One month of extremely vigilance in 970 Km of underground gallery

Fri, 30/06/2006

ABC

La Brigada de Subsuelo de Valencia lleva más de un mes descendiendo al laberinto subterráneo que atraviesa la ciudad y que, con más de 970 kilómetros de galerías -la mayoría de menos de 1,50 de altura- ha sido objeto de vigilancia constante. Se trata de un complejo entramado de redes subterráneas, alcantarillado, canalizaciones de escorrentías naturales, aguas residuales y fecales y redes de abastecimiento de agua, teléfono, electricidad, metro y algún que otro búnker de la Guerra Civil o gruta de la época romana. La participación de esta brigada es esencial en los dispositivos de seguridad, ya que además de evitar la acción terrorista, mediante el sabotaje, permite incrementar la vigilancia en las partes que afectarán a las altas personalidades por medio de reconocimientos aleatorios y periódicos de las instalaciones existentes. Los últimos días han procedido al sellado y precinto de varios registros que después son verificados para comprobar que nadie los ha manipulado.

Sus 24 integrantes sufren en ocasiones gran penosidad, por la sensación de claustrofobia, falta de oxígeno, malos olores y la posibilidad de padecer mareos, mordeduras de ratas, infecciones y enfermedades como el tétanos o las derivadas de la excesiva humedad que han de soportar. En ocasiones, se ven obligados a caminar por un colector de aguas fecales durante media hora y sin comunicación con el exterior. Para ello, cuentan con equipos especiales, como medidor de gases y máscaras.