El parque natural de El Hondo atraviesa este verano una de sus peores crisis medioambientales debido a la escasez de recursos hídricos provocada por la sequía y que ha sido responsable también del brote de botulismo que surgió hace casi dos meses en en esta zona húmeda.
Fuentes de la Conselleria de Territorio y Vivienda aseguran que la situación actual es similar a la que se vivió en la grave sequía del año 1993.
Dos circunstancias explican la situación actual del parque: por un lado, el Fondo no puede nutrirse de agua en cantidades suficientes, dado que el río Segura que lo abastece con sobrantes y retornos está prácticamente seco, debido a su vez a la grave sequía que se padece desde hace meses.
Por si fuera poco, en junio, un brote de botulismo provocó una mortandad de aves que obligó a las autoridades medioambientales a ordenar la desecación de buena parte de las lagunas principales del parque con el fin de erradicar totalmente la bacteria que acabó con varias decenas de aves.
Inicialmente, el Fondo necesitaría llenar casi al completo las lagunas para evitar que vuelva a reproducirse el brote, pero al carecer de recursos hídricos suficientes para hacer esta operación se ha optado por tener algunas lagunas secas.
La responsable del Fondo y también de las Salinas de Santa Pola, Paloma Gómez Ossorio, precisó ayer que las lagunas secas son las de Levante y Poniente .
«No tenemos agua ni para llenar hasta la mitad las lagunas, lo que aún así sería insuficiente para evitar que vuelvan a surgir casos de botulismo», indicó ayer Gómez Ossorio.
Sobre las perspectivas de que la situación mejore a corto plazo, la responsable del parque manifestó que todo dependerá de que llueva en los próximos meses.
«No hay muchas posibilidades de que la situación cambie. Esperemos que llueva en otoño», agregó la directora de este parque natural.
Por otro lado, Riegos de Levante, la comunidad de regantes que explota el Fondo y que percibe por ello ayudas de la Generalitat Valenciana, coincidió con Gómez Ossorio al describir la gravedad del problema: «Estamos en una situación semejante a la sequía del 93 y 95. No hay agua y El Hondo actúa como un embalse regulador, de manera que tampoco los agricultores pueden regar».