CHJ has started up the use of 30 wells to avoid drought
Mon, 10/04/2006
Las lluvias de primavera, que han mejorado las reservas de agua en casi toda España, no llegan a la Comunitat Valenciana, con lo que se extienden las amenazas de escasez
Las lluvias están regando en las últimas semanas casi toda España, pero no llegan a la Comunitat Valenciana, que depende más de situaciones de temporal de Levante que no se producen como cabía esperar en esta última oportunidad primaveral. La Confederación Hidrográfica del Júcar ya ha puesto en marcha 30 pozos de sequía.
VICENTE LLADRÓ/LAURA GARCÉS/VALENCIA
Afloramiento de agua subterránea en una reciente perforación en el interior de la Comunitat Valenciana.
Más noticias
Publicidad
Las reservas de agua de los embalses están en niveles preocupantes, salvo el sistema del Turia, que resiste de forma casi milagrosa, y la sequía extiende su larga sombra amenazante conforme se acerca un verano que se presenta duro y plagado de restricciones, al menos para el riego agrícola.
La grave escasez de agua ya está imponiendo al campo de la Comunitat Valenciana algunas de sus nefastas consecuencias. En el sur de Alicante se extienden los problemas de falta de riego y apenas se están produciendo cultivos de hortalizas, porque falta lo esencial, el agua, y nadie tiene seguridad en que los cultivos puedan llegar a buen fin.
Los trasvases del Tajo sólo llegan para abastecimientos urbanos y no cabe confiar en que mejoren las perspectivas. Quedan los recursos, pobres, de los pozos, la mayoría de ellos afectados por graves problemas de salinización o de fuertes descensos de sus niveles freáticos.
En los cultivos de cítricos y frutales alicantinos tampoco es halagüeño el panorama. Se desiste ya de tener producciones regulares en la mayoría de los casos y sólo se procura realizar labores de mantenimiento, para que no se mueran los árboles, pero también empiezan a verse muchas situaciones de abandono de fincas, porque la situación se repite año tras año y se van desvaneciendo las esperanzas de solución. ¿Para qué gastar en mantener semivivos unos árboles si se teme que nunca vuelva a haber agua para tenerlos en producción?
Pozos de socorro
La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ya ha puesto en marcha 30 pozos de sequía para satisfacer parte de la demanda hídrica de los regadíos en su zona de afección, que en la Comunitat Valenciana abarca toda la provincia de Valencia, dos tercios de la de Alicante (la Vega Baja es del Segura) y casi toda la de Castellón, salvo la esquina norte, que pertenece al Ebro.
Si bien estas instalaciones ya han sido utilizadas en anteriores situaciones de necesidad por sequía, la CHJ ha explicado que se están poniendo en condiciones de funcionamiento en previsión de que tuvieran que ser utilizados de nuevo hasta 82 pozos de sequía que existen en toda su área de influencia.
Hay que recordar que el pasado mes de febrero la Confederación Hidrográfica del Júcar ya anunció a través de LAS PROVINCIAS que estaba poniendo a punto 50 de estas instalaciones de captación de agua subterránea, con la misma finalidad a la que ahora vuelve a referirse.
Entre las necesidades de agua para el regadío que se plantean más próximas se encuentra la que comporta la campaña arrocera, ya que entre finales de este mes de abril y los primeros días de mayo se tendrán que anegar los campos para proceder a la siembra.
Un 40% menos para el arrozal
Ante la inmediatez de ello, desde la Comunitat de Regantes de Sueca, su pesidente, José Pascual Fortea, ha destacado que este año los usuarios de la CHJ ‘‘tenemos una dotación de agua que es un 40% menor que la del año pasado’’.
En previsión de las dificultades que pueden derivarse, Pascual Fortea ha destacado que ‘‘nos estamos preparando para realizar rebombeos de agua’’. Es decir, utilizar al máximo las instalaciones de bombas de las áreas arroceras para hacer recircular el agua, evitando que se pierda en el mar.
De esta forma se consigue aprovechar al máximo una dotación muy inferior a la habitual, aunque no es una práctica que pueda repetirse muy seguido, porque el agua se envicia, pierde calidad, y siempre se corre el riesgo de aumentar los problemas de salinización del suelo y de no diluir posibles elementos contaminantes.
En definitiva, se puede hacer un año, pero no ir más allá. No lo aguantarían ni las condiciones de salubridad para el cultivo ni la economía de una producción que, como la arrocera, está en el límite de la rentabilidad y no puede afrontar mayores gastos.
No obstante, el presidente de los regantes de Sueca señaló que está ‘‘todo dispuesto para poder mantener viva la Albufera’’ y recordó que ya ‘‘tenemos la experiencia que adquirimos en 1995’’. Fortea recuerda que las reservas hídricas con las que se afronta esta temporada ‘‘suponen el doble de las que había en aquella ocasión’’, sólo que ‘‘ahora hay más demanda de agua en general’’, porque desde la anterior etapa de dura sequía ha crecido mucho la población y las necesidades de todo tipo.
Peligros medioambientales
Los regantes de los arrozales que se enmarcan en el Parque Natural de la Albufera afrontarán la temporada con casi la mitad del agua habitual, lo que les mantiene en una gran incertidumbre.
Pero las dudas se extienden también al mantenimiento de los humedales protegidos, espacios naturales que, lógicamente, son muy sensibles a la escasez de agua. Tanto es así que desde el Parque Natural El Hondo de Elche, su directora, Paloma Gómez, ha señalado que en estos momentos la situación es buena, pero se observa con preocupación la llegada del verano, dado que se teme que no llegue el caudal ecológico del Segura, una circunstancia que ya se está sufriendo ahora.
