Cadiz dams lost during july almost half of the water that the province consumes in a whole year
Mon, 07/08/2006
El aumento del consumo privado y de los regadíos durante época estival reduce las reservas en 41 hectómetros, el equivalente al consumo diario de Jerez durante casi tres días El suministro de agua está asegurado para los próximos tres años aunque siga la sequía MANUEL ÁLVAREZ/CÁDIZ RESERVAS. El embalse del Guadalcacín es el más grande de la provincia de Cádiz.
Situación actual: Los pantanos se encuentran al 41,3% de su capacidad, 11 puntos por debajo de lo que marcaban hace un año por estas fechas, uno de los porcentajes más bajos de los últimos años.
Capacidad: Los embalses cuentan con 676,7 hectómetros cúbicos de agua, 40,9 hectómetros menos que hace cuatro semanas, una cantidad equivalente a algo menos de la mitad de lo que se necesita para consumo humano en la provincia en un año.
Reservas: El abastecimiento para los tres próximos años está garantizado con el agua disponible actualmente.
La prolongada sequía y el fuerte aumento del consumo, tanto privado como de regadío, durante los meses de verano, han conducido a un drástico descenso de las reservas de los pantanos, que en tan sólo las cuatro semanas del pasado mes perdieron 41 hectómetros cúbicos de agua. Esta cantidad es casi la mitad de lo que se utiliza para consumo humano en la provincia durante un año (90 hectómetros cúbicos), según los datos facilitados por la Agencia Andaluza del Agua de la Junta, órgano gestor de las cuencas del Barbate y el Guadalete.
Sin embargo no hay motivos para la alarma, sobre todo porque las reservas para los tres próximos años continúan aseguradas con los más de 300 hectómetros cúbicos pertenecientes a los dos principales embalses destinados al consumo en la provincia, el de Hurones y y el de Guadalcacín.
Según la Agencia Andaluza del Agua, los siete embalses gaditanos cuentan en la actualidad con una reserva de 676,8 hectómetros cúbicos. Para hacernos una idea de esta magnitud hay que tener en cuenta que un hectómetro cúbico son 1.000 millones de litros y que una ciudad como Jerez consume diariamente 0,04 hectómetros cúbicos. Esto equivale, gráficamente a 26,6 millones de botellas de agua en un sólo día.
Los pantanos gaditanos contaban con 717,7 hectómetros cúbicos hace sólo cuatro semanas, lo que supone que han perdido 41 hectómetros cúbicos en ese periodo, o lo que es lo mismo, lo que consume Jerez en 34 meses (casi tres años).
Además la provincia tiene un consumo aproximado, para uso humano, de 90 hectómetros cúbicos anuales, aunque la mayor parte de la demanda hidrográfica en Andalucía se la lleva el regadío, con un 85%, mientras que el agua que llega a los hogares representa un 15% del total. Otro dato invita al optimismo: el año pasado por estas fechas la bajada del nivel de los pantanos fue similar, de 43 hectómetros. Así las cosas, los embalses gaditanos se encuentran al 41% de su capacidad, once puntos por debajo de lo que marcaban hace un año.
Con todo y pese a que el consumo sigue asegurado, la Agencia Andaluza del Agua advierte de que no hay que bajar la guardia contra la sequía que este año ya ha llevado a reducir las cuotas del regadío y ha llevado a los pantanos andaluces a sus cotas más bajas en 10 años. Este año hidrológico debería ser el primero de la recuperación tras tres años de sequía. La Cuenca Atlántica Andaluza está incluida dentro del Protocolo contra la Sequía de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, vigente desde principios de año. Este protocolo, que también contempla las inundaciones, establece en función de los usos y de unos baremos (pluviometría, necesidad de los regadíos, etcétera) cuáles son las medidas a tomar en cada momento.
Los diferentes protocolos de sequía que se aplican en España son una medida intermedia adoptada por el Ministerio de Medio Ambiente y las diferentes cuencas a la espera de la realización de los Planes de Sequía, una medida que contemplaba el anterior Plan Hidrológico Nacional del PP y que fue derogado por el Gobierno socialista.
