Emacsa has been accused by several sentences of lack of foresight in the damages caused by rains like the last ones

Tue, 18/10/2005

ABC

Los autos recuerdan a Emacsa que no puede escudarse en «lluvias extraordinarias» y debe asumir el deber de «ajustar las capacidades de los colectores»

Cuatro sentencias de la Audiencia Provincial de Córdoba referidas a las lluvias torrenciales caídas sobre la capital el pasado 20 de octubre de 1999 y los consiguientes daños causados en algunos inmuebles de Vistalegre, Avenida Gran Vía Parque y Conde de Vallellano acusan a la Empresa Municipal de Aguas (Emacsa) de «falta de previsión» sobre el «agotamiento hidráulico» del colector del Arroyo del Moro -que cruza la ciudad- que provocó numerosos perjuicios materiales en la zona.

La similitud con los coletazos del huracán «Vince» el pasado día 11 es bastante. Por un lado, hace una semana cayeron 84 litros por metro cuadrado en cuatro horas, unos 21 litro de media por cada hora. Los datos que aparecen en las diversas sentencias de los vecinos de Poniente elevan a 27 litros por metro cuadrado cada hora de media (casi 58 litros en total).

Otro de los puntos en común es el colector en sí que causó la inundación de cocheras en puntos de Vallellano y la avenida del Aeropuerto, como entonces (a los se suman los problemas del Pocito). Sobre este colector de 8,4 kilómetros, que baja de la Sierra por el Brillante, atravesando el Plan Renfe hasta Gran Vía Parque, Vistalegre, Vallellano y su salida al río, los cuatro autos que obran en poder de ABC coinciden en señalar que se vio «agotado» hidráulicamente al no dar abasto para recoger el agua de la calle y la proveniente de otras canalizaciones conectadas.

Especial hincapié se hace en la procedente de la avenida de Lagartijo (Zoco), que vierte en el anterior acumulando más líquido en la avenida del Aeropuerto hasta la confluencia del nudo de Vallellano. Los fallos reflejan también cómo la expansión urbanística o la urbanización de las calles permitiendo una rápida salida del agua hacia los colectores -no como si fuera terreno rústico que tarda más en permear la lluvia- son factores que influyen también en el devenir de las lluvias en daños.

Pero donde más insistencia ponen las sentencias a las que ha tenido acceso ABC es en que Emacsa no se puede escudar en que se trata de fenómenos meteorológicos puntuales y extraordinarios ante los que poco puede hacer. Éste ha sido, precisamente, uno de los argumentos esgrimidos por el Ayuntamiento desde la semana pasada.

91 días con la misma lluvia

En dos de las cuatro sentencias se pone de manifiesto, según datos del Instituto Nacional de Meteorología que desde 1986 a 1999, hubo 91 días en los que las precipitaciones superaron los 27 litros por metro cuadrado a la hora de media, parámetro de la tromba de agua de octubre de 1999 y próximo a la pasada originada por el «Vince».

«Por todo ello, existe un resultado dañoso directamente derivado no de un concreto y reiterado fenómeno meteorológico, sino de una falta de la adecuada y racional previsión de los efectos del mismo por quien tiene específicamente encomendado el deber de la evacuación de las aguas pluviales, y por ende, el deber de sopesar y ajustar las capacidades de los colectores unitarios que gestiona», reza el fallo judicial del Juzgado de Primera Instancia número 5 de Córdoba que da la razón a varios vecinos de Vistalegre en su demanda contra Emacsa de fecha 21 de junio de 2001.

Obligaciones de las comunidades

Desde Emacsa, su gerente, Juan Manuel Cardenete, ha insistido también en la responsabilidad de las comunidades de propietarios que incumplen la ordenanza municipal que recomienda colocar los bajantes en altura y las tuberías de desagüe nunca en un nivel inferior al de los colectores de la calle. Un auto del juzgado de Instrucción número 8 se refiere a este extremo recordando a Emacsa que «por mucho que se recuerde, no son normas de obligado cumplimiento (...), y tampoco significa que pueda desatenderse el resultado dañoso que se deriva por el agotamiento hidráulico de un colector de la red cuya gestión le es encomendada», concluye.