The salt content of the Marquesa swamp is similar than the Corte de Pallás one
Mon, 05/09/2005
La conductividad del agua en Cullera es de 900 microSiemens, parecido a los 1.000 de Cortes y por bastante por debajo de los 1.500-2.000 del Ebro
MicroSiemen/cm
La conductividad eléctrica es la medida de la capacidad de una muestra
de agua para transmitir la corriente eléctrica. El agua pura es un
conductor pobre de la electricidad, dado que son las impurezas del agua,
como las sales, las que permiten que ésta conduzca la electricidad.
Por lo tanto, se utiliza la conductividad frecuentemente para medir la cantidad de sólidos disueltos que existen en el agua, dado que este método resulta más sencillo que evaporar todas las moléculas de agua de una muestra para pesar después los sólidos que quedan. Es decir, se mide la resistibilidad al paso de la electricidad.
Por ejemplo, el agua destilada tiene mucha resistibilidad, porque no tiene conductividad. A más sales, menos resistibilidad, y más conductividad.
La conductividad se mide en unas unidades denominadas microSiemen/cm.
Las plantas muy sensibles pueden resultar afectadas si son regadas con
agua que tenga niveles de conductividad de electricidad mayores de
2.200-2.600 microSiemens.
Para el uso doméstico, es preferible que el nivel de conductividad del agua esté por debajo de 1.100 microSiemens. Las
industrias y, en concreto, las electrónicas, requieren de utilización de agua pura.
JAVIER REIGADAS
VALENCIA. El Ministerio de Medio Ambiente se guarda un as en la manga para la reunión de la Comisión Técnica del trasvase Júcar-Vinalopó del próximo 15 de septiembre, cuando sus componentes recibirán las distintas alegaciones presentadas al cambio de trazado y les serán entregados los diferentes estudios realizados para analizar la situación y tomar la decisión definitiva sobre la toma de agua en Cortes de Pallás o la azud de la Marquesa.
Dentro de la estrategia diseñada por el entorno más cercano a Cristina Narbona de desactivar los argumentos contrarios que ya han surgido pero que adquirirán mayor virulencia nada más se anuncie el cambio de trazado de forma oficial -la inutilidad del tramo I del trasvase, la mala calidad del agua y la posible pérdida de financiación europea-, la medición de conductividad del líquido elemento que se realizó el 18 de agosto en el azud de la Marquesa por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar parece que va a suponer un respiro para los dirigentes del Ministerio.
A falta de los resultados finales, el optimismo reina en los técnicos medioambientales, dado que se está constatando que la conductividad del agua -por la que se constata la salinidad- en el azud de la Marquesa está alrededor de los 900 microSiemens/cm -medida de conductividad-, valores muy parecidos a los de Cortes de Pallás, que se encuentra en 1.000 microSiemens.
Estos datos, que satisfacen plenamente a la Confederación Hidrográfica del Júcar, son, por ejemplo, mucho mejores que los del río Ebro, que sobrepasan los 1.500 microS iemens y alcanza en ocasiones los 2.000.
Cabe reseñar que este análisis se refiere a la conductibilidad del agua y no a los nutrientes de la misma, dado que, en principio, la toma del azud de la Marquesa se realizará sólamente para destinarla a uso agrícola, en el que el aspecto más importante es la salinidad. Para la utilización urbana los nutrientes acaparan la atención y son los que definen si puede ser consumida.
Aunque la Confederación Hidrográfica seguirá realizando análisis de agua todos los meses del año por si la toma de agosto haya sido especial, los positivos datos se pondrán encima de la mesa de la Comisión Técnica del trasvase Júcar-Vinalopó de mediados de septiembre para reforzar la tesis del Ministerio de cambio de toma y, por tanto, de trazado.
El optimismo es tal, que las fuentes consultadas por ABC señalan que «la realidad la pondrá en evidencia los informes técnicos», en prestar especial atención a las críticas vertidas sobre la calidad del agua del azud de la Marquesa.
