TAJO-SEGURA The divert of 18 hm3 will be made when the farmers ask for it
Thu, 27/10/2005
El desembalse de los 18 hectómetros cúbicos de agua autorizados el pasado viernes por el Gobierno desde la cabecera del Tajo como riego de socorro para evitar la pérdida de los árboles frutales de la cuenca del Segura se hará al ritmo que demanden los regantes.
Así lo adelantó el director general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Jaime Palop, antes de participar en la reunión de la Comisión de Explotación del Acueducto Tajo-Segura que determinará el calendario de el último trasvase autorizado.
En declaraciones a los medios, Palop explicó que desde hace ya casi un mes se está enviando agua para abastecimiento a poblaciones dentro del trasvase de 39 hectómetros para ese uso aprobado por el Gobierno el pasado 30 de septiembre.
Ahora se trata, añadió de complementar esas cantidades con 18 hectómetros cúbicos para regadíos "que se van a empezar a suministrar en el momento en que sea solicitado por los regantes".
El director general señaló la reunión de hoy servirá para escuchar sus necesidades en torno al "cuándo y dónde" se necesita el agua y a partir de ahí, dijo, "vamos a servirlo a la demanda".
Respecto a si las últimas lluvias han hecho cambiar las previsiones del Gobierno en torno al trasvase, Palop señaló que éstas están basadas en realidades como que "en Entrepeñas y Buendía hay poca agua".
La suficiente, explicó, "para atender el abastecimiento a poblaciones y el uso turístico durante un año" y también para un trasvase "mínimo" para riegos que eviten daños irreversibles en el arbolado y en particular en los cítricos.
El Gobierno estima que a lo largo de todo el año hidrológico que ahora comienza se podrá trasvasar un máximo de 60 hectómetros cúbicos para riegos si se quiere garantizar el abastecimiento a poblaciones.
Esa situación, añadió Palop, "no ha cambiado en absoluto", ya que las precipitaciones que han empezado a producirse en España no son suficientes en la cabecera del Tajo para considerar que hay una "inversión en la tendencia" y en la cuenca del Segura tampoco son significativas como para paliar las necesidades de nuevos trasvases.
El director general de Desarrollo Rural del Ministerio de Agricultura, Francisco Amarillo, que también participó en la reunión, reiteró que la cantidad autorizada por el Gobierno como riego de socorro "va exclusivamente dirigida al mantenimiento de frutales y dentro de ellos a aquellos que tienen mayor estrés hídrico, que son los cítricos".
Así, las producciones de hortalizas y otras "no están amparadas y no les va a afectar el agua de ese trasvase".
Explicó que la cantidad, que estaba recogida en un informe que el Ministerio de Agricultura hizo llegar al Gobierno antes de que tomara su decisión definitiva, es "el mínimo" que ese departamento consideraba necesario para "no perder capital permanente", ya que cuando un árbol muere hay un tiempo de recuperación muy largo.
Además se trata de evitar los efectos de la salinidad que "son irreversibles si se produce del todo" y supone una pérdida de suelo.
"Todos sabemos las circunstancias de penuria hídrica en la que estamos", dijo Amarillo quien añadió que se trata de que en una situación "crítica" como la actual se sepa administrar el agua de la forma "más prudente desde el punto de vista agrario para que no haya pérdidas que tardaríamos muchos años en recuperar"
Así lo adelantó el director general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Jaime Palop, antes de participar en la reunión de la Comisión de Explotación del Acueducto Tajo-Segura que determinará el calendario de el último trasvase autorizado.
En declaraciones a los medios, Palop explicó que desde hace ya casi un mes se está enviando agua para abastecimiento a poblaciones dentro del trasvase de 39 hectómetros para ese uso aprobado por el Gobierno el pasado 30 de septiembre.
Ahora se trata, añadió de complementar esas cantidades con 18 hectómetros cúbicos para regadíos "que se van a empezar a suministrar en el momento en que sea solicitado por los regantes".
El director general señaló la reunión de hoy servirá para escuchar sus necesidades en torno al "cuándo y dónde" se necesita el agua y a partir de ahí, dijo, "vamos a servirlo a la demanda".
Respecto a si las últimas lluvias han hecho cambiar las previsiones del Gobierno en torno al trasvase, Palop señaló que éstas están basadas en realidades como que "en Entrepeñas y Buendía hay poca agua".
La suficiente, explicó, "para atender el abastecimiento a poblaciones y el uso turístico durante un año" y también para un trasvase "mínimo" para riegos que eviten daños irreversibles en el arbolado y en particular en los cítricos.
El Gobierno estima que a lo largo de todo el año hidrológico que ahora comienza se podrá trasvasar un máximo de 60 hectómetros cúbicos para riegos si se quiere garantizar el abastecimiento a poblaciones.
Esa situación, añadió Palop, "no ha cambiado en absoluto", ya que las precipitaciones que han empezado a producirse en España no son suficientes en la cabecera del Tajo para considerar que hay una "inversión en la tendencia" y en la cuenca del Segura tampoco son significativas como para paliar las necesidades de nuevos trasvases.
El director general de Desarrollo Rural del Ministerio de Agricultura, Francisco Amarillo, que también participó en la reunión, reiteró que la cantidad autorizada por el Gobierno como riego de socorro "va exclusivamente dirigida al mantenimiento de frutales y dentro de ellos a aquellos que tienen mayor estrés hídrico, que son los cítricos".
Así, las producciones de hortalizas y otras "no están amparadas y no les va a afectar el agua de ese trasvase".
Explicó que la cantidad, que estaba recogida en un informe que el Ministerio de Agricultura hizo llegar al Gobierno antes de que tomara su decisión definitiva, es "el mínimo" que ese departamento consideraba necesario para "no perder capital permanente", ya que cuando un árbol muere hay un tiempo de recuperación muy largo.
Además se trata de evitar los efectos de la salinidad que "son irreversibles si se produce del todo" y supone una pérdida de suelo.
"Todos sabemos las circunstancias de penuria hídrica en la que estamos", dijo Amarillo quien añadió que se trata de que en una situación "crítica" como la actual se sepa administrar el agua de la forma "más prudente desde el punto de vista agrario para que no haya pérdidas que tardaríamos muchos años en recuperar"