En el caso de Cádiz, el Protocolo de Sequía incluye las siguientes recomendaciones específicas para la provincia: incorporación al sistema de la población de Alcalá de los Gazules, hoy con graves problemas de abastecimiento; incorporación al sistema de las poblaciones de Vejer y Barbate, con gran vulnerabilidad ante sequías y desarrollo de un plan de reducción de pérdidas y modernización de la red de abastecimiento de aguas.
Además, el procolo sostiene que el sistema comunitario de la provincia, que califica de «pionero», ha sido un éxito de proyecto y gestión, pero presenta problemas a resolver: ha estado pendiente desde hace mucho tiempo de la transferencia de competencias; sólo lleva la gestión del suministro en alta en las poblaciones, lo que mantiene una dispersión de actuaciones municipales que impiden la uniformidad de aspectos técnicos y económicos y necesita la redacción del Plan de Emergencia ante Sequías. La Agencia Andaluza del Agua, de la que dependen las cuencas Atlántica y Mediterránea, advierte de que a pesar de que existen reservas suficientes para la zona de Cádiz para los próximos tres años, las medidas correspondientes al protocolo contra la sequía siguen plenamente vigentes, debido a la difícil situación hidrológica por la que pasa la provincia, y en general todo el país.
Las peculiaridades del sistema de embalses de la provincia de Cádiz hacen que las reservas estén sufriendo menos que en otras zonas como las Cuencas del Segura o el Júcar, por ejemplo, históricamente las más afectadas por la sequía, o sin ir mucho más lejos, la del Guadalquivir, en la que varios embalses se encuentran en situación de emergencia. Este estado supone que de no haber lluvias importantes el consumo de la zona podría verse comprometido en el plazo de menos de un año.
Pero aunque de momento en la zona de Cádiz no hay motivo para la preocupación, desde la Agencia Andaluza del Agua, así como desde el Ministerio de Medio Ambiente, se sigue haciendo hincapié en un elemento fundamental como es la educación ambiental y el consumo responsable.
Éste es uno de los pilares en los que se debe basar el ahorro del líquido elemento y que viene reflejado en el Plan Hidrológico del Guadalete-Barbate. En uno de sus puntos se establece que «deberán establecerse los objetivos de ahorro de agua o reducción del consumo en los abastecimientos, así como los sistemas de control oportunos».
Situación actual: Los pantanos se encuentran al 41,3% de su capacidad, 11 puntos por debajo de lo que marcaban hace un año por estas fechas, uno de los porcentajes más bajos de los últimos años.
Capacidad: Los embalses cuentan con 676,7 hectómetros cúbicos de agua, 40,9 hectómetros menos que hace cuatro semanas, una cantidad equivalente a algo menos de la mitad de lo que se necesita para consumo humano en la provincia en un año.
Reservas: El abastecimiento para los tres próximos años está garantizado con el agua disponible actualmente.
La prolongada sequía y el fuerte aumento del consumo, tanto privado como de regadío, durante los meses de verano, han conducido a un drástico descenso de las reservas de los pantanos, que en tan sólo las cuatro semanas del pasado mes perdieron 41 hectómetros cúbicos de agua. Esta cantidad es casi la mitad de lo que se utiliza para consumo humano en la provincia durante un año (90 hectómetros cúbicos), según los datos facilitados por la Agencia Andaluza del Agua de la Junta, órgano gestor de las cuencas del Barbate y el Guadalete.
Sin embargo no hay motivos para la alarma, sobre todo porque las reservas para los tres próximos años continúan aseguradas con los más de 300 hectómetros cúbicos pertenecientes a los dos principales embalses destinados al consumo en la provincia, el de Hurones y y el de Guadalcacín.
Según la Agencia Andaluza del Agua, los siete embalses gaditanos cuentan en la actualidad con una reserva de 676,8 hectómetros cúbicos. Para hacernos una idea de esta magnitud hay que tener en cuenta que un hectómetro cúbico son 1.000 millones de litros y que una ciudad como Jerez consume diariamente 0,04 hectómetros cúbicos. Esto equivale, gráficamente a 26,6 millones de botellas de agua en un sólo día.
