The network isn´t prepared for the restrictions, according to the Water Agency
Sat, 01/10/2005
- Las redes municipales de suministro y distribución de agua no están preparadas para dar una respuesta adecuada ante la eventualidad de que se tengan que aplicar restricciones domésticas por la escasez de reservas. Esta advertencia fue lanzada ayer por Jaume Solà, director de la Agència de l'Aigua, durante una jornada en la que más de cien alcaldes y concejales catalanes fueron informados del decreto de emergencia contra la sequía aprobado por el Govern. La principal conclusión fue que es necesario ahorrar más agua y evitar a toda costa las restricciones para evitar riesgos ahora desconocidos.
El director de la Agència de l'Aigua apuntó que la redes de suministro no están capacitadas para asegurar una distribución ajustada del agua si se tiene que reducir la presión. Los pisos altos serían los que saldrían perjudicados. Solà puso como ejemplo el de un piso situado a 30 metros de altura, para el que no habrá garantía de que se pueda dar una fuerza de impulsión ajustada.
Asimismo, tanto la reducción de la presión como los cortes horarios -medidas en estudio en los planes locales de emergencia- causarían vacíos de aire en las conducciones. El peligro es que, al reanudarse o normalizarse el servicio, la presión pueda causar 'tensiones y fatigas' que podrían comportar roturas en las tuberías. 'No estamos preparados para las restricciones, aunque los ayuntamientos hacen las cosas razonablemente bien', resumió.
A estos problemas se refiere el plan de emergencia aprobado por la Entitat Metropolitana del Medi Ambient, en el que se señala que el abastecimiento en el área de Barcelona está condicionado por su compleja orografía y las pendientes del terreno. En esta zona se han organizado niveles y sectores para que la presión del agua sea homogénea. Pero aun así, reducir la presión tiene limitaciones, ya que la consecuencia de un uso indiscriminado sería dejar sin abastecimiento a los clientes situados en los pisos altos de los sectores de suministro, mientras que 'los de la banda baja tendrían una presión más o menos normal según la magnitud de la presión'. Para solucionar estos problemas, Aguas de Barcelona plantea hacer la reducción de presión sólo en los sectores cuya entrada de agua esté regulada desde un control centralizado; es la única manera de evitar que se vea afectado el servicio. Con este objetivo, se está modernizando la red con controles centralizados cada vez más extendidos.
De otro lado, Agbar también es consciente de las posibles roturas que puede causar el reiterado abrir y cerrar de válvulas. Y por esta razón la compañía ha hecho acopio de material en sus almacenes para asegurar 'la máxima eficiencia a la hora de sustituir elementos de la red que se vean afectados por el cambio en la presión'.
La sesión informativa sobre el decreto de emergencia contra la sequía -organizada por la Federació de Municipis de Catalunya- sirvió para conocer algunas de las preocupaciones de los municipios. El alcalde de Castellcir (Vallès Oriental), Miquel Prat, una de las 56 localidades que se abastecen con camiones cisterna, explicó que la Administración sólo le garantiza una subvención de cinco euros por metro cúbico de agua, mientras que el municipo la está comprando a 14 euros. 'No sé cómo la pagaremos', declaró su alcalde.
El director de Aigües de Manresa, Josep Alabern, recordó que las primeras localidades que pueden iniciar las restricciones domésticas son las del Bages. 'A Barcelona le pueden traer agua en barco, pero a Manresa no la traerán en helicóptero', dijo irónico. Alabern pidió que se analice con rigor la calidad del agua de las últimas reservas de los embalses.
Mientras, el Ayuntamiento de Calders (Bages) ha abierto expediente a 47 vecinos (que pueden pagar una multa de 150 euros) por consumir agua en exceso. Otros representantes locales se interrogaron sobre cómo se reconocerá el esfuerzo de los ayuntamientos que han dictado bandos y han ahorrado más agua que las demás localidades pero que no pueden ver recompensadas sus iniciativas, al estar en una red mallada de abastecimiento de toda la región de Barcelona. Solà recordó que 28 municipios aún no han facilitado el plan de emergencia que debería aplicarse si no llueve. En concreto, en la región de Barcelona, la emergencia se decretará cuando los embalses del Llobregat estén al 20% (y ahora están al 22,5%). 'Estamos en un campo inexplorado, sin mapas ni referencias', dijo Solà al explicar las medidas para superar la crisis.
