The Autonomy creates new rates to finance water prices

Mon, 04/09/2006

Cinco Días

Ante la segura subida del precio del agua, algunas autonomías como Cataluña, País Vasco o Murcia han adoptado impuestos que se adelanten a lo que impone la Directiva Marco del Agua, que estará vigente en 2010.
Abrir un grifo va a ser más y más caro en España. Y no sólo porque el nivel de agua embalsada será cada vez más insuficiente para las crecientes demandas, sino también porque Bruselas exige que se pague por el preciado líquido lo que realmente cuesta conseguirlo. Algo que no sucede en España. Así lo establece la Directiva Marco del Agua que deberá estar transpuesta en 2010.
La normativa europea establece dos premisas: la unificación del precio del agua para toda la Unión Europea y la recuperación de costes; es decir, que el precio del agua se repercuta de forma directa en los usuarios y no en la administración, como ocurre en la actualidad. El precio medio del metro cúbico (1.000 litros) de agua para abastecimiento urbano en España es de 0,96 euros, una cifra lejana de lo que pagan ciudadanos de otros países de nuestro entorno como Francia (3,46 euros), Gran Bretaña (3,11 euros) o Finlandia (3,07). Esto significará, según las previsiones de la Agencia Catalana del Agua, que el recibo del agua podría multiplicarse por tres en los próximos diez años. Al bajo precio se une el hecho de que las administraciones no están dispuestas a seguir pagando los costes de las obras (compras de agua para zonas con déficit hídrico, obras de saneamiento, potabilización o distribución) para que llegue el agua en perfecto estado a todos los hogares. Como consecuencia han empezado a crear nuevos tributos que se están aplicando de dos formas diferentes. Algunas autonomías como Cataluña y el País Vasco han optado por crear nuevas tasas que penalicen el consumo excesivo; mientras que otras como Murcia repercuten el coste de las obras en la factura del agua, encareciendo mucho el precio del metro cúbico. Así, el gobierno vasco aprobó el 23 de junio una nueva Ley de Aguas, en la que creó un nuevo tributo medioambiental, cuya recaudación iría destinada en su integridad a reparar los daños que provocaran la extracción, el uso y la contaminación provocada por el agua. De tal manera que los abonados que consuman más de 130 litros por persona y día se les gravara con 6 céntimos de euro por cada metro cúbico de más. Con esta medida, el gobierno vasco espera recaudar 9 millones de euros al año. Por su parte, la Generalitat de Cataluña introdujo en 2000 un canon que gravaba el consumo en dos tramos e introdujo el pasado año un tercer tramo para los abonados que superaran los 200 litros por habitante y día. Por cada metro cúbico de más que consuman, el coste de la factura se incrementaría en 1,72 euros. En el caso de Murcia, los responsables que gestionan el agua niegan la posibilidad de crear cualquier tributo. Ignacio Bravo, secretario general de Aguas de Murcia, asegura que el coste de las desaladoras que nutren a una gran parte de ciudadanos de la región ya va incluido en la factura, "como demuestra el hecho de que el precio del metro cúbico en Murcia (1,41 euros por metro cúbico) es el segundo más caro de toda España, sólo superado por Canarias, y es muy superior al del resto de comunidades autónomas. Además, Bravo avanza que ésta es tan solo la primera subida de la factura, ya que el gobierno regional ha aprobado otra del 17% para enero de 2007, "que servirá para seguir financiando las obras", señala. Según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística, correspondientes a 2004, en España se consumieron 22.731 hectómetros de agua, de los que 4.923 (21,6%) se destinaron al abastecimiento público urbano (consumo de familias, empresas y municipales) y 17.808 (78,4%) fueron consumidos por los agricultores.
Dos terceras partes del agua que se consume en España se destina a usos agrarios, a pesar de que los agricultores sólo suponen el 2% de la población. A pesar de ello, Andrés del Campo, presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), pide que la Directiva Marco del Agua se aplique teniendo en cuenta las circunstancias sociales y geográficas de los cultivos. "Los cultivos de interior de las cuencas del Tajo, Duero o Ebro están muy condicionados por las limitaciones que les impone el suelo o el clima. Si además, les encareces el agua, el resultado es una pérdida de competitividad que puede llevar a la desaparición de una tercera parte del regadío de interior. Los incrementos de precio del agua sólo se pueden hacer en cultivos mediterráneos, dónde se pueden rotar los cultivos".
Por este motivo asegura que el dinero que se paga por un metro cúbico de agua para usos urbanos y agrarios no es equiparable, "ya que el precio del agua para abastecimiento humano incluye la distribución, la depuración y el transporte, mientras que los agricultores pagan por el agua bruta, sin tener en cuenta los gastos de depuración, potabilización o transporte". Del Campo precisa que el precio que se paga varía desde los 0,03 hasta los 0,6 euros, puesto que el primero puede obtener un rendimiento de 1.800 euros por hectárea mientras que el segundo puede llegar a los 60.000 euros.

Los regantes piden subidas diferenciadas.
El Gobierno vasco espera recaudar nueve millones de euros con la ecotasa El agua de Murcia es la segunda más cara y subirá un 17% en enero de 2007