Mayor financiación europea
En paralelo, el Ministerio de Medio Ambiente trabaja contrarreloj para conseguir rizar el rizo y no sólo no perder los 80 millones de euros asignados al trasvase Júcar-Vinalopó por parte de la Unión Europea, sino aumentarlos si cabe.
El planteamiento de los colaboradores de Cristina Narbona se basa en que las autoridades comunitarias aportan el 51,1 por ciento del coste elegible de la obra -proyecto menos aportación de los usuarios- por lo que si el coste alternativo es mayor, aplicando el mismo porcentaje saldrían de las arcas europeas más cantidad de dinero.
Eso sí, los socialistas son conscientes de que conseguir mayor financiación sólo se puede obtener siendo «muy diligentes» y recuerdan que existen precedentes de este tipo de modificaciones. Para ello, tal y como publicó ABC, ya se han iniciado contactos con Bruselas para conocer la receptibilidad de la Unión Europea al nuevo planteamiento del Gobierno español.
La estación de bombeo de Cortes
El tercer argumento, la inutilidad del tramo I del trasvase, también está perfectamente planificado para cuando el Ministerio de Medio Ambiente decida qué hacer con él. En este sentido, cabe resaltar que existen tres posibilidades: vender o alquilar la estación de bombeo de Cortes de Pallás y que Aguas del Júcar explote directamente las instalaciones.
La empresa estatal ha hecho sus deberes y cuenta con un estudio de finales de 2004 en el que se analizó la posibilidad de incorporar una turbina para generar electricidad en los meses en que no funcione el trasvase -normalmente de marzo a septiembre-. Se trataría de subir el agua a la balsa de Muela por la noche, con la tarifa eléctrica valle -la más barata- y bajarla por el día con el precio cresta -el más caro-, al objeto de rentabilizar al máximo dichas instalaciones si el Ministerio decide finalmente no vender o alquilar las mismas.
Para ello, Aguas del Júcar ya tiene hecha la reserva de espacio para incorporar la turbina y también obra en su poder un informe de rentabilidad que señala que se pueden obtener dos millones de euros de ingresos al año con la estación de bombeo reversible.
MicroSiemen/cm
La conductividad eléctrica es la medida de la capacidad de una muestra
de agua para transmitir la corriente eléctrica. El agua pura es un
conductor pobre de la electricidad, dado que son las impurezas del agua,
como las sales, las que permiten que ésta conduzca la electricidad.
Por lo tanto, se utiliza la conductividad frecuentemente para medir la cantidad de sólidos disueltos que existen en el agua, dado que este método resulta más sencillo que evaporar todas las moléculas de agua de una muestra para pesar después los sólidos que quedan. Es decir, se mide la resistibilidad al paso de la electricidad.
Por ejemplo, el agua destilada tiene mucha resistibilidad, porque no tiene conductividad. A más sales, menos resistibilidad, y más conductividad.
La conductividad se mide en unas unidades denominadas microSiemen/cm.
Las plantas muy sensibles pueden resultar afectadas si son regadas con
agua que tenga niveles de conductividad de electricidad mayores de
2.200-2.600 microSiemens.
Para el uso doméstico, es preferible que el nivel de conductividad del agua esté por debajo de 1.100 microSiemens. Las
industrias y, en concreto, las electrónicas, requieren de utilización de agua pura.
JAVIER REIGADAS
VALENCIA. El Ministerio de Medio Ambiente se guarda un as en la manga para la reunión de la Comisión Técnica del trasvase Júcar-Vinalopó del próximo 15 de septiembre, cuando sus componentes recibirán las distintas alegaciones presentadas al cambio de trazado y les serán entregados los diferentes estudios realizados para analizar la situación y tomar la decisión definitiva sobre la toma de agua en Cortes de Pallás o la azud de la Marquesa.
