Presion will be reduced and water will be cut in Catalonia due to the drought
Sat, 27/08/2005
El decreto de emergencia contra la sequía que la Generalitat aprobará a mediados del próximo mes, con el fin de garantizar las reservas hasta la próxima primavera, comportará una disminución de la presión del agua corriente y cortes del suministro doméstico durante algunas franjas horarias.
El conseller de Medio Ambiente, Salvador Milá, y el director de la Agencia Catalana del Agua (ACA), Jaume Solá, han presentado el borrador del decreto de emergencia, que hoy se ha discutido en el consejo de administración de la ACA y está previsto que el Consell Executiu lo apruebe, como muy pronto, el próximo 13 de septiembre.
No obstante, hasta principios del próximo mes de octubre no está previsto que ninguna cuenca interna de Cataluña entre en la fase de emergencia, que se declarará cuando los embalses estén al 20% de su capacidad total, y el sistema hídrico que actualmente está en peor situación es el del Llobregat, al 24,6%.
Cuando se haya declarado la fase de emergencia en una cuenca hídrica, serán los ayuntamientos, mancomunidades y las compañías suministradoras de agua de cada municipio las encargadas de aprobar sus planes de contingencia para "administrar la precariedad" de agua, ha comentado el conseller.
Pese a que las restricciones al consumo doméstico dependerán de cada plan de contingencia, "se puede prever fácilmente que serán una combinación de disminución de la presión y de horas en las que se cortará el agua", ha señalado Jaume Solá.
La Generalitat garantizará a cada municipio un mínimo diario de 230 litros por habitante y día cuando las reservas estén al 20%, 210 litros al 15% de capacidad, 180 al 10% y 160 al 5%, siempre por encima del consumo medio por habitante y día en Cataluña, que se sitúa en 130 litros.
Milá ha asegurado que esos límites "serán iguales para todos los municipios", independientemente de que consuman más o menos, y ha añadido que si las poblaciones "hacen una buena gestión de sus recursos propios, el agua les puede dar incluso para usos industriales".
El decreto de emergencia establece restricciones progresivas al consumo para garantizar las reservas de agua en Cataluña por lo menos hasta la próxima primavera, "en el peor de los escenarios posibles", según el conseller de Medio Ambiente.
La entrada en vigor del decreto de emergencia comportará la separación de las cuencas del Ter y Llobregat a efectos de su gestión, puesto que actualmente se encuentran en situaciones muy distintas: mientras la primera está al 32,72% de su capacidad, con un total de 130,32 hectómetros cúbicos, la segunda se sitúa en el 24,67%.
La cuenca del Llobregat, que abastece en exclusivo a una parte de los municipios del área metropolitana de Barcelona, dispone actualmente de 52,74 hectómetros cúbicos de agua, por lo que está a sólo 10 hectómetros de la declaración de la fase de emergencia.
Asimismo, el decreto podrá tener repercusión en el precio del agua, ya que autoriza a los ayuntamientos o compañías suministradoras a subir las tarifas en el caso de que hayan necesitado invertir en infraestructuras para asegurar el ahorro de los recursos hídricos.
Con el decreto, la Generalitat se compromete a facilitar las actuaciones de emergencia necesarias para garantizar el suministro en los municipios que lo precisen y a solicitar fondos económicos a la Unión Europea para adelantar la construcción de infraestructuras hidráulicas.
Tras recordar que los recursos hídricos de que dispone Cataluña "están por debajo del 40% de lo habitual en otros años", el conseller ha enviado un mensaje de "tranquilidad" a los ciudadanos, porque las reservas están garantizadas hasta 2006, pero les ha pedido que "sigan aplicando las medidas de ahorro" que han demostrado en los últimos meses.
El conseller de Medio Ambiente, Salvador Milá, y el director de la Agencia Catalana del Agua (ACA), Jaume Solá, han presentado el borrador del decreto de emergencia, que hoy se ha discutido en el consejo de administración de la ACA y está previsto que el Consell Executiu lo apruebe, como muy pronto, el próximo 13 de septiembre.
No obstante, hasta principios del próximo mes de octubre no está previsto que ninguna cuenca interna de Cataluña entre en la fase de emergencia, que se declarará cuando los embalses estén al 20% de su capacidad total, y el sistema hídrico que actualmente está en peor situación es el del Llobregat, al 24,6%.
Cuando se haya declarado la fase de emergencia en una cuenca hídrica, serán los ayuntamientos, mancomunidades y las compañías suministradoras de agua de cada municipio las encargadas de aprobar sus planes de contingencia para "administrar la precariedad" de agua, ha comentado el conseller.
Pese a que las restricciones al consumo doméstico dependerán de cada plan de contingencia, "se puede prever fácilmente que serán una combinación de disminución de la presión y de horas en las que se cortará el agua", ha señalado Jaume Solá.
La Generalitat garantizará a cada municipio un mínimo diario de 230 litros por habitante y día cuando las reservas estén al 20%, 210 litros al 15% de capacidad, 180 al 10% y 160 al 5%, siempre por encima del consumo medio por habitante y día en Cataluña, que se sitúa en 130 litros.
Milá ha asegurado que esos límites "serán iguales para todos los municipios", independientemente de que consuman más o menos, y ha añadido que si las poblaciones "hacen una buena gestión de sus recursos propios, el agua les puede dar incluso para usos industriales".
El decreto de emergencia establece restricciones progresivas al consumo para garantizar las reservas de agua en Cataluña por lo menos hasta la próxima primavera, "en el peor de los escenarios posibles", según el conseller de Medio Ambiente.
La entrada en vigor del decreto de emergencia comportará la separación de las cuencas del Ter y Llobregat a efectos de su gestión, puesto que actualmente se encuentran en situaciones muy distintas: mientras la primera está al 32,72% de su capacidad, con un total de 130,32 hectómetros cúbicos, la segunda se sitúa en el 24,67%.
La cuenca del Llobregat, que abastece en exclusivo a una parte de los municipios del área metropolitana de Barcelona, dispone actualmente de 52,74 hectómetros cúbicos de agua, por lo que está a sólo 10 hectómetros de la declaración de la fase de emergencia.
Asimismo, el decreto podrá tener repercusión en el precio del agua, ya que autoriza a los ayuntamientos o compañías suministradoras a subir las tarifas en el caso de que hayan necesitado invertir en infraestructuras para asegurar el ahorro de los recursos hídricos.
Con el decreto, la Generalitat se compromete a facilitar las actuaciones de emergencia necesarias para garantizar el suministro en los municipios que lo precisen y a solicitar fondos económicos a la Unión Europea para adelantar la construcción de infraestructuras hidráulicas.
Tras recordar que los recursos hídricos de que dispone Cataluña "están por debajo del 40% de lo habitual en otros años", el conseller ha enviado un mensaje de "tranquilidad" a los ciudadanos, porque las reservas están garantizadas hasta 2006, pero les ha pedido que "sigan aplicando las medidas de ahorro" que han demostrado en los últimos meses.