Leaks in the supply network produces the escape of a third of the water
Fri, 02/12/2005
(EP/IP) - Las redes de abastecimiento urbano de agua de la isla son un coladero. A pesar de las obras realizadas para renovar las tuberías y modernizar el sistema, por las canalizaciones municipales siguen fugándose casi dos millones de metros cúbicos al año. En los últimos cinco años, en colaboración con el Consejo Insular de Aguas, los catorce ayuntamientos de La Palma han invertido en torno a los 12,5 millones de euros en la mejora de las principales conducciones que llevan a los domicilios el caudal potable. Sin embargo, este desembolso no ha sido suficiente para evitar la sangría que supone la pérdida de más del 30 por ciento del recurso hídrico que corre por las cañerías. No obstante, con las actuaciones llevadas a cabo, según calcularon los técnicos consultados, se ha reducido la descrita hemorragia en más de un 10 por ciento. Hace un lustro, las estimaciones más pesimistas situaban las filtraciones en un 43 por ciento, según el Plan Hidrológico de La Palma. La aportación bruta de agua para atender la demanda en las zonas urbanas ronda los seis millones de metros cúbicos al año. Esta es la cantidad que los ayuntamientos ponen en circulación, pero no es la que llega a los usuarios. Por los grifos, al final, salen sólo algo más de cuatro millones de metros cúbicos. La red principal de Los Llanos de Aridane está formada por 115 kilómetros de tuberías, mientras que la de Santa Cruz de La Palma la integran más de 50 kilómetros, según los datos facilitados por los servicios de agua de ambas corporaciones. El agua que se escapa de manera continua por las vetustas cañerías de las redes de abasto urbano de la isla, aunque La Palma cuente con abundantes reservas, vale su peso en oro. Las fugas pasan desapercibidas y, como el chorro no se corta ni se restringe el suministro, este problema no se ataja con la urgencia necesaria, según señalaron los técnicos. Con los actuales porcentajes de pérdidas, en torno al 30 por ciento del caudal que circula por las cañerías, se acumula un volumen de agua que, si se consiguiese controlar, casi llenaría el embalse de La Laguna de Barlovento. Con ese caudal se podrían satisfacer las necesidades normales de una ciudad como Los Llanos de Aridane, con más de 20.000 habitantes a razón de 175 litros diarios por residente. La distribución del agua de abasto está a cargo de los ayuntamientos, a excepción de El Paso, donde el consistorio ha cedido la gestión del servicio a una empresa privada. Los municipios que más esfuerzo han realizado para renovar las tuberías son los de Santa Cruz de La Palma, Los Llanos de Aridane, Breña Baja, Breña Alta y Villa de Mazo, si bien todavía queda mucho por hacer al respecto.