Human influence in desertification

Sun, 18/06/2006

Europa Press

La organización ecologista Greenpeace alertó hoy, ante la celebración mañana del Día Mundial de la Lucha contra la Desertización y la Sequía, sobre la influencia humana en la expansión de este fenómeno, que es además una de las mayores amenazas medio ambientales a escala mundial.
Así, la sobreexplotación de los recursos hídricos, la tala indiscriminada de bosques, la agricultura intensiva --a menudo asociada al uso de variedades transgénicas-- y el pastoreo intensivo, los incendios y la ocupación del suelo para el negocio inmobiliario resultan en gran parte responsables de esta situación, según la organización.
Greenpeace recordó que España es el país más árido de Europa, ya que según la ONU, un tercio de su superficie sufre una tasa muy elevada de desertificación y un 6% ya se ha degradado de forma irreversible. Las zonas más afectadas por este fenómeno son la vertiente mediterránea y las Islas Canarias.
"La desertificación es fundamentalmente un problema de desvinculación entre los recursos naturales y el sistema socio-económico que los explota, o sea, es ante todo un problema de desarrollo sostenible", declaró la responsable de la campaña de energía y cambio climático de Greenpeace, Sara Pizzinato.
La organización ecologista reclamó medidas urgentes que impidan seguir perdiendo, cada año, millones de toneladas de suelo arrastrados por el agua y el viento junto con las especies que ahí se albergan como consecuencia del avance de los procesos de desertificación.
1.250 MILLONES DE PERSONAS AMENAZADAS
Por su parte, la organización Intervida ha cifrado en más de 1.250 millones de personas las amenazadas por la desertización en el mundo (1.000 millones amenazados y 250 millones afectados), alertando de la degradación de la tierra y que muchas comunidades empobrecidas tienen una dependencia casi absoluta del suelo y de los cultivos.
"La desertización es un proceso que se debe casi exclusivamente a la acción del ser humano", recuerda, con motivo del Año Internacional de Lucha contra la Desertificación y el cumplimiento de una década de la entrada en vigor --el 26 de diciembre de 1996-- de la Convención de las Naciones Unidas contra la Desertificación.
Así, alerta de que los primeros efectos perjudiciales de la desertificación se sufren en la superficie fértil de la tierra, el manto vegetal y los cultivos tradicionales. Para muchas de las poblaciones empobrecidas con quienes Intervida trabaja, la dependencia del suelo y de los cultivos es casi absoluta.
En este sentido, señala en un comunicado que las prácticas agrarias inadecuadas y el manejo agresivo de los bosques y la vegetación provocan la reducción de los recursos hídricos disponibles, dificultando el futuro de estas comunidades, que se basan principalmente en una agricultura de subsistencia.
Por un lado, lamenta que las tierras están cada vez más degradadas por los malos usos agrícolas, como la intensificación de los cultivos y el uso de plaguicidas y abonos químicos sin implementar medidas de conservación del suelo, y por otro, que durante décadas se han venido realizando emisiones de gases de efecto invernadero y se han destruido algunos bosques que podrían haber absorbido parte de estas emisiones.
DESERTIZACIÓN Y POBREZA
En este sentido y con motivo de la celebración el pasado 5 de junio del Día Mundial del Medioambiente bajo el lema '¡No hagamos de las tierras áridas desiertos!', el secretario general de la ONU, Kofi Annan, ha hecho un llamamiento a cuidar las tierras áridas y semiáridas del mundo advirtiendo de que la desertización "conduce a a pobreza o la exacerba".
Según Annan, las tierras áridas "cubren más del 40% de la superficie de la Tierra y albergan a casi 2.000 millones de personas, la tercera parte de la población mundial". Para la mayoría de sus habitantes, subrayó, "la vida es dura y el futuro suele ser precario" ya que "viven al margen en los ámbitos ecológico, económico y social". Por ello, destacó "es fundamental que no descuidemos a esas personas ni a los frágiles hábitats de que dependen".
El secretario general de la ONU hizo especial hincapié en que "la pobreza, la ordenación insostenible de la tierra y el cambio climático están haciendo de las tierras áridas desiertos", advirtiendo de que "la desertificación a su vez conduce a la pobreza o la exacerba".
Según Annan, este problema "es particularmente agudo en el África subsahariana y el Asia meridional, donde la degradación de las tierras áridas es un grave obstáculo para la erradicación de la pobreza y el hambre extremas y pone en peligro los esfuerzos encaminados a asegurar la sostenibilidad del medio ambiente", objetivos que han sido incluidos en los llamados Objetivos del Milenio que "los gobiernos del mundo se han comprometido a alcanzar para 2015".