JAIME PALOP GENERAL DIRECTOR OF WATER: "2006 can be the epicentre of an extended drought"
Mon, 02/01/2006
«Las reservas de agua están bajo mínimos en España, tras soportar el año menos lluvioso de los últimos 125»
EFE/MADRID
PREOCUPADO. Jaime Palop, director general del Agua. / E. NARANJO
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«El año 2006 puede ser el epicentro de una preocupante sequía plurianual, y España afronta esa situación tras el año más seco de los últimos 125, con las reservas bajo mínimos y con precipitaciones durante los últimos meses aún más bajas». Así lo expresa en esta entrevista el director general del Agua, Jaime Palop, quien observa que el país ha hecho frente a la sequía en el 2005 con importantes reservas de agua en los embalses y los acuíferos después de varios años húmedos, pero ahora esas reservas son «muy inferiores» a las que existían en enero del pasado año (unos 6.000 hectómetros cúbicos menos).
«La situación en la cuenca del Segura es límite y el abastecimiento a la población sólo se podrá asegurar con el trasvase Tajo-Segura», excepto a veinte municipios (dieciocho de Murcia y dos de Albacete) que no están conectados a esa infraestructura y en los que será necesario acometer obras de emergencia.
Palop afirma que «en la cuenca del Júcar la situación es muy preocupante y el suministro a la población no está garantizado», debido a las demandas que tiene que atender esta cuenca, aunque se van a acelerar varias actuaciones para evitar afecciones a los grandes núcleos urbanos.
A la apurada situación de esas cuencas, el director del Agua suma la del Tajo (que incluye el área de Madrid) y la del Guadalquivir, y advierte de que en esta última se han comenzado a adoptar medidas excepcionales (en Jaén, Granada o en Ubeda) y que en Sevilla se han incorporado ya recursos alternativos para el abastecimiento.
Según los datos facilitados por Palop, si en febrero no llueve, en la cuenca del Guadalquivir se reducirá la dotación de agua para regadíos en un 70%.
Frente a ese escenario «pesimista», el responsable ministerial insiste en que «España está muy bien preparada para afrontar ciclos largos de sequía».
Palop recuerda que los últimos ciclos secos fueron en 1980-1984 y en 1992-96, y dice que éstos «formaron una administración pública experta en sequías». Agrega que también aprendieron los regantes, las asociaciones agrarias, los usuarios, los gestores energéticos «y la ciudadanía, que ha aprendido hábitos que pone en marcha en situaciones de escasez y que es también experta en la gestión y el ahorro».
Palop repasa el inicio del actual año hidrológico (1 de octubre a 30 de septiembre) y señala que «a la euforia de las lluvias de octubre siguieron unas precipitaciones medias en noviembre y muy bajas de diciembre, lo que ha provocado que sean incluso inferiores a las del pasado año hidrológico».
Jaime Palop constata que «los datos evidencian que España se enfrenta a una sequía plurianual y ésta afecta a dos tercios de la península, aproximadamente el territorio que se localiza por debajo de una imaginaria línea horizontal trazada a la altura de la ciudad de Madrid».
Tras un otoño seco, más incluso que el anterior, Palop confía en que las lluvias lleguen en el segundo periodo tradicionalmente lluvioso (primavera), pero indica que ya se puede asegurar que en el Tajo, el Júcar, el Segura, el Guadalquivir y la cuenca mediterránea andaluza «no van a ser años hidrológicos normales».
Entre las medidas que se van a poner en marcha de forma inmediata para paliar la situación, cita la agilización de las obras de la desalinizadora de San Pedro del Pinatar 1, la declaración de «emergencia» de la planta de San Pedro del Pinatar 2 o la ampliación de la desalinizadora de Alicante.
Jaime Palop subraya que la primera prioridad del agua será siempre garantizar el suministro a las poblaciones, aunque considera que en algunos casos puede resultar «injusto» dar prioridad al agua de boca en núcleos y urbanizaciones que han proliferado durante las últimas décadas frente a otros usos tradicionales del recurso. Advierte en ese sentido de que a partir de ahora cualquier proyecto urbanístico nuevo tendrá que contar con «un certificado de la confederación hidrográfica correspondiente que garantice la disponibilidad de agua, y, si no hay agua, será ilegal».
