Flow recovery allows the dams increase
Sun, 26/03/2006
Después de casi un año sin caer ni gota ni los más optimistas habrían imaginado que al comienzo de la primavera la capacidad de los pantanos se aproximaría al 40 por ciento. Todavía estamos lejos de los porcentajes de almacenamiento que había a finales de marzo de 2005 (61,88 por ciento sobre la capacidad total), pero el fantasma de las restricciones parece haber pasado de largo. Eso no quiere decir que técnicamente no sigamos en sequía, que seguimos, sino que hemos pasado de una estadío de máxima alerta a uno de alerta. ¿Por qué ha cambiado tanto el panorama? Porque estamos viviendo uno de los años más húmedos de la última década. Desde el pasado otoño se han registrado en la provincia 321,7 litros por metro cuadrado de media, lo que supone el triple que lo caído en todo el ejercicio hídrico anterior (de octubre de 2004 a octubre de 2005). Y lo mejor de todo es que los meteorólogos auguran que a lo largo de esta primavera seguirá habiendo más precipitaciones, por lo que los desequilibrios se pueden corregir todavía más.
870 hectómetros
La red de embalses acapara en estos momentos 870 hectómetros cúbicos (tan sólo Córdoba tiene un poco más, 1.058). Se encuentra al 35,42 por ciento, pero la previsión es que el volumen siga creciendo en las próximas semanas. Los cauces se han ido recuperando poco a poco y las presas reciben una aportación diaria de 5 hectómetros cúbicos. Es decir, hemos llegado a un punto en el que no es necesario que llueva para que los niveles sigan subiendo. También ha mejorado la coyuntura en las infraestructuras que nutren los principales sistemas, por lo que el abastecimiento humano está garantizado durante un año. El Quiebrajano, que surte a unos 200.000 habitantes de la capital y de los municipios del área metropolitana, está tan sólo al 25,69 por ciento, pero las acuíferos profundos del Mingo y la Merced sí presentan un mejor caudal. Por si hubiera algún problema hay previstas una serie de obras de emergencia que aumentarían los recursos disponibles. El Dañador, que proporciona agua a toda la comarca de El Condado (20.000 ciudadanos), se halla al 43,5 por ciento. En este caso existe la posibilidad de trasvasar desde el Guadalmena, que está al 46,1 por ciento. El Aguascebas, que surte a La Loma (100.000 almas), está al 73,6 por ciento. En esta zona también hay la alternativa de bombear directamente desde el Guadalquivir.
La clave a partir de ahora es seguir sumando o, en su defecto, diferir al máximo la pérdida de lo que tenemos. Si las borrascas nos siguen visitando con cierta frecuencia de aquí a que empiece el verano, se retrasan los riegos, que habitualmente se inician el 1 de junio. Además, cuando el terreno está empapado los desembalses para fines agrarios son mucho más efectivos ya que se infiltra menos y llega más líquido a las plantaciones. Y es que el futuro volvía a pintar negro para los olivareros de Jaén. El organismo regulador de la cuenca, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), ya informó el pasado 23 de febrero de que esta campaña los agricultores iban a tener un 70 por ciento menos de agua que en 2005, una decisión que encolerizó a las comunidades de regantes. Pero como las expectativas ya no son tan desalentadoras la Comisión de Desembalse de la CHG se reunirá nuevamente en septiembre para analizar la situación y, si lo considera conveniente, realizar un recálculo respecto al anuncio que hizo en un principio. Es posible que las dotaciones se incrementen algo.
870 hectómetros
La red de embalses acapara en estos momentos 870 hectómetros cúbicos (tan sólo Córdoba tiene un poco más, 1.058). Se encuentra al 35,42 por ciento, pero la previsión es que el volumen siga creciendo en las próximas semanas. Los cauces se han ido recuperando poco a poco y las presas reciben una aportación diaria de 5 hectómetros cúbicos. Es decir, hemos llegado a un punto en el que no es necesario que llueva para que los niveles sigan subiendo. También ha mejorado la coyuntura en las infraestructuras que nutren los principales sistemas, por lo que el abastecimiento humano está garantizado durante un año. El Quiebrajano, que surte a unos 200.000 habitantes de la capital y de los municipios del área metropolitana, está tan sólo al 25,69 por ciento, pero las acuíferos profundos del Mingo y la Merced sí presentan un mejor caudal. Por si hubiera algún problema hay previstas una serie de obras de emergencia que aumentarían los recursos disponibles. El Dañador, que proporciona agua a toda la comarca de El Condado (20.000 ciudadanos), se halla al 43,5 por ciento. En este caso existe la posibilidad de trasvasar desde el Guadalmena, que está al 46,1 por ciento. El Aguascebas, que surte a La Loma (100.000 almas), está al 73,6 por ciento. En esta zona también hay la alternativa de bombear directamente desde el Guadalquivir.
La clave a partir de ahora es seguir sumando o, en su defecto, diferir al máximo la pérdida de lo que tenemos. Si las borrascas nos siguen visitando con cierta frecuencia de aquí a que empiece el verano, se retrasan los riegos, que habitualmente se inician el 1 de junio. Además, cuando el terreno está empapado los desembalses para fines agrarios son mucho más efectivos ya que se infiltra menos y llega más líquido a las plantaciones. Y es que el futuro volvía a pintar negro para los olivareros de Jaén. El organismo regulador de la cuenca, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), ya informó el pasado 23 de febrero de que esta campaña los agricultores iban a tener un 70 por ciento menos de agua que en 2005, una decisión que encolerizó a las comunidades de regantes. Pero como las expectativas ya no son tan desalentadoras la Comisión de Desembalse de la CHG se reunirá nuevamente en septiembre para analizar la situación y, si lo considera conveniente, realizar un recálculo respecto al anuncio que hizo en un principio. Es posible que las dotaciones se incrementen algo.