The 73% of the irrigated land will have water the next campaigns although it doesn´t rain
Fri, 07/10/2005
La Junta y la Confederación Hidrográfica del Guadiana garantizan que habrá agua para el riego en toda la provincia de Badajoz Sólo peligran algunas zonas de Cáceres, como Tiétar, Rosarito y Borbollón, y no habrá restricciones al consumo urbano en ambas provincias
MARCO A. RODRÍGUEZ/BADAJOZ
La Junta de Extremadura, a través de la Consejería de Agricultura, y las Confederaciones Hidrográficas del Guadiana y Tajo, han garantizado la próxima campaña de riego en Extremadura, incluso ante la previsión de que en los próximos meses no caiga una gota de agua. Toda la superficie de regadío de la provincia de Badajoz está garantizada al menos un año más, pese a que los embalses se encuentran al 57,6% de su capacidad.
Los principales problemas, en caso de un nuevo invierno sin precipitaciones, se padecerán en algunas zonas de Cáceres, como las confluencias del Tiétar, Rosarito y Borbollón, los pantanos a los que el último año hidrológico dejó prácticamente secos. En estas zonas cacereñas predomina el cultivo del tabaco.
En lo que respecta al consumo urbano, tanto la Confederación Hidrográfica del Tajo como la del Guadiana confirman que no habrá restricciones al consumo en las ciudades y pueblos de Extremadura. Este abastecimiento es prioritario, según la Junta, que matiza que las restricciones en algunas poblaciones cacereñas se deben a obras de mejora y adaptación, o bien programación para asegurar el abastecimiento posterior.
Por los datos recabados por la Consejería de Agricultura a las comunidades de regantes, la última campaña de riego se ha desarrollado con normalidad en el 89% de la superficie regable de la región, mientras que en el 11% restante se consiguieron producciones razonables gracias al mayor control del agua de riego por parte de estas comunidades.
Próxima campaña
Las previsiones de agua para riego para la próxima campaña (comienza en marzo o abril y termina alrededor de finales de septiembre) están garantizadas en un 73% de la superficie regable extremeña, incluso aunque la aportación a los embalses fuese nula, según avanza la mencionada consejería.
Para la directora general de Estructuras Agrarias de la Junta, Justa Núñez, «en la actualidad la superficie de regadío en Extremadura ocupa 240.000 hectáreas, que pese a representar sólo el 5,8% de la superficie total agraria, genera el 61% de la producción final agrícola, con lo que se puede garantizar la próxima producción agrícola regional». La directiva de la Junta aclara que estas previsiones se hacen contando con que no llueva nada, cuando lo normal es que haya precipitaciones, porque aunque sean escasas podrán llenar algo los embalses.
Las dos principales cuencas hidrográficas que atraviesan suelo extremeño son la del Tajo y el Guadiana, que cerraron el año hidrológico con unas reservas del 33,40% la primera y del 57,60 la segunda.
Fuentes de la Confederación Hidrográfica del Tajo minimizan los problemas de abastecimiento en algunas poblaciones de Cáceres, razonadas en la falta de infraestructuras y conducciones obsoletas que tuvieron que ser resueltas. La confederación avisa de que la situación de algunos embalses es preocupante. Por ejemplo, el del Borbollón tiene una capacidad para 88 hectómetros cúbicos y está en apenas 10. O el de Gabriel y Galán, que está al 5%.
Por su parte, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, José Ignacio Sánchez Sánchez-Mora, además de garantizar el regadío abastecido por los embalses dependientes de la CHG para la próxima campaña, quiso hacer un llamamiento hacia el uso «más racional posible del agua y la reducción de los cultivos que más agua gastan», porque el consumo urbano y el regadío están seguros un año más, pero no se sabe lo que ocurrirá en el siguiente.
