Thermal power stations exceeds emissions limits causing acid rain
Tue, 23/05/2006
Las centrales térmicas siguen contaminando más de la cuenta. Las 73 instalaciones de fuel, carbón y petróleo existentes en España emitieron el año pasado 288.117 toneladas de óxidos de nitrógeno, contaminantes que favorecen la aparición de lluvia ácida y de ozono perjudicial para la salud. El dato, peor que el de 2004, supone que España se aleja cada vez más del nivel de emisiones fijado por la UE en 1991 y ya supera en 11.000 toneladas lo permitido. Pese a que existe un tope para España, no hay un nivel máximo por instalación, por lo que estas superaciones no implican ninguna sanción.
España emite un 52,88% más de gases de efecto invernadero que en 1990 y es el país industrializado que más se aleja del Protocolo de Kioto, que sólo le permite emitir un 15% más que en 1990. Parte de este aumento se debe al excesivo funcionamiento de las viejas centrales eléctricas de carbón y fuel para producir electricidad. Estas plantas emiten mucho CO2, que contribuye al calentamiento, pero también generan otros contaminantes como los óxidos de nitrógeno.
Cuanto más funcionan estas plantas, más contaminan. En 2005, estas centrales funcionaron por encima de lo normal con el objetivo de compensar la falta de agua en los embalses. A falta de energía hidráulica, que disminuyó en 2005 un 34,7% respecto al año anterior, las eléctricas optaron por el carbón, el gas y el fuel para cubrir la demanda de electricidad. El resultado es que en 2005, las 73 plantas registradas como grandes instalaciones de combustión emitieron 288.117 toneladas de óxidos de nitrógeno, según una respuesta parlamentaria del Gobierno al diputado de Izquierda Verde Joan Herrera.
El dato es aún peor que el de 2004 y se aleja del límite de 277.000 toneladas fijado en un real decreto de 1991. Entonces, España había conseguido negociar esa cuota en Bruselas y el límite parecía inalcanzable, ya que las plantas españolas emitían entonces menos de 240.000 toneladas. Pero la demanda eléctrica creció un 57% entre 1996 y 2004 y, con ella, la contaminación.
Como el Gobierno pensaba que no se alcanzaría el tope, no fijó cupos por empresas. Así que la emisión en exceso no está penalizada. Las que más emitieron en 2005 fueron la planta de carbón de Compostilla (León), con 38.281 toneladas de óxidos de nitrógeno, seguida de la de carbón de Teruel (34.081 toneladas). En total, las plantas que utilizan carbón como combustible emitieron el 89,53% del total; seguidas de las de fuel (4,82%), y las refinerías de petróleo (4,49%).
Los óxidos de nitrógeno son precursores del ozono troposférico. Este ozono se forma a baja altura por reacción de estos óxidos de nitrógeno con la luz. Por eso son más frecuentes en verano. El ozono a altas dosis puede producir problemas respiratorios, dolor de cabeza, sequedad y afección pulmonar. Además, son precursores de la lluvia ácida.
Los óxidos de nitrógeno se producen en estas centrales térmicas, pero el principal responsable es el tráfico. En España la contaminación atmosférica es ya un grave problema de salud pública. La Comisión Europea atribuye 16.000 muertes al año en España a la mala calidad del aire y en Europa eleva la cifra a 310.000 muertos al año. El Ministerio de Medio Ambiente afirma que más de 12 millones de españoles respiran aire con niveles de contaminación superiores a los permitidos por Bruselas.
El responsable de Energía de Ecologistas en Acción, Ladislao Martínez, critica que no exista una forma de controlar la emisión de cada planta: 'En septiembre, el Gobierno ya puede saber si a final del año las emisiones se cumplirán o no. Lo lógico sería modificar el sistema eléctrico para penalizar y controlar que no funcionen todas las horas las centrales más contaminantes'. Martínez destaca que en 2005 hubo centrales más modernas y menos contaminantes que estuvieron paradas muchas horas y que 'podrían haber evitado muchas emisiones de óxidos de nitrógeno y de dióxido de carbono'. Martínez añade que existe tecnología para frenar la emisión de óxidos de nitrógeno, pero que el Gobierno no las estimula lo suficiente.
