The Duero´s swamps are at 24% of their total capacity
Thu, 29/09/2005
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La escasez del agua almacenada hace peligrar la campaña de riego del próximo año, aunque permite garantizar el suministro para el consumo humano
ROSA VAQUERO/VALLADOLID
Los 17 embalses que forman la cuenca del Duero cerrarán mañana este árido año hidrológico con un 24,4% del volumen disponible ocupado, un 17,5% menos del agua que guardaban el año pasado por estas fechas, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).
La sequía de este año ha dificultado las labores de regadío en la cuenca y ha dejado la campaña del próximo año a merced de la generosidad de las precipitaciones de los próximos meses. Los 411 litros caídos por metro cuadrado desde septiembre del 2004 hasta este mes están lejos de los 613 propios de un año hidrometeorológico normal.
Esta aridez ha provocado una importante bajada del agua embalsada, desde el 66,5% de volumen ocupado que había a finales de junio en la cuenca hasta el 24,4% actual. Hoy se dispone tan solo de 670,5 hectómetros cúbicos repartidos entre todos los pantanos de la cuenca.
Los grandes embalses del Duero, los leoneses Riaño, Porma y Barrios de Luna, Santa Teresa en Salamanca, o el de Aguilar en Palencia, han visto mermadas sus reservas considerablemente y la mayoría se encuentra ahora por debajo del 20% de agua embalsada. El pantano con menos volumen es el de Villameca, también en León, que en junio de este verano tenía llenos 13,6 de los 20 hectómetros de su capacidad y en la última medición solo conserva un hectómetro cúbico.
Sin agua para regar
La dureza con la que la sequía ha sacudido los campos de cultivo de la región y la escasa reserva embalsada a día de hoy convierten en una incertidumbre la campaña de regadío del próximo verano. El riego de este año concluyó el pasado día 16 de forma «bastante satisfactoria», según fuentes de la CHD, y no hubo que lamentar pérdidas importantes en las cosechas. Los problemas surgidos durante estos meses, que afectaron especialmente a las colas del curso del Duero, fueron causados por «un reparto poco equitativo», según denuncia Antonio Roldán, presidente de la comunidad de regantes de San José, en Zamora. Precisamente regantes de la zona final del Duero en la región solicitaron hace unos días alargar la campaña para terminar el riego de la remolacha, algo que la CHD ha negado argumentando en un comunicado que el final de la campaña -el 16 de septiembre- fue fijado «tanto por la CHD como por las comunidades de regantes».
A pesar de que la presidenta de la CHD, Helena Caballero, ha garantizado el suministro para consumo humano, aún no se puede asegurar, un riego satisfactorio en el 2006, uso al que se destina el 93% del agua consumida.
A esta circunstancia hay que sumar la sed de los campos y el altísimo nivel de absorción que se viene produciendo, por lo que tendrá que llover en cantidades aceptables antes de que se creen escorrentías que fluyan hacia el río y permitan así llenar los pantanos, según explican fuentes de la CHD.
El 47% como objetivo
Finalizada la campaña de riego, actualmente se desembalsan cinco metros cúbicos por segundo al día, lo suficiente para mantener el caudal ecológico de los ríos y asegurar el suministro a las poblaciones. La CHD calcula que un nivel estándar de precipitaciones durante este otoño e invierno y la futura primavera sería suficiente para poder regar el año próximo. Según la estadística, a cada temporada de sequía severa ocurrida en los últimos diez años, le han seguido estaciones generosas en las que han llegado las lluvias y la nieve.
La Confederación Hidrográfica del Duero había marcado como objetivo alcanzar el 47% de agua almacenada en la cuenca a finales del presente mes. Para poder regar con cierta normalidad en el año 2006 sería necesario disponer, antes de que llegue la estación estival, de unos pantanos que se acercasen al 60% de su capacidad total.
La escasez del agua almacenada hace peligrar la campaña de riego del próximo año, aunque permite garantizar el suministro para el consumo humano
ROSA VAQUERO/VALLADOLID
Los 17 embalses que forman la cuenca del Duero cerrarán mañana este árido año hidrológico con un 24,4% del volumen disponible ocupado, un 17,5% menos del agua que guardaban el año pasado por estas fechas, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).
La sequía de este año ha dificultado las labores de regadío en la cuenca y ha dejado la campaña del próximo año a merced de la generosidad de las precipitaciones de los próximos meses. Los 411 litros caídos por metro cuadrado desde septiembre del 2004 hasta este mes están lejos de los 613 propios de un año hidrometeorológico normal.
Esta aridez ha provocado una importante bajada del agua embalsada, desde el 66,5% de volumen ocupado que había a finales de junio en la cuenca hasta el 24,4% actual. Hoy se dispone tan solo de 670,5 hectómetros cúbicos repartidos entre todos los pantanos de la cuenca.
Los grandes embalses del Duero, los leoneses Riaño, Porma y Barrios de Luna, Santa Teresa en Salamanca, o el de Aguilar en Palencia, han visto mermadas sus reservas considerablemente y la mayoría se encuentra ahora por debajo del 20% de agua embalsada. El pantano con menos volumen es el de Villameca, también en León, que en junio de este verano tenía llenos 13,6 de los 20 hectómetros de su capacidad y en la última medición solo conserva un hectómetro cúbico.
Sin agua para regar
La dureza con la que la sequía ha sacudido los campos de cultivo de la región y la escasa reserva embalsada a día de hoy convierten en una incertidumbre la campaña de regadío del próximo verano. El riego de este año concluyó el pasado día 16 de forma «bastante satisfactoria», según fuentes de la CHD, y no hubo que lamentar pérdidas importantes en las cosechas. Los problemas surgidos durante estos meses, que afectaron especialmente a las colas del curso del Duero, fueron causados por «un reparto poco equitativo», según denuncia Antonio Roldán, presidente de la comunidad de regantes de San José, en Zamora. Precisamente regantes de la zona final del Duero en la región solicitaron hace unos días alargar la campaña para terminar el riego de la remolacha, algo que la CHD ha negado argumentando en un comunicado que el final de la campaña -el 16 de septiembre- fue fijado «tanto por la CHD como por las comunidades de regantes».
A pesar de que la presidenta de la CHD, Helena Caballero, ha garantizado el suministro para consumo humano, aún no se puede asegurar, un riego satisfactorio en el 2006, uso al que se destina el 93% del agua consumida.
A esta circunstancia hay que sumar la sed de los campos y el altísimo nivel de absorción que se viene produciendo, por lo que tendrá que llover en cantidades aceptables antes de que se creen escorrentías que fluyan hacia el río y permitan así llenar los pantanos, según explican fuentes de la CHD.
El 47% como objetivo
Finalizada la campaña de riego, actualmente se desembalsan cinco metros cúbicos por segundo al día, lo suficiente para mantener el caudal ecológico de los ríos y asegurar el suministro a las poblaciones. La CHD calcula que un nivel estándar de precipitaciones durante este otoño e invierno y la futura primavera sería suficiente para poder regar el año próximo. Según la estadística, a cada temporada de sequía severa ocurrida en los últimos diez años, le han seguido estaciones generosas en las que han llegado las lluvias y la nieve.
La Confederación Hidrográfica del Duero había marcado como objetivo alcanzar el 47% de agua almacenada en la cuenca a finales del presente mes. Para poder regar con cierta normalidad en el año 2006 sería necesario disponer, antes de que llegue la estación estival, de unos pantanos que se acercasen al 60% de su capacidad total.