2,5 million people affected by the drought in Kenya
Fri, 13/01/2006
Cerca de 2,5 millones de personas están amenazadas por la última sequía que vive Kenia, una situación declarada "desastre nacional" por el Gobierno y que podría llevar "a un nuevo Níger", según han advertido organizaciones humanitarias.
AGENCIAS
"La situación es patética", dijo a EFE Abdullahi Ali, diputado por la circunscripción de Wajir Norte, una de las zonas más afectadas.
"No hay agua y los animales están muriendo en masa. Hasta ahora es el ganado el que muere pero pronto serán los seres humanos", agregó.
La Federación de la Cruz Roja calcula que 2,5 millones de personas -casi un 10 por ciento de la población del país- precisarán ayuda de emergencia en la zona norte del país, debido a la escasez de precipitaciones durante tres estaciones de lluvias consecutivas.
Los distritos más afectados son Mandera, Wajir, Garissa, Isiolo Marsabit y Moyale, cercanos a las fronteras con Etiopía y Somalia, también afectadas por la sequía.
Una veintena de personas ha muerto en las últimas semanas por enfermedades relacionadas o agravadas por la malnutrición, y éstas son, según los expertos, las que suelen preceder a las muertes exclusivamente por hambre.
Organizaciones de desarrollo como Agroacción Alemana han advertido de que una situación similar a la acontecida en Níger el año pasado "podría emerger en Kenia el próximo verano si no se actúa con decisión".
Pese a que Kenia registró el año pasado un crecimiento económico superior al 4 por ciento, impulsado sobre todo por sectores como el turismo y la construcción, éste no ha llegado a las áreas norteñas, donde la población es mayoritariamente nómada y vive del ganado.
"Wajir está plagado de cadáveres de animales muertos y el Gobierno calcula que el 30 por ciento del ganado ha muerto, lo que ahora pone una gran presión a la población que se alimenta básicamente de eso", señaló el portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Peter Smerdon.
"La diferencia con las sequías precedentes es que antes llovía en algunas zonas y los pastores podían trasladar allí a su ganado mientras que esta vez no ha llovido en ningún sitio por lo que no tienen donde ir", añadió.
La agencia de la ONU está evaluando la situación en los distritos más afectados y, según Smerdon, "el número de personas necesitadas de ayuda puede elevarse de 1,2 millones a 2,5".
En ese caso el PMA, que ya sufre un déficit de 40 millones de dólares en contribuciones para poder asistir al poco más de un millón de personas que tenía previsto, necesitará 180 millones más para poder hacer frente a la situación.
El presidente keniano, Mwai Kibaki, ha declarado la situación "desastre nacional" y ha pedido a los kenianos y a la comunidad internacional 113 millones de dólares en ayuda alimentaria para sumar a los 40 que su Gobierno ha destinado ya a la crisis.
Francia y Japón han acordado ofrecer a Kenia 90 millones de dólares en créditos de bajo interés para suministro de agua y energía rural.
Kibaki anunció el pasado viernes que su Gobierno comprará todo el maíz producido localmente para poder alimentar a la población necesitada.
Pero algunos agricultores del oeste de Kenia, donde no ha habido sequía sino, al contrario, buenas lluvias y una excelente cosecha, ya han advertido de que no están dispuestos a vender su mercancía al Gobierno.
Alegan que éste les ofrece notas de crédito, mientras que los agricultores tanzanos que están exportando a Zambia o Malawi cobran en efectivo.
"Los ciclos de sequía se están haciendo cada vez más cortos", dijo a EFE Abdirahman Ali Hassan, diputado por Wajir Sur.
"A corto plazo la solución es dar ayuda de emergencia, pero a largo plazo tiene que haber un cambio en el modo de vida de los ganaderos nómadas. Tiene que haber otras alternativas de ingresos para que dejen de depender del ganado", añadió.
Las previsiones meteorológicas no aportan precisamente buenos augurios. Según el departamento keniano, las próximas lluvias de abril "pueden no ser suficientes para acabar con la sequía".
