.
Aunque las autoridades aseguran que no serán peligrosos y que instalarán un detector, los riesgos para los habitantes de las riberas del Yangtsé son innegables.
Orgullo del Gobierno chino, el proyecto hidráulico, que comenzó a construirse en 1993 y costará oficialmente 21.700 millones de dólares (18.000 millones de euros), está dejando en su evolución un sinfín de problemas que han llevado a muchos, incluso, a cuestionar su construcción.
La mayoría de los expertos consultados por Efe en un congreso hidrológico mundial celebrado hace unos días en Pekín consideraron que, antes de emprender este tipo de gigantescos embalses, es necesario efectuar sesudas evaluaciones sobre su impacto social y medioambiental, algo de lo que adolece las Tres Gargantas.
Entre sus problemas humanos más destacados, la reubicación de más de un millón de personas que, según han denunciado grupos activistas nacionales y extranjeros, no están recibiendo las indemnizaciones adecuadas.
El brutal apaleamiento de un activista chino tras conceder una entrevista a la televisión alemana, en la que denunciaba este fenómeno, formará parte, sin duda, de la leyenda negra de la presa.
Sea como fuere, el proyecto sigue siendo alabado por la prensa oficial que se congratuló, por ejemplo, de la llegada del turista un millón el pasado 23 de septiembre, de los al menos 1,3 que se esperan este año.
Y es que a 8 dólares la entrada, la presa, de la que sólo se puede visitar una pequeña parte, se ha convertido también en una buena fuente de ingresos para el país asiático.
Ubicada en el tercer río más largo del mundo, el Yangtsé, la presa de las Tres Gargantas, que ha desplazado a la de Itaipu, en Brasil, como la más grande del mundo, estará finalizada un año antes de lo previsto: en 2008 y a punto para demostrar en los Juegos Olímpicos de Pekín el poderío de China.