Pisuerga volume is seven cubic meters under July average
Thu, 13/07/2006
La escasez de las lluvias en los últimos dos meses y las preocupantes previsiones para el verano, que estiman que las precipitaciones no harán acto de presencia en Castilla y León en lo que resta de estío, presentan un panorama desolador que podría terminar en un aviso de sequía por parte de las autoridades.
Este factor, por el momento, no ha afectado de forma determinante al caudal del río Pisuerga a su paso por la capital vallisoletana. De hecho, fuentes de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) señalaron que el nivel del río osciló en la mañana de ayer entre los 15 y los 22,6 metros cúbicos por segundo de agua, cifra que de acuerdo con las mismas fuentes se encontraría «dentro de la media para este mes de julio» (29 metros cúbicos por segundo).
Otro panorama distinto viven los tres embalses del sistema del Pisuerga-Bajo Duero, que abastece principalmente a las provincias de Zamora y Valladolid, según los datos facilitados desde la CHD con fecha del 10 de julio del 2006. El agua embalsada en Resquemada alcanza unos niveles que no llegan a la mitad de la capacidad del embalse, determinada en 65 hectómetros cúbicos. De hecho, el volumen embalsado en esta localización palentina se sitúa en 26,7 hectómetros cúbicos, 8,6 hectómetros cúbicos menos que el volumen alcanzado para la misma fecha el año pasado (35,3).
Mejor situación ofrece el embalse de Cervera (Palencia), que casi roza su capacidad total. En concreto, el volumen de agua embalsada en este sector del Pisuerga llega al 9,2 hectómetros cúbicos, ocho décimas por debajo de su capacidad.
Alarma en Aguilar
Sin embargo, el principal embalse que abastece a este sistema, el ubicado en la localidad palentina de Aguilar de Campoo, es el que muestra un paisaje menos alentador. Mientras que en el 2005 este embalse rebasaba escasamente del 50% de su capacidad -que se sitúa en 247 hectómetros cúbicos-, según las cifras facilitadas por la CHD este año apenas sobrepasa el 30%.
Con estos datos sobre la mesa, y con las altas temperaturas que está viviendo en estos días la región, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero, Antonio Gato, declaró el pasado martes que el mecanismo de riego para los regadíos solo está garantizado hasta el próximo 1 de septiembre, momento en el que si este panorama pudiera entrañar algún peligro importante para los ciudadanos, este organismo encargado de velar por la calidad de las aguas de la cuenca del Duero y la propia Junta de Explotación de este sistema podrían replantearse el desembalse de aguas para dar respuesta a la situación.
La escasez de agua
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) se pronunció ayer en este sentido al advertir que el desarrollo de los cultivos de regadío se configuran como el principal responsable de la escasez de agua en España. Por ello, esta oenegé medioambiental ha solicitado a las autoridades que dejen de subvencionar y potenciar esta actividad.
Esta ausencia de lluvias ha contribuido a que «España haya avanzado tres puestos en la escala de sequía hidrológica en solo un año (2005), al pasar de ligera a extrema, debido fundamentalmente al uso agrícola del agua», según apuntó el informe elaborado por WWF que prevé que la esa utilización siga aumentando a causa de la subida de las temperaturas en los últimos días.
Este trabajo contempla que es previsible «un fuerte incremento de la frecuencia y de los daños provocados por las sequías en toda la costa del Mediterráneo, especialmente en las zonas donde más se practica la agricultura del regadío».
Este factor, por el momento, no ha afectado de forma determinante al caudal del río Pisuerga a su paso por la capital vallisoletana. De hecho, fuentes de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) señalaron que el nivel del río osciló en la mañana de ayer entre los 15 y los 22,6 metros cúbicos por segundo de agua, cifra que de acuerdo con las mismas fuentes se encontraría «dentro de la media para este mes de julio» (29 metros cúbicos por segundo).
Otro panorama distinto viven los tres embalses del sistema del Pisuerga-Bajo Duero, que abastece principalmente a las provincias de Zamora y Valladolid, según los datos facilitados desde la CHD con fecha del 10 de julio del 2006. El agua embalsada en Resquemada alcanza unos niveles que no llegan a la mitad de la capacidad del embalse, determinada en 65 hectómetros cúbicos. De hecho, el volumen embalsado en esta localización palentina se sitúa en 26,7 hectómetros cúbicos, 8,6 hectómetros cúbicos menos que el volumen alcanzado para la misma fecha el año pasado (35,3).
Mejor situación ofrece el embalse de Cervera (Palencia), que casi roza su capacidad total. En concreto, el volumen de agua embalsada en este sector del Pisuerga llega al 9,2 hectómetros cúbicos, ocho décimas por debajo de su capacidad.
Alarma en Aguilar
Sin embargo, el principal embalse que abastece a este sistema, el ubicado en la localidad palentina de Aguilar de Campoo, es el que muestra un paisaje menos alentador. Mientras que en el 2005 este embalse rebasaba escasamente del 50% de su capacidad -que se sitúa en 247 hectómetros cúbicos-, según las cifras facilitadas por la CHD este año apenas sobrepasa el 30%.
Con estos datos sobre la mesa, y con las altas temperaturas que está viviendo en estos días la región, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero, Antonio Gato, declaró el pasado martes que el mecanismo de riego para los regadíos solo está garantizado hasta el próximo 1 de septiembre, momento en el que si este panorama pudiera entrañar algún peligro importante para los ciudadanos, este organismo encargado de velar por la calidad de las aguas de la cuenca del Duero y la propia Junta de Explotación de este sistema podrían replantearse el desembalse de aguas para dar respuesta a la situación.
La escasez de agua
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) se pronunció ayer en este sentido al advertir que el desarrollo de los cultivos de regadío se configuran como el principal responsable de la escasez de agua en España. Por ello, esta oenegé medioambiental ha solicitado a las autoridades que dejen de subvencionar y potenciar esta actividad.
Esta ausencia de lluvias ha contribuido a que «España haya avanzado tres puestos en la escala de sequía hidrológica en solo un año (2005), al pasar de ligera a extrema, debido fundamentalmente al uso agrícola del agua», según apuntó el informe elaborado por WWF que prevé que la esa utilización siga aumentando a causa de la subida de las temperaturas en los últimos días.
Este trabajo contempla que es previsible «un fuerte incremento de la frecuencia y de los daños provocados por las sequías en toda la costa del Mediterráneo, especialmente en las zonas donde más se practica la agricultura del regadío».