Los pantanos gaditanos contaban con 717,7 hectómetros cúbicos hace sólo cuatro semanas, lo que supone que han perdido 41 hectómetros cúbicos en ese periodo, o lo que es lo mismo, lo que consume Jerez en 34 meses (casi tres años).
Además la provincia tiene un consumo aproximado, para uso humano, de 90 hectómetros cúbicos anuales, aunque la mayor parte de la demanda hidrográfica en Andalucía se la lleva el regadío, con un 85%, mientras que el agua que llega a los hogares representa un 15% del total. Otro dato invita al optimismo: el año pasado por estas fechas la bajada del nivel de los pantanos fue similar, de 43 hectómetros. Así las cosas, los embalses gaditanos se encuentran al 41% de su capacidad, once puntos por debajo de lo que marcaban hace un año.
Con todo y pese a que el consumo sigue asegurado, la Agencia Andaluza del Agua advierte de que no hay que bajar la guardia contra la sequía que este año ya ha llevado a reducir las cuotas del regadío y ha llevado a los pantanos andaluces a sus cotas más bajas en 10 años. Este año hidrológico debería ser el primero de la recuperación tras tres años de sequía. La Cuenca Atlántica Andaluza está incluida dentro del Protocolo contra la Sequía de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, vigente desde principios de año. Este protocolo, que también contempla las inundaciones, establece en función de los usos y de unos baremos (pluviometría, necesidad de los regadíos, etcétera) cuáles son las medidas a tomar en cada momento.
Los diferentes protocolos de sequía que se aplican en España son una medida intermedia adoptada por el Ministerio de Medio Ambiente y las diferentes cuencas a la espera de la realización de los Planes de Sequía, una medida que contemplaba el anterior Plan Hidrológico Nacional del PP y que fue derogado por el Gobierno socialista.
En el caso de Cádiz, el Protocolo de Sequía incluye las siguientes recomendaciones específicas para la provincia: incorporación al sistema de la población de Alcalá de los Gazules, hoy con graves problemas de abastecimiento; incorporación al sistema de las poblaciones de Vejer y Barbate, con gran vulnerabilidad ante sequías y desarrollo de un plan de reducción de pérdidas y modernización de la red de abastecimiento de aguas.
Además, el procolo sostiene que el sistema comunitario de la provincia, que califica de «pionero», ha sido un éxito de proyecto y gestión, pero presenta problemas a resolver: ha estado pendiente desde hace mucho tiempo de la transferencia de competencias; sólo lleva la gestión del suministro en alta en las poblaciones, lo que mantiene una dispersión de actuaciones municipales que impiden la uniformidad de aspectos técnicos y económicos y necesita la redacción del Plan de Emergencia ante Sequías. La Agencia Andaluza del Agua, de la que dependen las cuencas Atlántica y Mediterránea, advierte de que a pesar de que existen reservas suficientes para la zona de Cádiz para los próximos tres años, las medidas correspondientes al protocolo contra la sequía siguen plenamente vigentes, debido a la difícil situación hidrológica por la que pasa la provincia, y en general todo el país.
Las peculiaridades del sistema de embalses de la provincia de Cádiz hacen que las reservas estén sufriendo menos que en otras zonas como las Cuencas del Segura o el Júcar, por ejemplo, históricamente las más afectadas por la sequía, o sin ir mucho más lejos, la del Guadalquivir, en la que varios embalses se encuentran en situación de emergencia. Este estado supone que de no haber lluvias importantes el consumo de la zona podría verse comprometido en el plazo de menos de un año.
Pero aunque de momento en la zona de Cádiz no hay motivo para la preocupación, desde la Agencia Andaluza del Agua, así como desde el Ministerio de Medio Ambiente, se sigue haciendo hincapié en un elemento fundamental como es la educación ambiental y el consumo responsable.
Éste es uno de los pilares en los que se debe basar el ahorro del líquido elemento y que viene reflejado en el Plan Hidrológico del Guadalete-Barbate. En uno de sus puntos se establece que «deberán establecerse los objetivos de ahorro de agua o reducción del consumo en los abastecimientos, así como los sistemas de control oportunos».