El único control sobre estas emisiones es un plan de cierre elaborado por el Ministerio de Industria. Un total de 23 centrales térmicas de fuel y carbón se han acogido a un plan de cierre, que les permite funcionar 20.000 horas entre 2008 y 2015.
España superó por primera vez el tope de emisión de óxidos de nitrógeno en 2000. Desde entonces lo supera en función de la lluvia. En cada año seco, la contaminación se dispara.
España emite un 52,88% más de gases de efecto invernadero que en 1990 y es el país industrializado que más se aleja del Protocolo de Kioto, que sólo le permite emitir un 15% más que en 1990. Parte de este aumento se debe al excesivo funcionamiento de las viejas centrales eléctricas de carbón y fuel para producir electricidad. Estas plantas emiten mucho CO2, que contribuye al calentamiento, pero también generan otros contaminantes como los óxidos de nitrógeno.
Cuanto más funcionan estas plantas, más contaminan. En 2005, estas centrales funcionaron por encima de lo normal con el objetivo de compensar la falta de agua en los embalses. A falta de energía hidráulica, que disminuyó en 2005 un 34,7% respecto al año anterior, las eléctricas optaron por el carbón, el gas y el fuel para cubrir la demanda de electricidad. El resultado es que en 2005, las 73 plantas registradas como grandes instalaciones de combustión emitieron 288.117 toneladas de óxidos de nitrógeno, según una respuesta parlamentaria del Gobierno al diputado de Izquierda Verde Joan Herrera.
El dato es aún peor que el de 2004 y se aleja del límite de 277.000 toneladas fijado en un real decreto de 1991. Entonces, España había conseguido negociar esa cuota en Bruselas y el límite parecía inalcanzable, ya que las plantas españolas emitían entonces menos de 240.000 toneladas. Pero la demanda eléctrica creció un 57% entre 1996 y 2004 y, con ella, la contaminación.
Como el Gobierno pensaba que no se alcanzaría el tope, no fijó cupos por empresas. Así que la emisión en exceso no está penalizada. Las que más emitieron en 2005 fueron la planta de carbón de Compostilla (León), con 38.281 toneladas de óxidos de nitrógeno, seguida de la de carbón de Teruel (34.081 toneladas). En total, las plantas que utilizan carbón como combustible emitieron el 89,53% del total; seguidas de las de fuel (4,82%), y las refinerías de petróleo (4,49%).
Los óxidos de nitrógeno son precursores del ozono troposférico. Este ozono se forma a baja altura por reacción de estos óxidos de nitrógeno con la luz. Por eso son más frecuentes en verano. El ozono a altas dosis puede producir problemas respiratorios, dolor de cabeza, sequedad y afección pulmonar. Además, son precursores de la lluvia ácida.
Los óxidos de nitrógeno se producen en estas centrales térmicas, pero el principal responsable es el tráfico. En España la contaminación atmosférica es ya un grave problema de salud pública. La Comisión Europea atribuye 16.000 muertes al año en España a la mala calidad del aire y en Europa eleva la cifra a 310.000 muertos al año. El Ministerio de Medio Ambiente afirma que más de 12 millones de españoles respiran aire con niveles de contaminación superiores a los permitidos por Bruselas.
El responsable de Energía de Ecologistas en Acción, Ladislao Martínez, critica que no exista una forma de controlar la emisión de cada planta: 'En septiembre, el Gobierno ya puede saber si a final del año las emisiones se cumplirán o no. Lo lógico sería modificar el sistema eléctrico para penalizar y controlar que no funcionen todas las horas las centrales más contaminantes'. Martínez destaca que en 2005 hubo centrales más modernas y menos contaminantes que estuvieron paradas muchas horas y que 'podrían haber evitado muchas emisiones de óxidos de nitrógeno y de dióxido de carbono'. Martínez añade que existe tecnología para frenar la emisión de óxidos de nitrógeno, pero que el Gobierno no las estimula lo suficiente.
El único control sobre estas emisiones es un plan de cierre elaborado por el Ministerio de Industria. Un total de 23 centrales térmicas de fuel y carbón se han acogido a un plan de cierre, que les permite funcionar 20.000 horas entre 2008 y 2015.
España superó por primera vez el tope de emisión de óxidos de nitrógeno en 2000. Desde entonces lo supera en función de la lluvia. En cada año seco, la contaminación se dispara.