Bilis hurricane leaves at least 518 deads in China
Sun, 23/07/2006
pekín. El paso del tifón Bilis por el sureste chino, que dejó al menos 518 muertos, volvió a sembrar ayer dudas sobre la falta de transparencia de los gobiernos locales, algo habitual en los accidentes mineros y que Pekín quiere eliminar con mano dura y sentencias ejemplarizantes.
En esta ocasión, el centro de la polémica estuvo en la provincia interior de Hunan, cuyo gobierno confirmó el viernes, de un solo golpe, 254 fallecidos más de los reportados el día anterior.
El acusado incremento se debió según la administración provincial a que, tras la remisión del Bilis, consiguieron recoger datos de zonas remotas donde el transporte y las comunicaciones habían sido cortadas, aunque algunos medios de comunicación denunciaron que se estaban ocultando datos.
En concreto, un reportaje de la televisión estatal acusó a las autoridades de la ciudad de Chengzhou, donde 197 personas perdieron la vida y 69 están desaparecidas, de estar minimizando las cifras.
Para poner orden tras estos rumores, el Ministerio de Asuntos Civiles se apresuró a emitir un duro comunicado en el que advierte a todos aquellos que traten de esconder datos de que no escaparán de su responsabilidad.
El Bilis arribó el pasado 14 de julio a China y, aunque debilitado en tormenta tropical, arrastró consigo fuertes precipitaciones, que en algunas localidades fueron las más graves en cien años y causaron devastadoras inundaciones y corrimientos de tierra.
más víctimas en indonesia El número de muertos causados por las olas gigantes (tsunamis) que arrasaron las costas del sur de la isla de Java aumentó a 660, según los datos difundidos ayer por las autoridades indonesias.
El aumento de víctimas se produjo después de la llegada de los equipos de rescate a una zona costera remota del distrito de Ciamis, donde se encontraron más de un centenar de cadáveres más tras el tsunami del lunes, impulsado por un maremoto de 7,7 grados en el Océano Indico.
El distrito de Ciamis, en Java Occidental, es el que más víctimas ha registrado a causa de las olas de hasta dos metros que arrasaron la costa sur de esa isla indonesia. >efe
pekín. El paso del tifón Bilis por el sureste chino, que dejó al menos 518 muertos, volvió a sembrar ayer dudas sobre la falta de transparencia de los gobiernos locales, algo habitual en los accidentes mineros y que Pekín quiere eliminar con mano dura y sentencias ejemplarizantes.
En esta ocasión, el centro de la polémica estuvo en la provincia interior de Hunan, cuyo gobierno confirmó el viernes, de un solo golpe, 254 fallecidos más de los reportados el día anterior.
El acusado incremento se debió según la administración provincial a que, tras la remisión del Bilis, consiguieron recoger datos de zonas remotas donde el transporte y las comunicaciones habían sido cortadas, aunque algunos medios de comunicación denunciaron que se estaban ocultando datos.
En concreto, un reportaje de la televisión estatal acusó a las autoridades de la ciudad de Chengzhou, donde 197 personas perdieron la vida y 69 están desaparecidas, de estar minimizando las cifras.
Para poner orden tras estos rumores, el Ministerio de Asuntos Civiles se apresuró a emitir un duro comunicado en el que advierte a todos aquellos que traten de esconder datos de que no escaparán de su responsabilidad.
El Bilis arribó el pasado 14 de julio a China y, aunque debilitado en tormenta tropical, arrastró consigo fuertes precipitaciones, que en algunas localidades fueron las más graves en cien años y causaron devastadoras inundaciones y corrimientos de tierra.
más víctimas en indonesia El número de muertos causados por las olas gigantes (tsunamis) que arrasaron las costas del sur de la isla de Java aumentó a 660, según los datos difundidos ayer por las autoridades indonesias.
El aumento de víctimas se produjo después de la llegada de los equipos de rescate a una zona costera remota del distrito de Ciamis, donde se encontraron más de un centenar de cadáveres más tras el tsunami del lunes, impulsado por un maremoto de 7,7 grados en el Océano Indico.
