El presidente de Expoagua Zaragoza 2008, Roque Gistau, consideró ayer «razonable» que Aragón garantice en su proyecto de reforma de Estatuto de Autonomía una reserva de agua para usos propios y subrayó que «lo que no es razonable es que se blinde el agua porque no es un bien autonómico». En declaraciones a los medios tras presentar en la Universidad Rey Juan Carlos, en Aranjuez, un curso sobre «La gestión del agua en circunstancias extremas», Gistau puntualizó que él «no es un político» y sobre el agua sólo da «opiniones técnicas», si bien insistió en que el agua es un bien del Estado, no de la Comunidad, por lo que no caben blindajes, informa Efe.

El proyecto de reforma de Estatuto de Aragón, aprobado en el Parlamento autonómico el 21 de junio y que el pasado lunes llegó al Congreso para iniciar su debate y tramitación, garantiza como mecanismos de protección frente a posibles trasvases y ante cláusulas incluidas en otros estatutos, como el de la Comunidad Valenciana, una reserva de 6.550 hectómetros cúbicos para las necesidades de los aragoneses. También insta al Gobierno a propiciar un acuerdo efectivo entre las comunidades autónomas implicadas en una hipotética transferencia de caudales.

Asimismo, Gistau, consideró que la propuesta de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, de recurrir al «bombardeo» de nubes para provocar precipitaciones «no es una solución», sino «un apoyo local que puede aportar muy poca ayuda». Gistau recordó que el bombardeo de nubes con yoduro de plata «es un invento muy antiguo que funciona desde hace treinta años y que vale para lo que vale».

A favor de subir el precio del agua

El presidente de Expoagua también expresó su opinión sobre el precio del agua. A su juicio, el recibo del agua debería incrementarse en 50 céntimos de euro por metro cúbico, ya que el coste del servicio que recibe el ciudadano es superior a lo que paga. Con este incremento, el metro cúbico pasaría a costar 1,50 euros, es decir, subiría un 50 por ciento, recoge Servimedia. Para Gistau, esta subida permitiría mejorar las infraestructuras y ofrecer un mejor servicio, tanto en el ámbito urbano como agrario e industrial. «La sociedad cada vez es más exigente y pide más disponibilidad, mayores garantías y mejor calidad, con lo que la gestión del agua se hace cada vez más compleja», señaló.