Fines from 450 to 46.000 euro because of irrigation with drinkable water in Madrid

Fri, 30/09/2005

El País

El Gobierno regional ratificó ayer y dio carta legal a la decisión adoptada 24 horas antes por el Consejo de Administración del Canal de Isabel II que decretó el nivel 1 de alerta por sequía. Así, el Ejecutivo de Esperanza Aguirre prohíbe el baldeo de calles, el uso de agua en fuentes ornamentales sin sistema de reutilización, el llenado y vaciado de piscinas y el riego de jardines públicos y privados que no cuenten con sistema de goteo o empleen agua reciclada. Sólo los jardines históricos se salvan de las restricciones.
Aguirre impondrá multas de entre 450 y 46.000 euros a quienes incumplan estas medidas. Agentes municipales y funcionarios de la Consejería de Medio Ambiente serán habilitados para realizar inspecciones.
Rafael Simancas, portavoz del PSOE en la Asamblea, critica esta gestión y recuerda que Aguirre ha comenzado a tomar medidas demasiado tarde (con los embalses al 37%), habiendo permitido que 2005, el año más seco en los últimos 120, sea el de 'mayor consumo de la historia'.
Además de las restricciones en el riego, el Gobierno prohíbe el baldeo de viales, calles y aceras, tanto públicas como privadas. Pero sí autorizará, en cambio, el riego cuando un Ayuntamiento acredite de forma concreta y 'fehacientemente el carácter imprescindible' del riego para preservar la salud pública.
Quedan en cambio totalmente prohibidos los usos del agua con fines puramente ornamentales en fuentes o instalaciones que no dispongan de sistema de recuperación o circuito privado.
También se impedirá el uso de agua para aparatos o instalaciones de refrigeración que no dispongan de un sistema de recuperación, así como el llenado y vaciado de piscinas.
La situación de los campos de golf ante este periodo de sequía es desigual. Sólo tres de los 29 recintos que hay en la Comunidad usan el agua reciclada que suministra el Canal de Isabel II. Éstos son el de Majadahonda, Boadilla del Monte y el Real Club Hípico. El resto no podrá regar sus praderas.
Estas instalaciones deportivas están consideradas como industrias de cuarta categoría, por lo que las restricciones les afectan de pleno. Algunos intentos para convertirlas en industrias de segunda categoría (instalaciones de uso agrícola), a las que no afectan las restricciones, han fracasado hasta el momento.