The power stations of El Grado and Mediano have been stopped by the drought
Tue, 06/09/2005
Las centrales hidroeléctricas de El Grado y Mediano llevan varias semanas sin poder producir energía debido al escaso volumen de agua que queda en ambos embalses del Cinca. Este hecho, que no se recordaba desde hace muchos años, no es sino un síntoma más de la preocupante situación generada por la falta de lluvias. Por su parte, los regantes del sistema Gállego-Cinca ya han tenido que echar mano de los proyectos de las infraestructuras de almacenamiento para calcular hasta qué momento -no muy lejano- podrán detraer caudales, algo que nunca antes habían hecho.
El pantano de Mediano, situado más cerca de la cabecera del río y gran productor de energía, fue el primero en sufrir los efectos de la pertinaz sequía. Hace más de dos meses, desde el pasado 4 de julio, que las turbinas que producen electricidad dejaron de funcionar al situarse el nivel del agua por debajo de la cota mínima de explotación, fijada en 435 metros. En este momento, sólo cubre 427, según los datos facilitados por Endesa. Las reservas, a fecha de ayer, se encontraban al 10 %: hay 43 hectómetros cúbicos de los 430 que puede recoger. De esos 43, son útiles unos 30.
Aguas abajo del Cinca, El Grado no ha corrido mejor suerte y desde el 3 de agosto la actividad generadora de energía está paralizada en la central de la presa (El Grado I). En este caso, la cota mínima de explotación está en 490 metros, mientras que actualmente el agua sólo alcanza una altura de 488. Los datos aportados ayer por la Confederación Hidrográfica del Ebro indican que El Grado se encuentra al 46 % de su capacidad, pues almacena 183 hectómetros de los 399 de los que puede embalsar. Quedan unos 25 útiles para el riego.
Además, según explicó ayer el presidente de Riegos del Alto Aragón, César Trillo, hay otra turbina (El Grado II) en el pie de presa -desde donde cae el agua al río- que también ha visto reducida su producción de energía en un 25 % desde principios del mes de agosto, debido a la disminución de las sueltas de agua al Cinca a causa de la sequía.
"El problema es de turbinación, pero no de salida de agua al canal. Sale menos, pero es lo habitual en estas fechas", comentó el alcalde de El Grado, Joaquín Paricio. "Hasta ahora no hay dificultades, no sé si las habrá dentro de 15 días", añadió. Por el momento, la escasez no ha afectado a la piscifactoría.
No obstante, si el nivel del agua sigue bajando sí que podría haber problemas para la salida de agua al canal, advirtieron fuentes de Riegos del Alto Aragón. "Las turbinas ya no pueden coger agua y si baja unos metros más también dejará de pasar al canal porque entraría en un nivel en el que ya es embalse muerto", indicaron.
Mientras, los regantes apuran los exiguos recursos con que han contado durante esta complicada campaña. "No sabemos cómo van a responder las salidas de los embalses en los últimos hectómetros porque no hemos llegado nunca ahí, por lo que nos basamos en los proyectos", apuntó el presidente de Riegos. "Creemos que en el Cinca vamos a tener serios problemas", vaticinó.
Las minicentrales existentes en los desniveles de los canales del sistema también se han resentido y "escasamente vamos a producir el 50 % de la energía que se producía normalmente", indicó César Trillo. Esta reducción tiene a su vez importantes consecuencias para la economía de los regantes, puesto que "lo que se obtiene por la energía lo dedicamos a mantenimiento de los canales y este año ni vamos a cubrir los gastos de las centrales".
César Trillo advirtió, asimismo, de que "los embalses van a quedar en muy mala situación y si no cambia el tiempo de aquí a mediados de octubre solicitaremos la reducción de caudales ambientales para intentar que se recuperen algo los pantanos para el año que viene".
Y es que recordó que "este año ha sido crítico, pero si el próximo se produjeran las mismas lluvias prácticamente no podríamos abrir la campaña". De hecho, de los 4.000 metros cúbicos por hectárea repartidos este año (lo normal es el doble), 2.500 son del sobrante de 2004.
El pantano de Mediano, situado más cerca de la cabecera del río y gran productor de energía, fue el primero en sufrir los efectos de la pertinaz sequía. Hace más de dos meses, desde el pasado 4 de julio, que las turbinas que producen electricidad dejaron de funcionar al situarse el nivel del agua por debajo de la cota mínima de explotación, fijada en 435 metros. En este momento, sólo cubre 427, según los datos facilitados por Endesa. Las reservas, a fecha de ayer, se encontraban al 10 %: hay 43 hectómetros cúbicos de los 430 que puede recoger. De esos 43, son útiles unos 30.
Aguas abajo del Cinca, El Grado no ha corrido mejor suerte y desde el 3 de agosto la actividad generadora de energía está paralizada en la central de la presa (El Grado I). En este caso, la cota mínima de explotación está en 490 metros, mientras que actualmente el agua sólo alcanza una altura de 488. Los datos aportados ayer por la Confederación Hidrográfica del Ebro indican que El Grado se encuentra al 46 % de su capacidad, pues almacena 183 hectómetros de los 399 de los que puede embalsar. Quedan unos 25 útiles para el riego.
Además, según explicó ayer el presidente de Riegos del Alto Aragón, César Trillo, hay otra turbina (El Grado II) en el pie de presa -desde donde cae el agua al río- que también ha visto reducida su producción de energía en un 25 % desde principios del mes de agosto, debido a la disminución de las sueltas de agua al Cinca a causa de la sequía.
"El problema es de turbinación, pero no de salida de agua al canal. Sale menos, pero es lo habitual en estas fechas", comentó el alcalde de El Grado, Joaquín Paricio. "Hasta ahora no hay dificultades, no sé si las habrá dentro de 15 días", añadió. Por el momento, la escasez no ha afectado a la piscifactoría.
No obstante, si el nivel del agua sigue bajando sí que podría haber problemas para la salida de agua al canal, advirtieron fuentes de Riegos del Alto Aragón. "Las turbinas ya no pueden coger agua y si baja unos metros más también dejará de pasar al canal porque entraría en un nivel en el que ya es embalse muerto", indicaron.
Mientras, los regantes apuran los exiguos recursos con que han contado durante esta complicada campaña. "No sabemos cómo van a responder las salidas de los embalses en los últimos hectómetros porque no hemos llegado nunca ahí, por lo que nos basamos en los proyectos", apuntó el presidente de Riegos. "Creemos que en el Cinca vamos a tener serios problemas", vaticinó.
Las minicentrales existentes en los desniveles de los canales del sistema también se han resentido y "escasamente vamos a producir el 50 % de la energía que se producía normalmente", indicó César Trillo. Esta reducción tiene a su vez importantes consecuencias para la economía de los regantes, puesto que "lo que se obtiene por la energía lo dedicamos a mantenimiento de los canales y este año ni vamos a cubrir los gastos de las centrales".
César Trillo advirtió, asimismo, de que "los embalses van a quedar en muy mala situación y si no cambia el tiempo de aquí a mediados de octubre solicitaremos la reducción de caudales ambientales para intentar que se recuperen algo los pantanos para el año que viene".
Y es que recordó que "este año ha sido crítico, pero si el próximo se produjeran las mismas lluvias prácticamente no podríamos abrir la campaña". De hecho, de los 4.000 metros cúbicos por hectárea repartidos este año (lo normal es el doble), 2.500 son del sobrante de 2004.