The sewage that the Ebro gets could fill Mediano and Barasona

Tue, 13/12/2005

El Periódico de Aragón

La cuenca del Ebro recibe anualmente, de forma autorizada, más de 500 hectómetros cúbicos de agua residual procedente de núcleos urbanos e industrias, según recoge la memoria de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) del 2004, que será presentada hoy por su presidente, José Luis Alonso, en la Asamblea de Usuarios del organismo de cuenca. En términos gráficos: se trata de un volumen de residuo líquido suficiente para llenar, de sobra, los pantanos de Mediano y Barasona.
La mayor parte de esa carga contaminante --435 hectómetros-- es de origen urbano. Los 75 restantes están catalogados como industriales. De ellos, 14,16 hectómetros llevan sustancias peligrosas.
Además, la CHE tiene autorizado el uso de 2.727 hectómetros cúbicos utilizados para refrigerar las centrales nucleares. Este volumen es superior, por ejemplo, al que pueden almacenar los embalses de Mequinenza, Ribarroja, Reinosa, Santa Ana y La Sotonerea juntos. No obstante, su carga comntaminante es muy reducida.
AGUA PARA PISCIFACTORIAS Algo superior, aunque también reducida, es la de los 602 hectómetros que vuelven a los cauces después de circular por las piscifactorías de la cuenca.
Algo más de la tercera parte de las autorizaciones de vertido de la cuenca --1.992 a 31 de diciembre del 2004-- tienen carácter definitivo, mientras que las 650 restantes son eventuales.
La Confederación pone al cobro anualmente algo más de seis millones de euros en concepto de canon de vertido, la tasa que pagan los usuarios del agua en función del volumen que devuelven sucio al río y de la intensidad de la contaminación. La mitad de la recaudación procede de Aragón: más de 2,5 millones, 1,7 de ellos procedentes de los ayuntamientos por el agua residual que generan los vecinos.
Por otro lado, la provincia de Huesca fue el año pasado el escenario de prácticamente la mitad de las extracciones de áridos autorizadas en toda la cuenca del Ebro, concretamente 94 sobre 200. En Teruel fueron concedidas 12 y en Zaragoza, 36. Las únicas provincias de la cuenca con una actividad extractora similar fueron Lérida, con 26 permisos, y Navarra, con doce.