El Pleno de las Cortes de Castilla-La Mancha expresaron hoy su oposición a cualquier trasvase que ponga en peligro la atención de las necesidades de la cuenca del Tajo y, especialmente, el abastecimiento para consumo humano, y rechazaron "por injustificada e improcedente" cualquier decisión de trasvase del Tajo al Segura que no sea para este tipo de consumo.
Así se recoge en una resolución presentada por el PSOE al debate sobre la política de trasvases celebrado en el Parlamento --un día antes de la previsible aprobación de un nuevo trasvase-- que contó con el apoyo del PP, grupo que, en cualquier caso, también presentó su propia iniciativa, rechazada por los socialistas, en la que veía improcedente la derivación de agua aprobada el pasado 1 de julio, recriminaba a la Junta su "pasividad" en la materia y pedía que se pusiera fecha a la caducidad del trasvase.
Durante la sesión plenaria, que abrió la consejera de Obras Públicas, María Encina Álvarez, criticando la "temeraria y desmedida" política de trasvases del PP entre los años 1997 y 2004, el diputado 'popular' Lucrecio Serrano, cuestionó el sentido que tiene hablar de agua en las Cortes tras 22 años en los que el Gobierno regional "no ha logrado crear las necesidades necesarias para que haya la infraestructura necesaria" que eleve la riqueza de la Comunidad Autónoma a través de este recurso.
LA GRAN PERDEDORA.
Serrano, que insistió en que Castilla-La Mancha "ha pintado prácticamente nada en todas las decisiones respecto al agua" siendo "la gran perdedora" como demuestra su "pobreza y déficit hídrico", recalcó que el PP ha dado "todo el apoyo y oxígeno político al Gobierno para que no se hiciera un trasvase que no fuera para consumo humano", a pesar de lo cual "este es el cuarto etcétera en el que estamos".
En este sentido, recordó la iniciativa aprobada por unanimidad en el Parlamento autónomo en el mes de junio, en la que se rechazaba ya cualquier trasvase que no fuese para consumo humano --a pesar de lo cual se aprobó uno más días después--, y dirigiendo sus palabras al Gobierno regional, apuntó que la política hidráulica "no la hacen ustedes, se la hacen a ustedes".
Serrano aseveró que la región "no podemos dar el agua porque no la tenemos, la tiene el norte" y ese es el futuro de la región "y lo demás son paños calientes". Apuntó que ese futuro "se torció" en 2004 con el PSOE y la derogación del trasvase del Ebro y la puesta en marcha de un nuevo Plan Hidrológico Nacional y por ello, y a pesar del apoyo de su grupo a la resolución del PSOE, afirmó que del debate de hoy se concluye en "cómo podemos parar el golpe de mañana".
FALTA VOLUNTAD POLÍTICA.
Por su parte, el diputado socialista Francisco Moya, que criticó la "oposición de retranca" del PP, precisó que la "puerta" a la modificación de nuevos trasvases ya está abierta en Ley, por lo que "sólo hace falta voluntad política". Reconoció que los trasvases "no son razonables ni prudentes" pero recordó que fue el PP el que pasó de trasvasar 300 hectómetros cúbicos al año a trasvasar 500, provocando que se consolidasen nuevos usos.
Tras interesarse por la alternativa del PP a la normativa legislativa actual --pues, a su juicio el PP, únicamente tiene claro que los problemas de Levante se resuelven sólo con el trasvase del Ebro--, Moya destacó que "más allá de polémicas" a Castilla-La Mancha, en materia hídrica, le asiste la razón, algo que hay que demostrar, como está haciendo el Ejecutivo y que supone un "camino largo" que el PP, a diferencia de la sociedad de la región, no entiende.
La consejera de Obras Públicas, María Encina Álvarez, aludió en su intervención a la reunión, ayer, de la Comisión de Explotación del Acueducto Tajo-Segura --que decidió remitir la decisión de un nuevo trasvase al Consejo de Ministros de mañana--, consciente de que la administración de los recursos hídricos son responsabilidad de todas las administraciones, aunque aclaró que el Gobierno regional, con el presidente, José María Barreda, a la cabeza, no va a parar "hasta conseguir el éxito total" en esta materia.