Las lluvias están regando en las últimas semanas casi toda España, pero no llegan a la Comunitat Valenciana, que depende más de situaciones de temporal de Levante que no se producen como cabía esperar en esta última oportunidad primaveral. La Confederación Hidrográfica del Júcar ya ha puesto en marcha 30 pozos de sequía.
VICENTE LLADRÓ/LAURA GARCÉS/VALENCIA
Afloramiento de agua subterránea en una reciente perforación en el interior de la Comunitat Valenciana.
Más noticias
Publicidad
Las reservas de agua de los embalses están en niveles preocupantes, salvo el sistema del Turia, que resiste de forma casi milagrosa, y la sequía extiende su larga sombra amenazante conforme se acerca un verano que se presenta duro y plagado de restricciones, al menos para el riego agrícola.
La grave escasez de agua ya está imponiendo al campo de la Comunitat Valenciana algunas de sus nefastas consecuencias. En el sur de Alicante se extienden los problemas de falta de riego y apenas se están produciendo cultivos de hortalizas, porque falta lo esencial, el agua, y nadie tiene seguridad en que los cultivos puedan llegar a buen fin.
Los trasvases del Tajo sólo llegan para abastecimientos urbanos y no cabe confiar en que mejoren las perspectivas. Quedan los recursos, pobres, de los pozos, la mayoría de ellos afectados por graves problemas de salinización o de fuertes descensos de sus niveles freáticos.
En los cultivos de cítricos y frutales alicantinos tampoco es halagüeño el panorama. Se desiste ya de tener producciones regulares en la mayoría de los casos y sólo se procura realizar labores de mantenimiento, para que no se mueran los árboles, pero también empiezan a verse muchas situaciones de abandono de fincas, porque la situación se repite año tras año y se van desvaneciendo las esperanzas de solución. ¿Para qué gastar en mantener semivivos unos árboles si se teme que nunca vuelva a haber agua para tenerlos en producción?
Pozos de socorro
La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ya ha puesto en marcha 30 pozos de sequía para satisfacer parte de la demanda hídrica de los regadíos en su zona de afección, que en la Comunitat Valenciana abarca toda la provincia de Valencia, dos tercios de la de Alicante (la Vega Baja es del Segura) y casi toda la de Castellón, salvo la esquina norte, que pertenece al Ebro.
Si bien estas instalaciones ya han sido utilizadas en anteriores situaciones de necesidad por sequía, la CHJ ha explicado que se están poniendo en condiciones de funcionamiento en previsión de que tuvieran que ser utilizados de nuevo hasta 82 pozos de sequía que existen en toda su área de influencia.
Hay que recordar que el pasado mes de febrero la Confederación Hidrográfica del Júcar ya anunció a través de LAS PROVINCIAS que estaba poniendo a punto 50 de estas instalaciones de captación de agua subterránea, con la misma finalidad a la que ahora vuelve a referirse.
Entre las necesidades de agua para el regadío que se plantean más próximas se encuentra la que comporta la campaña arrocera, ya que entre finales de este mes de abril y los primeros días de mayo se tendrán que anegar los campos para proceder a la siembra.
Un 40% menos para el arrozal
Ante la inmediatez de ello, desde la Comunitat de Regantes de Sueca, su pesidente, José Pascual Fortea, ha destacado que este año los usuarios de la CHJ ‘‘tenemos una dotación de agua que es un 40% menor que la del año pasado’’.
En previsión de las dificultades que pueden derivarse, Pascual Fortea ha destacado que ‘‘nos estamos preparando para realizar rebombeos de agua’’. Es decir, utilizar al máximo las instalaciones de bombas de las áreas arroceras para hacer recircular el agua, evitando que se pierda en el mar.
De esta forma se consigue aprovechar al máximo una dotación muy inferior a la habitual, aunque no es una práctica que pueda repetirse muy seguido, porque el agua se envicia, pierde calidad, y siempre se corre el riesgo de aumentar los problemas de salinización del suelo y de no diluir posibles elementos contaminantes.
En definitiva, se puede hacer un año, pero no ir más allá. No lo aguantarían ni las condiciones de salubridad para el cultivo ni la economía de una producción que, como la arrocera, está en el límite de la rentabilidad y no puede afrontar mayores gastos.
No obstante, el presidente de los regantes de Sueca señaló que está ‘‘todo dispuesto para poder mantener viva la Albufera’’ y recordó que ya ‘‘tenemos la experiencia que adquirimos en 1995’’. Fortea recuerda que las reservas hídricas con las que se afronta esta temporada ‘‘suponen el doble de las que había en aquella ocasión’’, sólo que ‘‘ahora hay más demanda de agua en general’’, porque desde la anterior etapa de dura sequía ha crecido mucho la población y las necesidades de todo tipo.
Peligros medioambientales
Los regantes de los arrozales que se enmarcan en el Parque Natural de la Albufera afrontarán la temporada con casi la mitad del agua habitual, lo que les mantiene en una gran incertidumbre.
Pero las dudas se extienden también al mantenimiento de los humedales protegidos, espacios naturales que, lógicamente, son muy sensibles a la escasez de agua. Tanto es así que desde el Parque Natural El Hondo de Elche, su directora, Paloma Gómez, ha señalado que en estos momentos la situación es buena, pero se observa con preocupación la llegada del verano, dado que se teme que no llegue el caudal ecológico del Segura, una circunstancia que ya se está sufriendo ahora.