Medi Ambient denuncia que 28 grandes municipios aún no han elaborado
el plan de emergencia que deben presentar
El director de la Agència de l'Aigua apuntó que la redes de suministro no están capacitadas para asegurar una distribución ajustada del agua si se tiene que reducir la presión. Los pisos altos serían los que saldrían perjudicados. Solà puso como ejemplo el de un piso situado a 30 metros de altura, para el que no habrá garantía de que se pueda dar una fuerza de impulsión ajustada.
Asimismo, tanto la reducción de la presión como los cortes horarios -medidas en estudio en los planes locales de emergencia- causarían vacíos de aire en las conducciones. El peligro es que, al reanudarse o normalizarse el servicio, la presión pueda causar 'tensiones y fatigas' que podrían comportar roturas en las tuberías. 'No estamos preparados para las restricciones, aunque los ayuntamientos hacen las cosas razonablemente bien', resumió.
A estos problemas se refiere el plan de emergencia aprobado por la Entitat Metropolitana del Medi Ambient, en el que se señala que el abastecimiento en el área de Barcelona está condicionado por su compleja orografía y las pendientes del terreno. En esta zona se han organizado niveles y sectores para que la presión del agua sea homogénea. Pero aun así, reducir la presión tiene limitaciones, ya que la consecuencia de un uso indiscriminado sería dejar sin abastecimiento a los clientes situados en los pisos altos de los sectores de suministro, mientras que 'los de la banda baja tendrían una presión más o menos normal según la magnitud de la presión'. Para solucionar estos problemas, Aguas de Barcelona plantea hacer la reducción de presión sólo en los sectores cuya entrada de agua esté regulada desde un control centralizado; es la única manera de evitar que se vea afectado el servicio. Con este objetivo, se está modernizando la red con controles centralizados cada vez más extendidos.
De otro lado, Agbar también es consciente de las posibles roturas que puede causar el reiterado abrir y cerrar de válvulas. Y por esta razón la compañía ha hecho acopio de material en sus almacenes para asegurar 'la máxima eficiencia a la hora de sustituir elementos de la red que se vean afectados por el cambio en la presión'.
La sesión informativa sobre el decreto de emergencia contra la sequía -organizada por la Federació de Municipis de Catalunya- sirvió para conocer algunas de las preocupaciones de los municipios. El alcalde de Castellcir (Vallès Oriental), Miquel Prat, una de las 56 localidades que se abastecen con camiones cisterna, explicó que la Administración sólo le garantiza una subvención de cinco euros por metro cúbico de agua, mientras que el municipo la está comprando a 14 euros. 'No sé cómo la pagaremos', declaró su alcalde.
El director de Aigües de Manresa, Josep Alabern, recordó que las primeras localidades que pueden iniciar las restricciones domésticas son las del Bages. 'A Barcelona le pueden traer agua en barco, pero a Manresa no la traerán en helicóptero', dijo irónico. Alabern pidió que se analice con rigor la calidad del agua de las últimas reservas de los embalses.
Mientras, el Ayuntamiento de Calders (Bages) ha abierto expediente a 47 vecinos (que pueden pagar una multa de 150 euros) por consumir agua en exceso. Otros representantes locales se interrogaron sobre cómo se reconocerá el esfuerzo de los ayuntamientos que han dictado bandos y han ahorrado más agua que las demás localidades pero que no pueden ver recompensadas sus iniciativas, al estar en una red mallada de abastecimiento de toda la región de Barcelona. Solà recordó que 28 municipios aún no han facilitado el plan de emergencia que debería aplicarse si no llueve. En concreto, en la región de Barcelona, la emergencia se decretará cuando los embalses del Llobregat estén al 20% (y ahora están al 22,5%). 'Estamos en un campo inexplorado, sin mapas ni referencias', dijo Solà al explicar las medidas para superar la crisis.
Medi Ambient denuncia que 28 grandes municipios aún no han elaborado
el plan de emergencia que deben presentar