Dentro de la estrategia diseñada por el entorno más cercano a Cristina Narbona de desactivar los argumentos contrarios que ya han surgido pero que adquirirán mayor virulencia nada más se anuncie el cambio de trazado de forma oficial -la inutilidad del tramo I del trasvase, la mala calidad del agua y la posible pérdida de financiación europea-, la medición de conductividad del líquido elemento que se realizó el 18 de agosto en el azud de la Marquesa por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar parece que va a suponer un respiro para los dirigentes del Ministerio.
A falta de los resultados finales, el optimismo reina en los técnicos medioambientales, dado que se está constatando que la conductividad del agua -por la que se constata la salinidad- en el azud de la Marquesa está alrededor de los 900 microSiemens/cm -medida de conductividad-, valores muy parecidos a los de Cortes de Pallás, que se encuentra en 1.000 microSiemens.
Estos datos, que satisfacen plenamente a la Confederación Hidrográfica del Júcar, son, por ejemplo, mucho mejores que los del río Ebro, que sobrepasan los 1.500 microS iemens y alcanza en ocasiones los 2.000.
Cabe reseñar que este análisis se refiere a la conductibilidad del agua y no a los nutrientes de la misma, dado que, en principio, la toma del azud de la Marquesa se realizará sólamente para destinarla a uso agrícola, en el que el aspecto más importante es la salinidad. Para la utilización urbana los nutrientes acaparan la atención y son los que definen si puede ser consumida.
Aunque la Confederación Hidrográfica seguirá realizando análisis de agua todos los meses del año por si la toma de agosto haya sido especial, los positivos datos se pondrán encima de la mesa de la Comisión Técnica del trasvase Júcar-Vinalopó de mediados de septiembre para reforzar la tesis del Ministerio de cambio de toma y, por tanto, de trazado.
El optimismo es tal, que las fuentes consultadas por ABC señalan que «la realidad la pondrá en evidencia los informes técnicos», en prestar especial atención a las críticas vertidas sobre la calidad del agua del azud de la Marquesa.
Mayor financiación europea
En paralelo, el Ministerio de Medio Ambiente trabaja contrarreloj para conseguir rizar el rizo y no sólo no perder los 80 millones de euros asignados al trasvase Júcar-Vinalopó por parte de la Unión Europea, sino aumentarlos si cabe.
El planteamiento de los colaboradores de Cristina Narbona se basa en que las autoridades comunitarias aportan el 51,1 por ciento del coste elegible de la obra -proyecto menos aportación de los usuarios- por lo que si el coste alternativo es mayor, aplicando el mismo porcentaje saldrían de las arcas europeas más cantidad de dinero.
Eso sí, los socialistas son conscientes de que conseguir mayor financiación sólo se puede obtener siendo «muy diligentes» y recuerdan que existen precedentes de este tipo de modificaciones. Para ello, tal y como publicó ABC, ya se han iniciado contactos con Bruselas para conocer la receptibilidad de la Unión Europea al nuevo planteamiento del Gobierno español.
La estación de bombeo de Cortes
El tercer argumento, la inutilidad del tramo I del trasvase, también está perfectamente planificado para cuando el Ministerio de Medio Ambiente decida qué hacer con él. En este sentido, cabe resaltar que existen tres posibilidades: vender o alquilar la estación de bombeo de Cortes de Pallás y que Aguas del Júcar explote directamente las instalaciones.
La empresa estatal ha hecho sus deberes y cuenta con un estudio de finales de 2004 en el que se analizó la posibilidad de incorporar una turbina para generar electricidad en los meses en que no funcione el trasvase -normalmente de marzo a septiembre-. Se trataría de subir el agua a la balsa de Muela por la noche, con la tarifa eléctrica valle -la más barata- y bajarla por el día con el precio cresta -el más caro-, al objeto de rentabilizar al máximo dichas instalaciones si el Ministerio decide finalmente no vender o alquilar las mismas.
Para ello, Aguas del Júcar ya tiene hecha la reserva de espacio para incorporar la turbina y también obra en su poder un informe de rentabilidad que señala que se pueden obtener dos millones de euros de ingresos al año con la estación de bombeo reversible.