Lanzó un mensaje de tranquilidad para la provincia de Badajoz, dadas las reservas actuales de la cuenca del Guadiana, pero de no usar de forma eficiente el agua la próxima campaña podría estar en peligro. En la provincia pacense hubo algunos problemas de abastecimiento, indica el presidente de la CHG, pero se debieron a obras de emergencia en la mancomunidad de Jaime Ozores, que incluye los municipios de Santa Marta de los Barros, Aceuchal, Villalba de los Barros y Feria. La presa de Jaime Ozores se quedó sin agua y se optó por hacer obras para conectarla a la presa de Nogales, unos trabajos que ya está terminados, señaló José Ignacio Sánchez.
Según los grados alcanzados de sequía, la situación se califica como de 'normalidad', 'prealerta', 'alerta' y 'emergencia'. Badajoz se encuentra en 'normalidad', concluye el responsable de la entidad.
Medidas
Además de las medidas que puedan adoptar el Gobierno central o las confederaciones hidrográficas, la Junta tomó algunas medidas para paliar los efectos de la sequía, como el incremento del porcentaje de retirada voluntaria en las zonas regables con escasez de agua.
Eso significa, como explica Justa Núñez, que algunos cultivos reciben ayudas para que no se planten y el agua se derive a otros cultivos. Por ejemplo, en las zonas de Rosarito y Borbollón la retirada de tierras se aprobó hasta en un 75%, una medida importante en cultivos que precisan mucha agua, como el maíz o el arroz. Se trata de cambiar el cultivo de regadío por otro al tiempo que se recibe una ayuda para compensar la pérdida de renta. Esta es la tendencia que se debe seguir, según Justa Núñez, la de priorizar los cultivos según la comarca en cuestión y las disponibilidades de agua. También la extensión del riego por goteo en aquellos cultivos donde se pueda utilizar, ya que ahorra más agua.
Otras iniciativas, señalan fuentes de la Consejería de Agricultura, son el impulso de las obras de mejora y modernización de regadíos, cuatro nuevas declaraciones de interés general para obras de mejora y modernización de regadíos, realización de jornadas de concienciación del ahorro de agua, cursos sobre optimización del agua para riego o el desarrollo de aplicaciones informáticas de gestión del agua en caso de sequía, de forma que se aporte el agua necesaria para los cultivos declarados como preferentes.
MARCO A. RODRÍGUEZ/BADAJOZ
La Junta de Extremadura, a través de la Consejería de Agricultura, y las Confederaciones Hidrográficas del Guadiana y Tajo, han garantizado la próxima campaña de riego en Extremadura, incluso ante la previsión de que en los próximos meses no caiga una gota de agua. Toda la superficie de regadío de la provincia de Badajoz está garantizada al menos un año más, pese a que los embalses se encuentran al 57,6% de su capacidad.
Los principales problemas, en caso de un nuevo invierno sin precipitaciones, se padecerán en algunas zonas de Cáceres, como las confluencias del Tiétar, Rosarito y Borbollón, los pantanos a los que el último año hidrológico dejó prácticamente secos. En estas zonas cacereñas predomina el cultivo del tabaco.
En lo que respecta al consumo urbano, tanto la Confederación Hidrográfica del Tajo como la del Guadiana confirman que no habrá restricciones al consumo en las ciudades y pueblos de Extremadura. Este abastecimiento es prioritario, según la Junta, que matiza que las restricciones en algunas poblaciones cacereñas se deben a obras de mejora y adaptación, o bien programación para asegurar el abastecimiento posterior.
Por los datos recabados por la Consejería de Agricultura a las comunidades de regantes, la última campaña de riego se ha desarrollado con normalidad en el 89% de la superficie regable de la región, mientras que en el 11% restante se consiguieron producciones razonables gracias al mayor control del agua de riego por parte de estas comunidades.
Próxima campaña
Las previsiones de agua para riego para la próxima campaña (comienza en marzo o abril y termina alrededor de finales de septiembre) están garantizadas en un 73% de la superficie regable extremeña, incluso aunque la aportación a los embalses fuese nula, según avanza la mencionada consejería.
