High water volume consumption
Sun, 02/07/2006
Hace dos siglos, cuando los clientes de los balnearios franceses y alemanes finalizaban su placentera estancia, hacían la siguiente pregunta: ¿Cómo puedo seguir bebiendo este agua a mi regreso a la ciudad?
"Así surgió la idea de envasarlas",
divulga uno de los más doctos en la materia, el Dr. Oliver Rodés, ubicuo enólogo
de aguas --el 90% de las marcas españolas confían en sus análisis, dato constatable con solo mirar las etiquetas-- que guarda en su museo unos precursores frascos de cerámica con tapón de corcho.
Los tiempos han cambiado. El agua envasada ha dejado de ser capricho de urbanitas. Llena pasillos de hipermercados y se enfría en las neveras de bares y restaurantes. Según la Asociación Nacional de Empresas de Aguas de Bebida Envasadas (Aneabe), en los últimos 10 años se ha duplicado la producción y, por tanto, la demanda, ya que apenas se importan o exportan botellas.
Según Nestlé Waters, entre el 2004 y el 2005 el consumo per cápita de los consumidores españoles ascendió desde los 130 a los 143 litros, desde la cuarta posición europea hasta la segunda, solo detrás de Italia (189 litros). Con esos datos, no debe extrañar que los hogares beban ya más agua envasada que refrescos, una tendencia que irá a más por la buena aceptación de las aguas minerales con sabores (carbonatadas y no carbonatadas) que, en contraste con las bebidas con gas al uso, aportan menos calorías. El auge llega a reflejarse en los restaurantes de más caché, que enseñan a sus clientes cartas de aguas selectas.
La consultora Alimarket estima que, en el 2005, el mercado de las aguas envasadas creció en torno al 9,5%, tanto en volumen (6.450 millones de litros) como en valor (1.100 millones de euros). AC Nielsen e IRI informan de ascensos superiores al 10% y Canadean, firma de investigación en bebidas, estima que el incremento en litros y en valor fue del 6% y el 7,2%, respectivamente. Alimarket apunta como causas de estos aumentos el éxito de las campañas de márketing en transmitir "el binomio agua mineral-salud", la sequía y "la baja calidad de las aguas en zonas costeras, cada vez más repletas de segundas residencias".
"Es un sector en expansión, en el que se están creando dos grandes grupos de empresas: las que innovan y las marcas de batalla",
resume Frederic Segarra, director de comunicación de Damm. La cervecera es pionera en la venta de cubitos de hielo de agua mineral (Veri Ice) y este año ha lanzado Fuente Liviana con sabor a limón y melocotón. Las aguas saborizadas representan ya el 1,23% del volumen comercializado de Font Vella, que encabeza la tendencia sectorial hacia la innovación.
Un manantial, un filón
Aunque grandes conocedores del terreno como Benet Oliver Rodés anticipan "un techo", prima la sensación de que tener un manantial es disponer de un filón. Así piensan empresas no hace tanto tiempo alejadas de los caudales de agua. Por ejemplo, las grandes multinacionales de la alimentación, que han convertido la bebida incolora en puntal de su actividad en España. Danone encabeza el mercado con su filial Font Vella, y Nestlé Waters es segunda por facturación (la italiana San Benedetto la supera en volumen de litros). Coca-Cola, el gigante de los refrescos, lanzó sus aguas embotelladas Aquabona hace cuatro años y ya tiene el 3% del mercado en litros. Según los expertos, manantial que se pone a la venta, manantial que recibe la visita de la casa de refrescos.
También creen en el nuevo negocio los grupos autóctonos de alimentación, como Pascual (Bezoya es su buque insignia) y El Pozo (Aquadeus), así como los fabricantes de bebidas alcohólicas, como Grupo Damm (Veri y Fuente Liviana), Osborne (Solán de Cabras), Estrella Galicia (50% del capital de Aguas de Cabreiroa) y Cervezas Alhambra. Con el agua embotellada, Pascual ha mejorado la presencia del resto de sus productos en hostelería.
En cuanto a las cerveceras y licoreras, su diversificación hacia este pujante mercado contrarresta el estancamiento de la actividad tradicional. La búsqueda de oportunidades nunca se detiene. Ahora son tiempos de cierres de pequeños envasadores y de puesta a la venta de manantiales sin acondicionar:
"Los dueños han visto el negocio",
según Oliver Rodés. El director comercial de Osborne, Isidoro Martínez de la Escalera, dice que
"se valoran nuevas adquisiciones, aunque nada a corto plazo".
Damm tampoco prevé compras inmediatas, con la excepción del "bueno, bonito y barato".
Las inversiones son millonarias. Font Vella ha desembolsado 14 millones de euros en los dos últimos años, según su director general, Rafael Pamias. Pascual empleó 90 millones de euros entre el 2002 y el 2006, y ha presupuestado 40 millones más hasta el 2008. Se crean plantas de producción y se destinan ingentes cifras a publicidad: Danone invirtió 29,3 millones en el 2004.