Palop explica que, «aunque estos informes no serán vinculantes, son tan contundentes que supondrán que ningún ciudadano opte por comprar una casa en una zona donde el agua no está asegurada o que cualquier persona pueda ir a un juzgado y paralizar una actuación».
EFE/MADRID
PREOCUPADO. Jaime Palop, director general del Agua. / E. NARANJO
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«El año 2006 puede ser el epicentro de una preocupante sequía plurianual, y España afronta esa situación tras el año más seco de los últimos 125, con las reservas bajo mínimos y con precipitaciones durante los últimos meses aún más bajas». Así lo expresa en esta entrevista el director general del Agua, Jaime Palop, quien observa que el país ha hecho frente a la sequía en el 2005 con importantes reservas de agua en los embalses y los acuíferos después de varios años húmedos, pero ahora esas reservas son «muy inferiores» a las que existían en enero del pasado año (unos 6.000 hectómetros cúbicos menos).
«La situación en la cuenca del Segura es límite y el abastecimiento a la población sólo se podrá asegurar con el trasvase Tajo-Segura», excepto a veinte municipios (dieciocho de Murcia y dos de Albacete) que no están conectados a esa infraestructura y en los que será necesario acometer obras de emergencia.
Palop afirma que «en la cuenca del Júcar la situación es muy preocupante y el suministro a la población no está garantizado», debido a las demandas que tiene que atender esta cuenca, aunque se van a acelerar varias actuaciones para evitar afecciones a los grandes núcleos urbanos.
A la apurada situación de esas cuencas, el director del Agua suma la del Tajo (que incluye el área de Madrid) y la del Guadalquivir, y advierte de que en esta última se han comenzado a adoptar medidas excepcionales (en Jaén, Granada o en Ubeda) y que en Sevilla se han incorporado ya recursos alternativos para el abastecimiento.
Según los datos facilitados por Palop, si en febrero no llueve, en la cuenca del Guadalquivir se reducirá la dotación de agua para regadíos en un 70%.
Frente a ese escenario «pesimista», el responsable ministerial insiste en que «España está muy bien preparada para afrontar ciclos largos de sequía».
Palop recuerda que los últimos ciclos secos fueron en 1980-1984 y en 1992-96, y dice que éstos «formaron una administración pública experta en sequías». Agrega que también aprendieron los regantes, las asociaciones agrarias, los usuarios, los gestores energéticos «y la ciudadanía, que ha aprendido hábitos que pone en marcha en situaciones de escasez y que es también experta en la gestión y el ahorro».
Palop repasa el inicio del actual año hidrológico (1 de octubre a 30 de septiembre) y señala que «a la euforia de las lluvias de octubre siguieron unas precipitaciones medias en noviembre y muy bajas de diciembre, lo que ha provocado que sean incluso inferiores a las del pasado año hidrológico».
Jaime Palop constata que «los datos evidencian que España se enfrenta a una sequía plurianual y ésta afecta a dos tercios de la península, aproximadamente el territorio que se localiza por debajo de una imaginaria línea horizontal trazada a la altura de la ciudad de Madrid».
Tras un otoño seco, más incluso que el anterior, Palop confía en que las lluvias lleguen en el segundo periodo tradicionalmente lluvioso (primavera), pero indica que ya se puede asegurar que en el Tajo, el Júcar, el Segura, el Guadalquivir y la cuenca mediterránea andaluza «no van a ser años hidrológicos normales».
Entre las medidas que se van a poner en marcha de forma inmediata para paliar la situación, cita la agilización de las obras de la desalinizadora de San Pedro del Pinatar 1, la declaración de «emergencia» de la planta de San Pedro del Pinatar 2 o la ampliación de la desalinizadora de Alicante.
Jaime Palop subraya que la primera prioridad del agua será siempre garantizar el suministro a las poblaciones, aunque considera que en algunos casos puede resultar «injusto» dar prioridad al agua de boca en núcleos y urbanizaciones que han proliferado durante las últimas décadas frente a otros usos tradicionales del recurso. Advierte en ese sentido de que a partir de ahora cualquier proyecto urbanístico nuevo tendrá que contar con «un certificado de la confederación hidrográfica correspondiente que garantice la disponibilidad de agua, y, si no hay agua, será ilegal».
Palop explica que, «aunque estos informes no serán vinculantes, son tan contundentes que supondrán que ningún ciudadano opte por comprar una casa en una zona donde el agua no está asegurada o que cualquier persona pueda ir a un juzgado y paralizar una actuación».