El director general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Jaime Palop, considera que «tiene que reformularse cómo va a funcionar» el trasvase Tajo-Segura, aunque cree que debe seguir habiendo un trasvase entre ambas cuencas «porque lo contrario sería condenar a una parte del territorio».

En una entrevista publicada ayer por Abc, Palop dice que hay que plantearse el «funcionamiento futuro» de esta infraestructura, pues «si es un trasvase entre dos zonas y las dos zonas de alguna forma manifiestan reparos, habrá que hablar y habrá que sentar las bases del funcionamiento futuro», pero «sin dramatismos».

Añade que lo que él siempre ha dicho es que «no puede ser que esta infraestructura genere las tensiones que está generando, porque esto ni es sano ni es viable».

En este sentido, explica que la viabilidad del trasvase «es técnica, ambiental y económica pero también social y territorial, y ahí hay un punto de desequilibrio que hay que retomar».

Sequía

Afirma que «con la sequía, de alguna forma, se están calentando las baterías y se están generando unas tensiones adicionales» y piensa que «viene un momento muy importante e interesante en el que hay que hacer una planificación nueva, es obligado por ley».

Según Palop, «esa planificación tiene que tener presente el Acueducto Tajo-Segura y tiene que reformularse cómo va a funcionar».

El director general del Agua señala que es un hecho objetivo que «Murcia necesita agua del Tajo porque, si no, no puede desarrollar su actividad económica y esto tendría unas repercusiones importantes para el conjunto del Estado», aunque recuerda que «en el Tajo también hay necesidades».

Reforma de estatutos

Palop dice que «en la costa siempre se pude hablar de que, para los usos más exigentes y a un precio que lo puedan pagar, está la desalación, pero en el interior tienen los recursos que tienen en la propia cuenca», y añade que «ésto es un tema que no agobia ahora pero que en un futuro habrá que plantearse».

Preguntado por la pretensión de muchas autonomías de incluir la gestión del agua en sus competencias, Palop responde que «el Estado se reserva la gestión de las cuencas que discurren por más de una comunidad», y afirma que «el principio del reparto de competencias de agua es que, si yo no te molesto a ti, lo gestiono yo».

Indica que «en el caso del Guadalquivir, Andalucía está en cola y, por tanto, no hay afección a otras regiones», y explica que «lo que marca esta carrera continua a través de los estatutos de autonomías» es que «se ha empezado a percibir que el agua es escasa y esencial para el desarrollo» y se piensa que «el agua, aunque no la use ahora, me va a hacer falta en el futuro».

Jaime Palop afirma que «tiene que haber a lo mejor una territorialización del agua, qué cantidad de agua es la que tiene cada territorio, siempre partiendo de que hay un agua que es intocable, la de boca y para el medio ambiente, y hay otra de usos económicos y para hacer políticas de regadíos, social territorial, etc.», que dice que es «la que se puede territorializar».