"Así surgió la idea de envasarlas",
divulga uno de los más doctos en la materia, el Dr. Oliver Rodés, ubicuo enólogo
de aguas --el 90% de las marcas españolas confían en sus análisis, dato constatable con solo mirar las etiquetas-- que guarda en su museo unos precursores frascos de cerámica con tapón de corcho.
Los tiempos han cambiado. El agua envasada ha dejado de ser capricho de urbanitas. Llena pasillos de hipermercados y se enfría en las neveras de bares y restaurantes. Según la Asociación Nacional de Empresas de Aguas de Bebida Envasadas (Aneabe), en los últimos 10 años se ha duplicado la producción y, por tanto, la demanda, ya que apenas se importan o exportan botellas.
Según Nestlé Waters, entre el 2004 y el 2005 el consumo per cápita de los consumidores españoles ascendió desde los 130 a los 143 litros, desde la cuarta posición europea hasta la segunda, solo detrás de Italia (189 litros). Con esos datos, no debe extrañar que los hogares beban ya más agua envasada que refrescos, una tendencia que irá a más por la buena aceptación de las aguas minerales con sabores (carbonatadas y no carbonatadas) que, en contraste con las bebidas con gas al uso, aportan menos calorías. El auge llega a reflejarse en los restaurantes de más caché, que enseñan a sus clientes cartas de aguas selectas.
La consultora Alimarket estima que, en el 2005, el mercado de las aguas envasadas creció en torno al 9,5%, tanto en volumen (6.450 millones de litros) como en valor (1.100 millones de euros). AC Nielsen e IRI informan de ascensos superiores al 10% y Canadean, firma de investigación en bebidas, estima que el incremento en litros y en valor fue del 6% y el 7,2%, respectivamente. Alimarket apunta como causas de estos aumentos el éxito de las campañas de márketing en transmitir "el binomio agua mineral-salud", la sequía y "la baja calidad de las aguas en zonas costeras, cada vez más repletas de segundas residencias".
"Es un sector en expansión, en el que se están creando dos grandes grupos de empresas: las que innovan y las marcas de batalla",
resume Frederic Segarra, director de comunicación de Damm. La cervecera es pionera en la venta de cubitos de hielo de agua mineral (Veri Ice) y este año ha lanzado Fuente Liviana con sabor a limón y melocotón. Las aguas saborizadas representan ya el 1,23% del volumen comercializado de Font Vella, que encabeza la tendencia sectorial hacia la innovación.
Un manantial, un filón
Aunque grandes conocedores del terreno como Benet Oliver Rodés anticipan "un techo", prima la sensación de que tener un manantial es disponer de un filón. Así piensan empresas no hace tanto tiempo alejadas de los caudales de agua. Por ejemplo, las grandes multinacionales de la alimentación, que han convertido la bebida incolora en puntal de su actividad en España. Danone encabeza el mercado con su filial Font Vella, y Nestlé Waters es segunda por facturación (la italiana San Benedetto la supera en volumen de litros). Coca-Cola, el gigante de los refrescos, lanzó sus aguas embotelladas Aquabona hace cuatro años y ya tiene el 3% del mercado en litros. Según los expertos, manantial que se pone a la venta, manantial que recibe la visita de la casa de refrescos.
También creen en el nuevo negocio los grupos autóctonos de alimentación, como Pascual (Bezoya es su buque insignia) y El Pozo (Aquadeus), así como los fabricantes de bebidas alcohólicas, como Grupo Damm (Veri y Fuente Liviana), Osborne (Solán de Cabras), Estrella Galicia (50% del capital de Aguas de Cabreiroa) y Cervezas Alhambra. Con el agua embotellada, Pascual ha mejorado la presencia del resto de sus productos en hostelería.
En cuanto a las cerveceras y licoreras, su diversificación hacia este pujante mercado contrarresta el estancamiento de la actividad tradicional. La búsqueda de oportunidades nunca se detiene. Ahora son tiempos de cierres de pequeños envasadores y de puesta a la venta de manantiales sin acondicionar:
"Los dueños han visto el negocio",
según Oliver Rodés. El director comercial de Osborne, Isidoro Martínez de la Escalera, dice que
"se valoran nuevas adquisiciones, aunque nada a corto plazo".
Damm tampoco prevé compras inmediatas, con la excepción del "bueno, bonito y barato".
Las inversiones son millonarias. Font Vella ha desembolsado 14 millones de euros en los dos últimos años, según su director general, Rafael Pamias. Pascual empleó 90 millones de euros entre el 2002 y el 2006, y ha presupuestado 40 millones más hasta el 2008. Se crean plantas de producción y se destinan ingentes cifras a publicidad: Danone invirtió 29,3 millones en el 2004.