Electrodes against the nitrates in the water
Thu, 22/12/2005
El Grupo Aguas de Valencia ha puesto en marcha en Gandia la primera planta desnitrificadora de agua potable que se instala en la Península Ibérica, un sistema de mejora de la calidad del líquido que utiliza una tecnología avanzada conocida como electrodiálisis reversible, y de la que hasta ahora sólo había un precedente en las Islas Baleares. El proyecto ha sido posible gracias a la apuesta del Ayuntamiento de Gandia por la introducción de esta alternativa técnica ante la necesidad acuciante del municipio de acabar con el problema de nitratos, y otras cargas de sal y cal, que presenta el agua que suministra por su red pública. La localidad se provee del líquido de varios pozos, y en algunas zonas se habían llegado a detectar cantidades de concentración de nitratos de hasta 70 miligramos por litro de agua, muy por encima de los 50 miligramos que permite la Organización Mundial de la Salud. En alguna ocasión se llegó incluso a recomendar a la población de mujeres embarazas o en lactancia que evitaran el consumo, y que no fuera utilizado para la preparación de alimentos infantiles. Esta fue una de las razones que llevaron a los responsables municipales a buscar un sistema potabilizador que acabara con esta situación. El caso de Gandia no es único. Las zonas con producciones agrícolas importantes presentan gran concentración de nitratos y otros minerales en sus acuíferos, procedentes de abonos y productos utilizados en el cultivo. Las urbanizaciones de la costa agrava la situación de los acuíferos por su sobreexplotación.
El nuevo sistema de tratamiento del agua potable introducido en Gandia, conocido como Electrodiálisis Reversible (EDR), utiliza un proceso electroquímico, 'económico y eficaz', que permite desnitrificar el agua mediante el uso de la corriente eléctrica. Para ello, explica la empresa responsable del proyecto, se aplica una diferencia de potencial en un apilamiento de membranas, que posibilita eliminar la mayor parte de las sales contenidas, entre ellas los nitratos. Este modelo de tratamiento garantizará un suministro de agua potable con un índice de nitratos menor a 25 miligramos por litros, frente a los más de 57 que presenta el agua ahora. Pretende asimismo que un 90% del líquido tratado pueda ser recuperado para el consumo humano, y el 10% restante para la industria, riego o limpieza de las calles.
La planta inaugurada ayer tratará 16.000 metros cúbicos diarios de agua, que abastecerán la zona norte de la ciudad. Esta instalación es el primer eslabón de un proyecto más amplio, que está previsto finalice en 2007. Se trata de la creación de un sistema de tres potabilizadoras (la inaugurada ayer, denominada Ull del Bou, en el polígono Alcodar; y las que tratarán el agua de los pozos de Sant Antoni y Llombart). El próximo mes de febrero está previsto que entre en funcionamiento una segunda planta, que suministrará a la zona del Grau y la playa. A finales de 2006, si los plazos se cumplen, todas las viviendas del municipio dispondrán de agua de calidad en sus grifos. El coste global del proyecto asciende a 17 millones de euros, sufragados por el Consistorio gandiense. Para cubrir el gasto, el Ayuntamiento incrementó este año considerablemente la tasa del agua, una decisión que ha recibido numerosas críticas por parte de los ciudadanos. Pero para Joan Francesc Peris, concejal de Medio Ambiente, esta medida se justifica, y tendrá su repercusión, en la mejora de la calidad del agua que se suministra a través del sistema de abastecimiento público.
El Grupo Aguas de Valencia trabaja también en el campo del tratamiento del agua salobre del mar. En 2002 puso en marcha una planta desaladora en el Verger (Alicante), que permitió a sus 4.000 habitantes consumir por primera vez en 23 años agua potable a través de los grifos de sus viviendas. En este caso, el sistema utilizado fue el de la ósmosis inversa, con dos líneas de tratamiento de mil metros cúbicos cada una, que la empresa tiene previsto ampliar.
El nuevo sistema de tratamiento del agua potable introducido en Gandia, conocido como Electrodiálisis Reversible (EDR), utiliza un proceso electroquímico, 'económico y eficaz', que permite desnitrificar el agua mediante el uso de la corriente eléctrica. Para ello, explica la empresa responsable del proyecto, se aplica una diferencia de potencial en un apilamiento de membranas, que posibilita eliminar la mayor parte de las sales contenidas, entre ellas los nitratos. Este modelo de tratamiento garantizará un suministro de agua potable con un índice de nitratos menor a 25 miligramos por litros, frente a los más de 57 que presenta el agua ahora. Pretende asimismo que un 90% del líquido tratado pueda ser recuperado para el consumo humano, y el 10% restante para la industria, riego o limpieza de las calles.
La planta inaugurada ayer tratará 16.000 metros cúbicos diarios de agua, que abastecerán la zona norte de la ciudad. Esta instalación es el primer eslabón de un proyecto más amplio, que está previsto finalice en 2007. Se trata de la creación de un sistema de tres potabilizadoras (la inaugurada ayer, denominada Ull del Bou, en el polígono Alcodar; y las que tratarán el agua de los pozos de Sant Antoni y Llombart). El próximo mes de febrero está previsto que entre en funcionamiento una segunda planta, que suministrará a la zona del Grau y la playa. A finales de 2006, si los plazos se cumplen, todas las viviendas del municipio dispondrán de agua de calidad en sus grifos. El coste global del proyecto asciende a 17 millones de euros, sufragados por el Consistorio gandiense. Para cubrir el gasto, el Ayuntamiento incrementó este año considerablemente la tasa del agua, una decisión que ha recibido numerosas críticas por parte de los ciudadanos. Pero para Joan Francesc Peris, concejal de Medio Ambiente, esta medida se justifica, y tendrá su repercusión, en la mejora de la calidad del agua que se suministra a través del sistema de abastecimiento público.
El Grupo Aguas de Valencia trabaja también en el campo del tratamiento del agua salobre del mar. En 2002 puso en marcha una planta desaladora en el Verger (Alicante), que permitió a sus 4.000 habitantes consumir por primera vez en 23 años agua potable a través de los grifos de sus viviendas. En este caso, el sistema utilizado fue el de la ósmosis inversa, con dos líneas de tratamiento de mil metros cúbicos cada una, que la empresa tiene previsto ampliar.