Al menos 35 personas han muerto en Afganistán por intensas lluvias e inundaciones que han devastado varias provincias del este del país y que han obligado a las autoridades locales a suplicar ayuda de emergencia para miles de aldeanos que se han quedado sin casa. Las zonas más afectadas son las provincias de Ghazni, Paktika y Paktia, donde fuentes oficiales afirmaron que habían recibido escasa ayuda. En algunas zonas, la presencia del régimen talibán ha impedido el suministro de ayuda y la evaluación de los daños. El general Abdul Anan Raufi, jefe de Policía de la provincia de Paktia, indicó hoy que 17 personas murieron a raíz de las inundaciones en los últimos 10 días, y que 50 familias tuvieron que dejar sus hogares. "Necesitamos urgentemente ayuda en forma de alimentos y abrigo", alertó Raufi. En la provincia vecina de Paktika, 15 personas perdieron la vida en las inundaciones, explicó el portavoz del gobernador provincial, Sayyed Jamal. Los afectados recibieron tres toneladas de medicamentos, pero es insuficiente, según Jamal, quien añadió que "la lluvia y las inundaciones amenazan la vida de mucha gente". Mientras, el portavoz del ministro de Rehabilitación y Desarrollo Rural, Abdul Rahim Zareen, argumentaron que el Gobierno respondió a la crisis con "todo lo que teníamos". "Sabemos que lo que tenemos no es suficiente, pero haremos lo mejor que podamos", señaló Zareen. La presencia de rebeldes talibán impidió que las autoridades locales respondieran a las inundaciones en la provincia de Ghazni, donde fallecieron tres personas y 1.600 viviendas resultaron destruidas. Un vecino de Ghazni, que no quiso identificarse, dijo que los talibán controla zonas inundadas, que recorre en moto para intimidar a las autoridades.