Si éstas fallan, dice el portavoz del PMA, "sí que estaremos ante una catástrofe".
AGENCIAS
"La situación es patética", dijo a EFE Abdullahi Ali, diputado por la circunscripción de Wajir Norte, una de las zonas más afectadas.
"No hay agua y los animales están muriendo en masa. Hasta ahora es el ganado el que muere pero pronto serán los seres humanos", agregó.
La Federación de la Cruz Roja calcula que 2,5 millones de personas -casi un 10 por ciento de la población del país- precisarán ayuda de emergencia en la zona norte del país, debido a la escasez de precipitaciones durante tres estaciones de lluvias consecutivas.
Los distritos más afectados son Mandera, Wajir, Garissa, Isiolo Marsabit y Moyale, cercanos a las fronteras con Etiopía y Somalia, también afectadas por la sequía.
Una veintena de personas ha muerto en las últimas semanas por enfermedades relacionadas o agravadas por la malnutrición, y éstas son, según los expertos, las que suelen preceder a las muertes exclusivamente por hambre.
Organizaciones de desarrollo como Agroacción Alemana han advertido de que una situación similar a la acontecida en Níger el año pasado "podría emerger en Kenia el próximo verano si no se actúa con decisión".
Pese a que Kenia registró el año pasado un crecimiento económico superior al 4 por ciento, impulsado sobre todo por sectores como el turismo y la construcción, éste no ha llegado a las áreas norteñas, donde la población es mayoritariamente nómada y vive del ganado.
"Wajir está plagado de cadáveres de animales muertos y el Gobierno calcula que el 30 por ciento del ganado ha muerto, lo que ahora pone una gran presión a la población que se alimenta básicamente de eso", señaló el portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Peter Smerdon.
"La diferencia con las sequías precedentes es que antes llovía en algunas zonas y los pastores podían trasladar allí a su ganado mientras que esta vez no ha llovido en ningún sitio por lo que no tienen donde ir", añadió.
La agencia de la ONU está evaluando la situación en los distritos más afectados y, según Smerdon, "el número de personas necesitadas de ayuda puede elevarse de 1,2 millones a 2,5".
En ese caso el PMA, que ya sufre un déficit de 40 millones de dólares en contribuciones para poder asistir al poco más de un millón de personas que tenía previsto, necesitará 180 millones más para poder hacer frente a la situación.
El presidente keniano, Mwai Kibaki, ha declarado la situación "desastre nacional" y ha pedido a los kenianos y a la comunidad internacional 113 millones de dólares en ayuda alimentaria para sumar a los 40 que su Gobierno ha destinado ya a la crisis.
Francia y Japón han acordado ofrecer a Kenia 90 millones de dólares en créditos de bajo interés para suministro de agua y energía rural.
Kibaki anunció el pasado viernes que su Gobierno comprará todo el maíz producido localmente para poder alimentar a la población necesitada.
Pero algunos agricultores del oeste de Kenia, donde no ha habido sequía sino, al contrario, buenas lluvias y una excelente cosecha, ya han advertido de que no están dispuestos a vender su mercancía al Gobierno.
Alegan que éste les ofrece notas de crédito, mientras que los agricultores tanzanos que están exportando a Zambia o Malawi cobran en efectivo.
"Los ciclos de sequía se están haciendo cada vez más cortos", dijo a EFE Abdirahman Ali Hassan, diputado por Wajir Sur.
"A corto plazo la solución es dar ayuda de emergencia, pero a largo plazo tiene que haber un cambio en el modo de vida de los ganaderos nómadas. Tiene que haber otras alternativas de ingresos para que dejen de depender del ganado", añadió.
Las previsiones meteorológicas no aportan precisamente buenos augurios. Según el departamento keniano, las próximas lluvias de abril "pueden no ser suficientes para acabar con la sequía".
Si éstas fallan, dice el portavoz del PMA, "sí que estaremos ante una catástrofe".