Drought decimates in Mequinenza the zebra mussels pest

Fri, 08/09/2006

El Periódico de Aragón

La dura sequía que por segundo año consecutivo sufre el Ebro ha tenido un efecto ambientalmente positivo: ha diezmado los prolíficos asentamientos de mejillón cebra que estaban colonizando el pantano de Mequinenza, la última barrera que dificultaba su expansión hasta la cabecera de la cuenca.
La colonia de moluscos ha sido fuertemente castigada por el histórico descenso del nivel del pantano, que ha dejado secas cientos de hectáreas de sus laderas, en las que se había instalado esta especie invasora. Fuentes de la empresa eléctrica Endesa, que explota el embalse, confirmaron que ha quedado eliminada "la mayor parte de la colonia", según han podido constatar los biólogos de la propia compañía. Si bien rechazaron dar por totalmente erradicada la presencia de este animal en el pantano, sí indicaron que su existencia ha sufrido una fuerte reducción que la ha dejado bajo minimos.

Una vez superada la barrera de Mequinenza, cuya presa está a 130 kilómetros de Zaragoza, la colonización del tramo medio del Ebro era cuestión de tiempo. De poco. Los primeros ejemplares fueron localizados en el embalse de Flix en agosto del 2001. En solo cinco años ha invadido ese pantano y los dos siguientes, Ribarroja y Mequinenza, tras superar sus presas. Dos factores iban a ralentizar su expansión: la mayor dificultad que entraña remontar la corriente --el río es un embalse continuo desde Chiprana a Flix-- y la necesidad de adaptarse a un agua progresivamente más fría. También descenderá la presencia de nutrientes a su alcande una vez salga del embalse, que presenta un alto grado de eutrofización --proceso químico causado por la acumulación de sustancias orgánicas y que provoca la proliferación de ciertas algas--.
Técnicos ambientales de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) están efectuando un estudio sobre la evolución del mejillón cebra en Mequinenza. Este verano han tomado muestras, clasificadas por cotas de altitud, para compararlas con las obtenidas el año pasado, en la que el embalse alcanzó una de las alturas más bajas de su historia. Este año, la lámina ha caído más todavía, aunque sin llegar al récord de vacío. Sin embargo, todavía no disponen de datos definitivos.
Saturnino Barbé, responsable de Ecologistas en Acción en el Bajo Cinca, se mostró pesimista sobre la evolución de la plaga y alertó de las dificultades que entrañará su erradicación por la intensa y celérica capacidad de reproducción que ofrece el molusco. "Si quedan unas pocas larvas, podrán volver a colonizar el pantano. Poco a poco, terminará colonizando toda la cuenca del Ebro", dijo.