El distrito de Ciamis, en Java Occidental, es el que más víctimas ha registrado a causa de las olas de hasta dos metros que arrasaron la costa sur de esa isla indonesia. >efe
pekín. El paso del tifón Bilis por el sureste chino, que dejó al menos 518 muertos, volvió a sembrar ayer dudas sobre la falta de transparencia de los gobiernos locales, algo habitual en los accidentes mineros y que Pekín quiere eliminar con mano dura y sentencias ejemplarizantes.
En esta ocasión, el centro de la polémica estuvo en la provincia interior de Hunan, cuyo gobierno confirmó el viernes, de un solo golpe, 254 fallecidos más de los reportados el día anterior.
El acusado incremento se debió según la administración provincial a que, tras la remisión del Bilis, consiguieron recoger datos de zonas remotas donde el transporte y las comunicaciones habían sido cortadas, aunque algunos medios de comunicación denunciaron que se estaban ocultando datos.
En concreto, un reportaje de la televisión estatal acusó a las autoridades de la ciudad de Chengzhou, donde 197 personas perdieron la vida y 69 están desaparecidas, de estar minimizando las cifras.
Para poner orden tras estos rumores, el Ministerio de Asuntos Civiles se apresuró a emitir un duro comunicado en el que advierte a todos aquellos que traten de esconder datos de que no escaparán de su responsabilidad.
El Bilis arribó el pasado 14 de julio a China y, aunque debilitado en tormenta tropical, arrastró consigo fuertes precipitaciones, que en algunas localidades fueron las más graves en cien años y causaron devastadoras inundaciones y corrimientos de tierra.
más víctimas en indonesia El número de muertos causados por las olas gigantes (tsunamis) que arrasaron las costas del sur de la isla de Java aumentó a 660, según los datos difundidos ayer por las autoridades indonesias.
El aumento de víctimas se produjo después de la llegada de los equipos de rescate a una zona costera remota del distrito de Ciamis, donde se encontraron más de un centenar de cadáveres más tras el tsunami del lunes, impulsado por un maremoto de 7,7 grados en el Océano Indico.
El distrito de Ciamis, en Java Occidental, es el que más víctimas ha registrado a causa de las olas de hasta dos metros que arrasaron la costa sur de esa isla indonesia.
En esta ocasión, el centro de la polémica estuvo en la provincia interior de Hunan, cuyo gobierno confirmó el viernes, de un solo golpe, 254 fallecidos más de los reportados el día anterior.
El acusado incremento se debió según la administración provincial a que, tras la remisión del Bilis, consiguieron recoger datos de zonas remotas donde el transporte y las comunicaciones habían sido cortadas, aunque algunos medios de comunicación denunciaron que se estaban ocultando datos.
En concreto, un reportaje de la televisión estatal acusó a las autoridades de la ciudad de Chengzhou, donde 197 personas perdieron la vida y 69 están desaparecidas, de estar minimizando las cifras.
Para poner orden tras estos rumores, el Ministerio de Asuntos Civiles se apresuró a emitir un duro comunicado en el que advierte a todos aquellos que traten de esconder datos de que no escaparán de su responsabilidad.
El Bilis arribó el pasado 14 de julio a China y, aunque debilitado en tormenta tropical, arrastró consigo fuertes precipitaciones, que en algunas localidades fueron las más graves en cien años y causaron devastadoras inundaciones y corrimientos de tierra.
más víctimas en indonesia El número de muertos causados por las olas gigantes (tsunamis) que arrasaron las costas del sur de la isla de Java aumentó a 660, según los datos difundidos ayer por las autoridades indonesias.
El aumento de víctimas se produjo después de la llegada de los equipos de rescate a una zona costera remota del distrito de Ciamis, donde se encontraron más de un centenar de cadáveres más tras el tsunami del lunes, impulsado por un maremoto de 7,7 grados en el Océano Indico.
El distrito de Ciamis, en Java Occidental, es el que más víctimas ha registrado a causa de las olas de hasta dos metros que arrasaron la costa sur de esa isla indonesia. >efe
pekín. El paso del tifón Bilis por el sureste chino, que dejó al menos 518 muertos, volvió a sembrar ayer dudas sobre la falta de transparencia de los gobiernos locales, algo habitual en los accidentes mineros y que Pekín quiere eliminar con mano dura y sentencias ejemplarizantes.
