Summer crops in danger due to the lack of water

Mon, 27/02/2006

ABC

JAVIER PADILLA

SEVILLA. Las últimas lluvias no han eliminado el riesgo de sequía para los campos que utilizan la Cuenca del Guadalquivir como fuente para el suministro de agua. En la última Comisión de Desembalse, celebrada la pasada semana, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) mostró a los regantes su intención de reducir los recursos destinados a riego hasta los 750 hectómetros cúbicos, un volumen un 70% inferior al que necesitan habitualmente sus explotaciones.

Estos recursos, que suponen un 50% del agua almacenada útil en el sistema de regulación -en realidad hay 1.800 hectómetros cúbicos disponibles, pero 300 son irrecuperables-, permitirían realizar un reducido número de riegos. Cultivos como el algodón, que estrena reforma en la próxima campaña, se verían seriamente amenazados ante la posibilidad de ser regados, en verano, con una frecuencia notablemente inferior a la habitual. En el extremo, los arrozales sevillanos, que lo tendrían realmente difícil para salir adelante al tratarse de un cultivo que necesita de importantes recursos hídricos.

El secretario general de Asaja Sevilla, Miguel Afán de Ribera, afirma que tanto la patronal como la Federación de Regantes (Feragua), «creen necesario un importante esfuerzo para esta campaña», al tratarse de «un período clave para el sector agrario tras el año desastroso que vivió el mismo recientemente por las heladas y la sequía».

Las tomas directas podrán regar, en principio, dos días a la semana, aunque siempre que lo permitan las cláusulas medioambientales referentes al caudal mínimo ecológico que deben mantener los ríos, lo que obligará este año a que el contacto entre el sector y la CHG sea, si cabe, más fluido.

Afán de Ribera pidió en la reunión, junto a Feragua, que «se haga un esfuerzo paralelo en abastecimiento» para que no sea el sector agrario el único que padezca las consecuencias de la falta de agua y «sufra otro año negro». Al mismo tiempo, el secretario general de Asaja cree que «es necesario aumentar la dotación, entre otras cosas, porque el año que viene el sector no las tiene todas consigo en relación a esos 750 hectómetros cúbicos restantes». En su opinión, los arroceros «lo tendrán crudo» ya que el Guadalquivir estará más salinizado al no subir agua de la presa de Alcalá. «Será uno de los cultivos más pendientes de la climatología de los tres próximos meses ya que hasta entonces se puede dilatar el período de siembra», apunta Afán de Ribera.

Con la esperanza de que se produzca una mejora climatológica y vengan nuevas lluvias, se ha convocado una nueva reunión de la Comisión de Desembalse para principios de abril, cuando se conocerá ya el volumen de agua definitivo con el que afrontará el sector las distintas campañas de cultivo.

Los productores se mostraron especialmente críticos con la política de aguas que está llevando el Gobierno actualmente. En sólo dos años se ha pasado de desembalsar agua porque no cabía más a echarla de menos y verse amenazada la viabilidad de numerosos cultivos.

La economía de 128.000 trabajadores

Afán de Ribera afirma que «no se puede tolerar que sólo se hayan construido dos embalses en los últimos años» y cree que «todo esto pasa por la falta de un verdadero Plan Hidrológico Nacional (PHN), porque tras la paralización del trasvase del Ebro, éste no existe». Ello ha llevado a que «se estén sufriendo los mismos problemas que en la anterior sequía» y a que «el sector tenga que poner sus miras en la construcción del Arenoso, la Breña y Melonares -para cuya entrada en funcionamiento quedan, al menos, tres años suponiendo que la climatología sea favorable y se cumplan los plazos previstos- cuando los recursos que éstos aportarán ya son escasos antes de entrar en funcionamiento».

Desde la patronal concluyen que «la economía y los intereses sociales de 128.000 personas están en juego» por lo que se han apresurado a solicitar una serie de exenciones fiscales -parciales para los pagos actuales correspondientes al año pasado y totales para los que se tengan que efectuar el año próximo con cargo a éste- en el caso de que se confirme la falta de agua para sacar adelante los cultivos.