The toxic disposal threatens nine million people in Harbin (China)

Fri, 25/11/2005

Las Provincias

El extremo oriente de Rusia declara la emergencia ante la llegada de la mancha contaminada del río Songhua
Una catástrofe ecológica ha paralizado de miedo gran parte de China. Un vertido de benceno en las aguas del río Songhua amenaza Harbin, una ciudad de nueve millones de habitantes en el noreste del país. La mancha contaminante avanza hacia Rusia, donde se ha declarado el estado de emergencia.
PABLO M. DÍEZ/ RAFAEL M. MAÑUECO/PEKÍN/MOSCÚ
Las aguas contaminadas con benzeno del rio Songhua avanzan hacia la ciudad rusa de Harbin. /REUTERS
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Mientras un peligroso vertido tóxico en el río Songhua llegaba ayer a Harbin, una populosa ciudad del norte de China que se paralizó por temor a la contaminación, el miedo a un nuevo desastre natural se desató en la provincia de Sichuan, al suroeste del país.

Este último accidente, que costó la vida de al menos una persona, disparó las alarmas ante la posibilidad de que se reprodujera un escape de benceno, la sustancia cancerígena que ha llevado el pánico a la ciudad china de Harbin. A la espera de conocer los detalles sobre el segundo siniestro, durante la madrugada penetraba en este municipio la mancha tóxica de 80 kilómetros y 100 toneladas de benceno formada en el río Songhua tras las explosiones del pasado día 13 en una factoría química de Jilin.

Para evitar intoxicaciones de benceno, que puede ser mortal en tres días y cuyos niveles eran ayer diez veces superiores a lo permitido, el abastecimiento de agua fue interrumpido en Harbin, una urbe de cuatro millones de habitantes cuya área metropolitana alberga a otros cinco millones de personas. Aunque las autoridades confían en restablecer el suministro mañana, una vez que haya pasado el vertido, la población teme que se prolongue el corte de agua y que persistan los efectos nocivos del derrame.

Agua contaminada
No en vano, se necesitarán varios días para desinfectar el río, por lo que el Gobierno empleará 14.000 toneladas de carbón activo pulverizado que actuará como disolvente. Presa de la desconfianza tras la inicial ocultación de información, la población ha hecho acopio de 300.000 toneladas de agua embotellada. Además, el Ayuntamiento está recurriendo a los 918 pozos subterráneos que manan en la localidad.

Con los colegios y negocios cerrados y con miles de personas tratando de huir de la ciudad, la Administración Estatal para la Protección Medioambiental ha culpado del caos originado a Petrochina, propietaria de la planta donde se produjeron las explosiones.

Por otra parte, las autoridades de las regiones rusas de Jabárovsk y Birobidzhán, situadas en el extremo oriente del país, han decretado un paquete de medidas de ‘emergencia’ para hacer frente a la llegada de la mancha de benceno, sustancia cancerígena y de alta toxicidad, que se desplaza desde China a través del río Songhua (Sungarí en ruso)

Sin suministro
A partir de hoy, quedará cortado el suministro de agua en las localidades rusas a orillas del río Amur, del que el Songhua es afluente, y se ha prohibido la pesca. La población, atemorizada, se lanzó a las tiendas de alimentación para hacer acopio de agua potable, aunque estaba previsto poner en funcionamiento un sistema de abastecimiento mediante camiones cisterna.

El vertido tóxico, cuya longitud alcanza los 80 kilómetros, “podría llegar al río Amur el sábado”, aseguró ayer Oleg Mitvol, responsable del Servicio de Control Ecológico ruso, y a la ciudad de Jabárovsk, la más importante en la zona amenazada por la contaminación, el domingo o el lunes.

Mitvol explicó que las bajas temperaturas están ya congelando el Amur, lo que hará que la mancha de benceno quede aprisionada en el hielo hasta la primavera. “No podremos proceder a la limpieza del río, de cuya agua nos abastecemos, hasta dentro de unos cuatro meses”, afirmó el responsable ruso.

Millón y medio más
La ciudad de Jabárovsk cuenta con más de 600.000 habitantes pero el problema afectará también a muchas aldeas de la región de Birobidzhán (autonomía hebrea) y a otros centros de población importantes como Amursk o Komsomolsk.

Se calcula que en la zona susceptible de sufrir los efectos del vertido vive casi un millón y medio de personas. El río Amur es el único de Siberia que desemboca en el Pacífico, de ahí su importancia para el ecosistema, y baña una zona protegida en donde habita el tigre siberiano y otros animales en peligro de extinción.