Big dams in Valencia are at 7% of capacity

Tue, 25/07/2006

Las Provincias

La falta de lluvia sigue afectando a los pantanos que abastecen a Valencia. Pero la situación es aún más alarmante si se tiene en cuenta que un pantano no puede quedarse completamente seco, ya que se convierte en un “embalse muerto”, en el que sólo se almacena fango y agua no potable y donde las bacterias pueden proliferar y el sistema de la presa deja de funcionar.

Por este motivo, un tercio de las escasas reservas que tienen en este momento dos de los embalses más importantes que abastecen a la Comunitat Valenciana, Alarcón y Contreras, es inservible.

Estos pantanos, con una capacidad para almacenar 1.970 hectómetros cúbicos, disponen en estos momentos de unas reservas de 132 hectómetros, menos del 7% (6,7%) del total.

El pantano de Contreras almacena 43 hectómetros cúbicos (cuando tiene una capacidad de 852). En siete días ha perdido 3 hectómetros cúbicos, un 6,5% de sus reservas, con lo que se encuentra al 5% de su capacidad.

De esta cantidad, al menos 15 hectómetros no se pueden utilizar para el abastecimiento, ya que los fondos del embalse son fangos y sedimentos que arrastra el río Cabriel desde su nacimiento. Con el paso del tiempo, los residuos se van acumulando en el fondo del pantano.

Embalse de Alarcón
El pantano de Alarcón se encuentra en una situación muy similar y la escasez de sus reservas afecta directamente a la Comunitat Valenciana, ya que junto al de Contreras es uno de los principales embalses de los que se nutre el abastecimiento urbano de la ciudad de Valencia y su área metropolitana.

Los datos proporcionados ayer por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) señalan que en estos momentos este embalse ha perdido en solo una semana un 7% de sus reservas (10 hectómetros).

Estas cifras suponen que se encuentra al 7% de su capacidad total. Pero al igual que sucede en el embalse de Contreras, 30 hectómetros son inservibles por las mismas razones: exceso de fangos y agua no potable.

A lo largo de los últimos siete días, las reservas hídricas de los embalses de la Confederación Hidrográfica del Júcar han disminuido en 25 hectómetros cúbicos y quedan al 16% de su capacidad total, que asciende a 3.333 hectómetros cúbicos.

Los aumentos apenas han sido significativos en este periodo y el más importante se ha registrado en el pantano de El Molinar, donde las aguas embalsadas han crecido medio hectómetro cúbico, lo que lo sitúa al 87% de su capacidad total, que es de 4 hectómetros cúbicos. También han registrado incrementos el pantano de Cortes II y el de Arquillo de San Blas.

Pérdidas constantes
Los datos que cada semana facilita el Ministerio de Medio Ambiente a través de las diferentes Confederaciones Hidrográficas pueden inducir a confusión, ya que un tercio del agua embalsada no puede ser utilizada para el suministro.

La totalidad de los embalses de las cuencas de la Comunitat Valenciana tienen en estos momentos unas reservas de 564 hectómetros cúbicos, frente a los 587 de una semana antes. Pero de esta cantidad, una gran parte no se puede utilizar, según explican los expertos, ya que el agua se encuentra mezclada con lodos y sedimentos.

Con el ritmo de pérdidas que tienen actualmente los embalses de la Confederación del Júcar, en menos de dos meses los pantanos que abastecen a Valencia desde el principal río que atraviesa tierras valencianas quedarán vacíos.

Dificultades de extracción
El conseller de Agricultura, Juan Cotino, aseguró hace unos días que los embalses valencianos que se encuentran por debajo del 10% de su capacidad “se encuentran ya con serios problemas para la extracción de agua”.

Juan Guillamón, ingeniero y ex presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, confirma esta argumentación. “Casi un 10% del agua almacenada en un embalse, dependiendo de su diseño y la orografía, no se puede utilizar”.

La Confederación Hidrográfica del Júcar, no obstante, todavía está extrayendo reservas de los embalses de Alarcón y Contreras, a pesar de que se encuentran al 7 y al 5% de su capacidad, por debajo de esa cifra del 10%.

El catedrático de Presas Florentino Santos explica que las presas se construyen con varias salidas de agua que se usan según el nivel de embalse. “La más baja se construye a siete u ocho metros de altura para evitar que los sedimentos del río taponen la salida. Bajo esa salida hay agua, pero no se puede usar: es el embalse muerto”, afirmó Santos.

Si los embalses continúan perdiendo reservas en las próximas semanas, la Confederación del Júcar se verá obligada a echar mano de otros pantanos para dar suministrar a Valencia.