Para la directora general de Estructuras Agrarias de la Junta, Justa Núñez, «en la actualidad la superficie de regadío en Extremadura ocupa 240.000 hectáreas, que pese a representar sólo el 5,8% de la superficie total agraria, genera el 61% de la producción final agrícola, con lo que se puede garantizar la próxima producción agrícola regional». La directiva de la Junta aclara que estas previsiones se hacen contando con que no llueva nada, cuando lo normal es que haya precipitaciones, porque aunque sean escasas podrán llenar algo los embalses.
Las dos principales cuencas hidrográficas que atraviesan suelo extremeño son la del Tajo y el Guadiana, que cerraron el año hidrológico con unas reservas del 33,40% la primera y del 57,60 la segunda.
Fuentes de la Confederación Hidrográfica del Tajo minimizan los problemas de abastecimiento en algunas poblaciones de Cáceres, razonadas en la falta de infraestructuras y conducciones obsoletas que tuvieron que ser resueltas. La confederación avisa de que la situación de algunos embalses es preocupante. Por ejemplo, el del Borbollón tiene una capacidad para 88 hectómetros cúbicos y está en apenas 10. O el de Gabriel y Galán, que está al 5%.
Por su parte, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, José Ignacio Sánchez Sánchez-Mora, además de garantizar el regadío abastecido por los embalses dependientes de la CHG para la próxima campaña, quiso hacer un llamamiento hacia el uso «más racional posible del agua y la reducción de los cultivos que más agua gastan», porque el consumo urbano y el regadío están seguros un año más, pero no se sabe lo que ocurrirá en el siguiente.
Lanzó un mensaje de tranquilidad para la provincia de Badajoz, dadas las reservas actuales de la cuenca del Guadiana, pero de no usar de forma eficiente el agua la próxima campaña podría estar en peligro. En la provincia pacense hubo algunos problemas de abastecimiento, indica el presidente de la CHG, pero se debieron a obras de emergencia en la mancomunidad de Jaime Ozores, que incluye los municipios de Santa Marta de los Barros, Aceuchal, Villalba de los Barros y Feria. La presa de Jaime Ozores se quedó sin agua y se optó por hacer obras para conectarla a la presa de Nogales, unos trabajos que ya está terminados, señaló José Ignacio Sánchez.
Según los grados alcanzados de sequía, la situación se califica como de 'normalidad', 'prealerta', 'alerta' y 'emergencia'. Badajoz se encuentra en 'normalidad', concluye el responsable de la entidad.
Medidas
Además de las medidas que puedan adoptar el Gobierno central o las confederaciones hidrográficas, la Junta tomó algunas medidas para paliar los efectos de la sequía, como el incremento del porcentaje de retirada voluntaria en las zonas regables con escasez de agua.
Eso significa, como explica Justa Núñez, que algunos cultivos reciben ayudas para que no se planten y el agua se derive a otros cultivos. Por ejemplo, en las zonas de Rosarito y Borbollón la retirada de tierras se aprobó hasta en un 75%, una medida importante en cultivos que precisan mucha agua, como el maíz o el arroz. Se trata de cambiar el cultivo de regadío por otro al tiempo que se recibe una ayuda para compensar la pérdida de renta. Esta es la tendencia que se debe seguir, según Justa Núñez, la de priorizar los cultivos según la comarca en cuestión y las disponibilidades de agua. También la extensión del riego por goteo en aquellos cultivos donde se pueda utilizar, ya que ahorra más agua.
Otras iniciativas, señalan fuentes de la Consejería de Agricultura, son el impulso de las obras de mejora y modernización de regadíos, cuatro nuevas declaraciones de interés general para obras de mejora y modernización de regadíos, realización de jornadas de concienciación del ahorro de agua, cursos sobre optimización del agua para riego o el desarrollo de aplicaciones informáticas de gestión del agua en caso de sequía, de forma que se aporte el agua necesaria para los cultivos declarados como preferentes.