Lluis Vives network starts a permanent academic forum focused on water
Fri, 19/05/2006
La red universitaria Joan Lluís Vives, que reúne a 20 universidades del ámbito lingüístico catalán, ha establecido un foro permanente de debate sobre el agua. El primer seminario, abierto ayer en Valencia, constató el desconocimiento de los expertos acerca de lo que ocurre en las regiones vecinas; la 'escasa fiabilidad' de los datos oficiales y la falta de un organismo que coordine la acción de los tres niveles estatales.
El agua no fue nunca un asunto pacífico; la palabra rival, recordó ayer el profesor Joan Romero, organizador del encuentro, proviene de la palabra río. El primer seminario del Institut Joan Lluís Vives pretende encauzar un debate 'franco, abierto' y sereno sobre la gestión de los recursos hídricos. Participan expertos valencianos y catalanes y también profesores de otras regiones, entre ellas Aragón y Murcia, cuyos gobiernos han venido enfrentándose en los últimos años por el trasvase del Ebro.
El encuentro se celebrará cada año en una de las universidades de la red. Y estará abierto a representantes de empresas públicas y privadas, sindicatos de regantes, medios de comunicación y demás agentes sociales.
Lo primero que comprobaron ayer los expertos fue lo poco que saben del trabajo que realizan sus colegas. Lo segundo, la distancia que existe entre los datos que poseen los académicos y los que tienen los organismos oficiales, a los que atribuyen una 'escasa fiabilidad'. Francisco Calvo y Alfredo Morales, de la Universidad de Murcia, pusieron de relieve que los datos sobre la superficie de regadío que existe en su región presentan una diferencia de cerca de 50.000 hectáreas.
No se conoce la extensión de los regadíos; ni la cantidad de agua consumida, ni cuánta se depura o podría depurarse. Tampoco existe consenso sobre el coste de tratar un metro cúbico de agua contaminada.
Se esperaba con interés la intervención, hoy, del profesor David Prytherch, acerca del modelo de gestión hídrica de California. El área de clima mediterráneo de los Estados Unidos que optó hace tiempo por combinar la depuración; la desalación y el trasvase de caudales.
La primera jornada del seminario puso de manifiesto también la descoordinación que existe entre los tres niveles administrativos del Estado respecto a la gestión del agua. En su ponencia Los planes hidrológicos españoles: historia de un fracaso colectivo , el profesor Joan Romero advirtió contra la incapacidad para asentar un consenso básico sobre un aspecto clave en cualquier país, que queda sujeto a los vaivenes de las mayorías parlamentarias. La prueba más clara es la aprobación y posterior derogación del Plan Hidrológico Nacional, cuya resucitación cuando cambie el color del Gobierno no puede descartarse.
Una debilidad a la que Romero añade la condición de 'Estado compuesto' de España, donde el Gobierno ostenta la competencia sobre las confederaciones hidrográficas; las comunidades autónomas se encargan de la ordenación del territorio y del turismo, y los municipios del planeamiento urbano. Un sistema en la práctica 'federal' como el descrito 'viene obligado' a dotarse de mecanismos de cooperación en la gestión del agua, concluyó.
El agua no fue nunca un asunto pacífico; la palabra rival, recordó ayer el profesor Joan Romero, organizador del encuentro, proviene de la palabra río. El primer seminario del Institut Joan Lluís Vives pretende encauzar un debate 'franco, abierto' y sereno sobre la gestión de los recursos hídricos. Participan expertos valencianos y catalanes y también profesores de otras regiones, entre ellas Aragón y Murcia, cuyos gobiernos han venido enfrentándose en los últimos años por el trasvase del Ebro.
El encuentro se celebrará cada año en una de las universidades de la red. Y estará abierto a representantes de empresas públicas y privadas, sindicatos de regantes, medios de comunicación y demás agentes sociales.
Lo primero que comprobaron ayer los expertos fue lo poco que saben del trabajo que realizan sus colegas. Lo segundo, la distancia que existe entre los datos que poseen los académicos y los que tienen los organismos oficiales, a los que atribuyen una 'escasa fiabilidad'. Francisco Calvo y Alfredo Morales, de la Universidad de Murcia, pusieron de relieve que los datos sobre la superficie de regadío que existe en su región presentan una diferencia de cerca de 50.000 hectáreas.
No se conoce la extensión de los regadíos; ni la cantidad de agua consumida, ni cuánta se depura o podría depurarse. Tampoco existe consenso sobre el coste de tratar un metro cúbico de agua contaminada.
Se esperaba con interés la intervención, hoy, del profesor David Prytherch, acerca del modelo de gestión hídrica de California. El área de clima mediterráneo de los Estados Unidos que optó hace tiempo por combinar la depuración; la desalación y el trasvase de caudales.
La primera jornada del seminario puso de manifiesto también la descoordinación que existe entre los tres niveles administrativos del Estado respecto a la gestión del agua. En su ponencia Los planes hidrológicos españoles: historia de un fracaso colectivo , el profesor Joan Romero advirtió contra la incapacidad para asentar un consenso básico sobre un aspecto clave en cualquier país, que queda sujeto a los vaivenes de las mayorías parlamentarias. La prueba más clara es la aprobación y posterior derogación del Plan Hidrológico Nacional, cuya resucitación cuando cambie el color del Gobierno no puede descartarse.
Una debilidad a la que Romero añade la condición de 'Estado compuesto' de España, donde el Gobierno ostenta la competencia sobre las confederaciones hidrográficas; las comunidades autónomas se encargan de la ordenación del territorio y del turismo, y los municipios del planeamiento urbano. Un sistema en la práctica 'federal' como el descrito 'viene obligado' a dotarse de mecanismos de cooperación en la gestión del agua, concluyó.