En esta ocasión, el centro de la polémica estuvo en la provincia interior de Hunan, cuyo gobierno confirmó el viernes, de un solo golpe, 254 fallecidos más de los reportados el día anterior.
El acusado incremento se debió según la administración provincial a que, tras la remisión del Bilis, consiguieron recoger datos de zonas remotas donde el transporte y las comunicaciones habían sido cortadas, aunque algunos medios de comunicación denunciaron que se estaban ocultando datos.
En concreto, un reportaje de la televisión estatal acusó a las autoridades de la ciudad de Chengzhou, donde 197 personas perdieron la vida y 69 están desaparecidas, de estar minimizando las cifras.
Para poner orden tras estos rumores, el Ministerio de Asuntos Civiles se apresuró a emitir un duro comunicado en el que advierte a todos aquellos que traten de esconder datos de que no escaparán de su responsabilidad.
El Bilis arribó el pasado 14 de julio a China y, aunque debilitado en tormenta tropical, arrastró consigo fuertes precipitaciones, que en algunas localidades fueron las más graves en cien años y causaron devastadoras inundaciones y corrimientos de tierra.
más víctimas en indonesia El número de muertos causados por las olas gigantes (tsunamis) que arrasaron las costas del sur de la isla de Java aumentó a 660, según los datos difundidos ayer por las autoridades indonesias.
El aumento de víctimas se produjo después de la llegada de los equipos de rescate a una zona costera remota del distrito de Ciamis, donde se encontraron más de un centenar de cadáveres más tras el tsunami del lunes, impulsado por un maremoto de 7,7 grados en el Océano Indico.
El distrito de Ciamis, en Java Occidental, es el que más víctimas ha registrado a causa de las olas de hasta dos metros que arrasaron la costa sur de esa isla indonesia. >efe
pekín. El paso del tifón Bilis por el sureste chino, que dejó al menos 518 muertos, volvió a sembrar ayer dudas sobre la falta de transparencia de los gobiernos locales, algo habitual en los accidentes mineros y que Pekín quiere eliminar con mano dura y sentencias ejemplarizantes.
En esta ocasión, el centro de la polémica estuvo en la provincia interior de Hunan, cuyo gobierno confirmó el viernes, de un solo golpe, 254 fallecidos más de los reportados el día anterior.
El acusado incremento se debió según la administración provincial a que, tras la remisión del Bilis, consiguieron recoger datos de zonas remotas donde el transporte y las comunicaciones habían sido cortadas, aunque algunos medios de comunicación denunciaron que se estaban ocultando datos.
En concreto, un reportaje de la televisión estatal acusó a las autoridades de la ciudad de Chengzhou, donde 197 personas perdieron la vida y 69 están desaparecidas, de estar minimizando las cifras.
Para poner orden tras estos rumores, el Ministerio de Asuntos Civiles se apresuró a emitir un duro comunicado en el que advierte a todos aquellos que traten de esconder datos de que no escaparán de su responsabilidad.
El Bilis arribó el pasado 14 de julio a China y, aunque debilitado en tormenta tropical, arrastró consigo fuertes precipitaciones, que en algunas localidades fueron las más graves en cien años y causaron devastadoras inundaciones y corrimientos de tierra.
más víctimas en indonesia El número de muertos causados por las olas gigantes (tsunamis) que arrasaron las costas del sur de la isla de Java aumentó a 660, según los datos difundidos ayer por las autoridades indonesias.
El aumento de víctimas se produjo después de la llegada de los equipos de rescate a una zona costera remota del distrito de Ciamis, donde se encontraron más de un centenar de cadáveres más tras el tsunami del lunes, impulsado por un maremoto de 7,7 grados en el Océano Indico.
El distrito de Ciamis, en Java Occidental, es el que más víctimas ha registrado a causa de las olas de hasta dos metros que arrasaron la costa sur de esa isla indonesia.