The farmers ask for a 38 hectometres from the Tajo
Tue, 06/09/2005
Francisco del Amor dice que el campo camina hacia una «muerte inminente» porque el día 15 «se nos acaba el agua» J. P. P./MURCIA PREOCUPACIÓN. Francisco del Amor, ayer, rodeado de periodistas. / GUILLERMO CARRIÓN / AGM
El campo murciano camina hacia «una muerte inminente, súbita». Así de duro fue Francisco del Amor, presidente del Sindicato Central de Regantes del trasvase Tajo-Segura, al advertir ayer de las consecuencias de la sequía. «A corto y medio plazo no tenemos ninguna perspectiva de que pueda llegar agua, y eso deben saberlo las comunidades de regantes», alertó. Del Amor se reunió ayer con el comité de crisis por la sequía, que reúne a sindicatos, empresarios y organizaciones agrarias, y que ha pedido por unanimidad un nuevo trasvase desde el Tajo. «Todavía podemos recibir hasta 38 hectómetros; y solicitaremos al Consejo de Ministros que nos envíe esta cantidad, porque no tenemos otra solución», explicó el presidente de los regantes.
En estos momentos, en Entrepeñas y Buendía quedan 318 hectómetros cúbicos, de los que sólo 78 son trasvasables. De ellos, la Mancomunidad de Canales del Taibilla pedirá 40 para abastecimiento, por lo que el Sindicato Central de Regantes solicita los 38 restantes. Además, pide «solidaridad» para que unos 4 ó 5 hectómetros destinados a abastecimiento urbano puedan ser derivados a riego. El comité de crisis también pidió ayer a Narbona una reunión para hacerle llegar la situación que vive la agricultura murciana, aprovechando la presencia de la ministra de Medio Ambiente en la Región. Los regantes quieren mostrar su malestar por el cierre de los pozos de sequía en Hellín. «Esperábamos conseguir 3 hectómetros mensuales a distribuir entre 120.000 hectáreas, pero ahora se nos cierran todas las posibilidades, sin esos pozos ya no nos queda nada». Del Amor mostró su desconcierto por la actitud del alcalde de Hellín al paralizar la explotación de dos pozos que iban a aliviar la situación de los regantes. «Pedimos a la Confederación Hidrográfica y al Gobierno central que actúe; si el ministerio ha decidido hacer allí unos pozos, que los haga», explicó.
Del Amor hizo un llamamiento dramático al Gobierno central. «La situación es gravísima, y ni siquiera podemos decirle a los agricultores cuantas hectáreas pueden salvar». El presidente de los regantes recordó que «el día 15 de septiembre se nos acaba el agua, pero después quedan muchos meses por delante».
La situación es «peor que en 1995», tanto que «puede llegar un momento en que no se pueda ni trasvasar en la cuenca. Estamos mirando al cielo y rezando», reconoció.
Pérdidas
Las pérdidas son ya incalculables. «Se están cumpliendo las previsiones del informe sobre la sequía», explicó Del Amor. En aquel estudio, enviado al Gobierno central antes de la aprobación del último trasvase desde el Tajo, de 39 hectómetros cúbicos, se advertía de que se han perdido ya 14.575 empleos y que de octubre a junio se han dejado sin plantar 15.488 hectáreas.
El desastre amenaza también a los próximos cultivos. «Pensábamos que los frutales podrían salvarse, pero no ha sido así», reconocía ayer Francisco del Amor.
Ahora,otras 40.000 hectáreas de cultivos hortofrutícolas quedarán sin cultivar si no ocurre un milagro en breve en forma de lluvia. «En Abarán se están empezando a arrancar frutales, y en Cieza se han perdido 200 hectáreas», explicó.
El campo murciano camina hacia «una muerte inminente, súbita». Así de duro fue Francisco del Amor, presidente del Sindicato Central de Regantes del trasvase Tajo-Segura, al advertir ayer de las consecuencias de la sequía. «A corto y medio plazo no tenemos ninguna perspectiva de que pueda llegar agua, y eso deben saberlo las comunidades de regantes», alertó. Del Amor se reunió ayer con el comité de crisis por la sequía, que reúne a sindicatos, empresarios y organizaciones agrarias, y que ha pedido por unanimidad un nuevo trasvase desde el Tajo. «Todavía podemos recibir hasta 38 hectómetros; y solicitaremos al Consejo de Ministros que nos envíe esta cantidad, porque no tenemos otra solución», explicó el presidente de los regantes.
En estos momentos, en Entrepeñas y Buendía quedan 318 hectómetros cúbicos, de los que sólo 78 son trasvasables. De ellos, la Mancomunidad de Canales del Taibilla pedirá 40 para abastecimiento, por lo que el Sindicato Central de Regantes solicita los 38 restantes. Además, pide «solidaridad» para que unos 4 ó 5 hectómetros destinados a abastecimiento urbano puedan ser derivados a riego. El comité de crisis también pidió ayer a Narbona una reunión para hacerle llegar la situación que vive la agricultura murciana, aprovechando la presencia de la ministra de Medio Ambiente en la Región. Los regantes quieren mostrar su malestar por el cierre de los pozos de sequía en Hellín. «Esperábamos conseguir 3 hectómetros mensuales a distribuir entre 120.000 hectáreas, pero ahora se nos cierran todas las posibilidades, sin esos pozos ya no nos queda nada». Del Amor mostró su desconcierto por la actitud del alcalde de Hellín al paralizar la explotación de dos pozos que iban a aliviar la situación de los regantes. «Pedimos a la Confederación Hidrográfica y al Gobierno central que actúe; si el ministerio ha decidido hacer allí unos pozos, que los haga», explicó.
Del Amor hizo un llamamiento dramático al Gobierno central. «La situación es gravísima, y ni siquiera podemos decirle a los agricultores cuantas hectáreas pueden salvar». El presidente de los regantes recordó que «el día 15 de septiembre se nos acaba el agua, pero después quedan muchos meses por delante».
La situación es «peor que en 1995», tanto que «puede llegar un momento en que no se pueda ni trasvasar en la cuenca. Estamos mirando al cielo y rezando», reconoció.
Pérdidas
Las pérdidas son ya incalculables. «Se están cumpliendo las previsiones del informe sobre la sequía», explicó Del Amor. En aquel estudio, enviado al Gobierno central antes de la aprobación del último trasvase desde el Tajo, de 39 hectómetros cúbicos, se advertía de que se han perdido ya 14.575 empleos y que de octubre a junio se han dejado sin plantar 15.488 hectáreas.
El desastre amenaza también a los próximos cultivos. «Pensábamos que los frutales podrían salvarse, pero no ha sido así», reconocía ayer Francisco del Amor.
Ahora,otras 40.000 hectáreas de cultivos hortofrutícolas quedarán sin cultivar si no ocurre un milagro en breve en forma de lluvia. «En Abarán se están empezando a arrancar frutales, y en Cieza se han perdido 200 hectáreas», explicó.