Some drillings have been started in Murcia over a subterranean dam that can accumulate as far as 1.000 cubic hectometers
Thu, 07/09/2006
La necesidad aprieta. El mayor embalse subterráneo de la cuenca del Segura, con una reserva estimada de unos 1.000 hectómetros cúbicos y que se extiende desde Murcia hasta Orihuela, se ha convertido por fuerza en el principal balón de oxígeno del río Segura y de los regadíos de una parte de la Vega Baja.
La Comisaría de Aguas de la Confederación Hidrográfica ha abierto hasta ahora 40 sondeos para extraer una media de 10 hectómetros cúbicos mensuales, el equivalente a lo que consume una población de 100.000 habitantes durante un año. En este caso, los volúmenes extraidos no son para abastecimientos, sino para fortalecer el mortecino caudal ecológico del río Segura y para llenar las principales acequias con las que riegan los huertanos tradicionales.
A diferencia de lo que ocurrió en la anterior sequía de 1993, la Comisaría de Agua ha tomado precauciones para evitar que el descenso del nivel freático dañe los cimientos y las estructruras de los edificios de Murcia. La Confederación Hidrográfica no quiere que se repita lo que ocurrió entonces a causa de la apertura masiva de pozos de emergencia que hizo disminuir hasta once metros el nivel freático y perjudicó numerosos inmuebles. En esta ocasión se han colocado piezómetros (miden la presión de los fluidos) por todo el casco urbano, tal y como acordó la Junta de Gobierno de la Confederación al autorizar las nuevas perforaciones.
La principal cautela, no obstante, es que el agua se está extrayendo a partir de los 50 metros de profundidad, con el fin de no tocar la capa de nivel freático, según explicó ayer el geólogo de la Confederación Hidrográfica, Francisco Turrión. Los sondeos están llegando hasta los 300 metros de profundidad, atravesando todas las capas del acuífero. De esta forma, los filtros van extrayendo el agua de las zonas de grava en las que se encuentra el agua.
Según Turrión, no se trata de un acuífero convencional. El agua no está almacenada en grandes bolsas, sino entre las capas de grava del subsuelo. Se extiende sobre una superficie de 1.020 kilómetros cuadrados -entre Murcia y Orihuela- y forma una especie de bañera que está aislada de la influencia del mar gracias a la Sierra de Carrascoy, por lo que no se producen drenajes. El acuífero se ha ido recargado a lo largo de muchos años con las filtraciones del río Segura. Esto hace que el agua tenga una calidad «bastante aceptable», según el geólogo; con una salinidad media de 1,6 gramos por litro (a partir de los 2,7 gramos por litro no se podría regar).
La Comisaría de Aguas de la Confederación Hidrográfica ha abierto hasta ahora 40 sondeos para extraer una media de 10 hectómetros cúbicos mensuales, el equivalente a lo que consume una población de 100.000 habitantes durante un año. En este caso, los volúmenes extraidos no son para abastecimientos, sino para fortalecer el mortecino caudal ecológico del río Segura y para llenar las principales acequias con las que riegan los huertanos tradicionales.
A diferencia de lo que ocurrió en la anterior sequía de 1993, la Comisaría de Agua ha tomado precauciones para evitar que el descenso del nivel freático dañe los cimientos y las estructruras de los edificios de Murcia. La Confederación Hidrográfica no quiere que se repita lo que ocurrió entonces a causa de la apertura masiva de pozos de emergencia que hizo disminuir hasta once metros el nivel freático y perjudicó numerosos inmuebles. En esta ocasión se han colocado piezómetros (miden la presión de los fluidos) por todo el casco urbano, tal y como acordó la Junta de Gobierno de la Confederación al autorizar las nuevas perforaciones.
La principal cautela, no obstante, es que el agua se está extrayendo a partir de los 50 metros de profundidad, con el fin de no tocar la capa de nivel freático, según explicó ayer el geólogo de la Confederación Hidrográfica, Francisco Turrión. Los sondeos están llegando hasta los 300 metros de profundidad, atravesando todas las capas del acuífero. De esta forma, los filtros van extrayendo el agua de las zonas de grava en las que se encuentra el agua.
Según Turrión, no se trata de un acuífero convencional. El agua no está almacenada en grandes bolsas, sino entre las capas de grava del subsuelo. Se extiende sobre una superficie de 1.020 kilómetros cuadrados -entre Murcia y Orihuela- y forma una especie de bañera que está aislada de la influencia del mar gracias a la Sierra de Carrascoy, por lo que no se producen drenajes. El acuífero se ha ido recargado a lo largo de muchos años con las filtraciones del río Segura. Esto hace que el agua tenga una calidad «bastante aceptable», según el geólogo; con una salinidad media de 1,6 gramos por litro (a partir de los 2,7 gramos por litro no se podría regar).