The Confederation studies the exploitation of a virgin aquifer of almost a thousand of hectometres
Thu, 25/08/2005
El sistema de Pericay-Luchena, al norte de Lorca, tiene unas reservas totales de 961 hm3, pero sólo se podrían extraer 11 hm3 cada año para evitar su sobreexplotación El volumen de agua existente serviría para llenar un millar de estadios Santiago Bernabeu M. BUITRAGO/MURCIA MUCHA AGUA. Aspecto del manantial de los Ojos de Luchena, cerca de la presa de Valdeinfierno, en Lorca. / SONIA M. LARIO/AGM ASÍ ES EL ACUÍFERO Nombre: Acuífero Pericay-Luchena-Gábar
Ubicación: Al norte del municipio de Lorca, cerca de la presa de Valdeinfierno. Pertenece a la Unidad hidrogeológica de la Sierra de Gábar con la de Pericay.
Afloramiento: La única emergencia natural es el manantial de los Ojos de Luchena.
Dimensiones: 115 kilómetros cuadrados.
Reservas totales: 961 hectómetros cúbicos.
Reservas útiles explotables: 453 hectómetros.
Aportes: Actualmente está equilibrado. Tiene una entrada directa de lluvia de 3,75 hectómetros cúbicos al año; y una infiltración de cauces de 6,97 hectómetros/año.
Explotación: No puede sobrepasar los 10,72 hectómetros al año
Problema: Mantener el caudal medio de la fuente de los Ojos de Luchena. Existe un antecedente con el manantial del Borbotón, situado al final del Cañón de Almadenes y que vierte directamente al río. Cuando se explota el acuífero de Calasparra, el Borbotón pierde caudales, que hay que compensar inyectando recursos del propio acuífero al río Segura.
La acuciante falta de agua en la comarca del Guadalentín, la más castigada por la sequía, puede verse paliada con la explotación del acuífero Pericay-Luchena, uno de los más importantes de la cuenca del Segura, similar en importante al Sinclinal de Calasparra, y todavía virgen. La regulación de este macroembalse subterráneo de 961 hectómetros cúbicos de reservas totales, está siendo evaluada por la Confederación Hidrográfica del Segura.
Sin embargo, la magnificencia de sus cifras es engañosa, ya que las reservas útiles explotables serían de 453 hectómetros. De éstas, a su vez, sólo se podrían extraer un máximo de 10,72 hectómetros, que es el equivalente a la capacidad anual de recarga de este acuífero, ya que de lo contrario quedaría esquilmado a marchas forzadas.
El acuífero de Pericay-Luchena, situado en las pedanías del norte de Lorca, cerca la presa de Valdeinfierno, no es un descubrimiento reciente, sino que ya era estudiado en 1989 para incrementar la disponibilidad de recursos subterráneos en esta comarca.
Facciones enfrentadas
Su explotación, sin embargo, ha levantado dos facciones de partidarios y detractores que dirimen sus diferencias en el terreno político. El PSOE y la Comunidad de Regantes de Lorca están a favor de extraer unos caudales mínimos que salven las cosechas. Por contra, los grupos ecologistas, Izquierda Unida, el PP, el alcalde de Lorca y vecinos de las pedanías próximas optan por preservar este tesoro natural.
En medio está la Confederación Hidrográfica del Segura. Su presidente, José Salvador Fuentes Zorita, encargó días atrás a la Oficina de Planificación Hidrológica un informe -apuntalado por una memoria geológica- que considera factible explotar este acuífero mediante un riguroso plan de extracciones, sin que cause un daño a sus reservas estratégicas ni al manantial de los Ojos de Luchena, la principal surgencia de la zona que da abrigo hidrológico a la fauna y flora de un LIC y una Zepa próximos.
El presidente de la Confederación Hidrográfica, que aún no ha tomado ninguna decisión, cree que como mínimo los ciudadanos tienen derecho a conocer la existencia de este acuífero y sus posibilidades de regulación.
Para Fuentes Zorita, se trata de un acuífero importante que sería susceptible de ser explotado racionalmente, como se hace en el Sinclinal de Calasparra. Eso exigirá, a su juicio, una declaración de impacto medioambiental, tanto para los sondeos que vayan a realizarse, como para la regulación de las extracciones año tras año. «Si se hace, se hará de una forma racional y con todas las garantías. Se explotaría durante un periodo de tiempo muy concreto y después se dejaría parado para evitar su sobreexplotación», explica.
También aclara Fuentes Zorita que no se puede explotar de inmediato, ya que el estudio de impacto tardaría meses en ser aprobado. El responsable de la Confederación no quiere entrar en el debate político, y se limita a dar cuenta de los recursos que hay disponibles.
Ubicación: Al norte del municipio de Lorca, cerca de la presa de Valdeinfierno. Pertenece a la Unidad hidrogeológica de la Sierra de Gábar con la de Pericay.
Afloramiento: La única emergencia natural es el manantial de los Ojos de Luchena.
Dimensiones: 115 kilómetros cuadrados.
Reservas totales: 961 hectómetros cúbicos.
Reservas útiles explotables: 453 hectómetros.
Aportes: Actualmente está equilibrado. Tiene una entrada directa de lluvia de 3,75 hectómetros cúbicos al año; y una infiltración de cauces de 6,97 hectómetros/año.
Explotación: No puede sobrepasar los 10,72 hectómetros al año
Problema: Mantener el caudal medio de la fuente de los Ojos de Luchena. Existe un antecedente con el manantial del Borbotón, situado al final del Cañón de Almadenes y que vierte directamente al río. Cuando se explota el acuífero de Calasparra, el Borbotón pierde caudales, que hay que compensar inyectando recursos del propio acuífero al río Segura.
La acuciante falta de agua en la comarca del Guadalentín, la más castigada por la sequía, puede verse paliada con la explotación del acuífero Pericay-Luchena, uno de los más importantes de la cuenca del Segura, similar en importante al Sinclinal de Calasparra, y todavía virgen. La regulación de este macroembalse subterráneo de 961 hectómetros cúbicos de reservas totales, está siendo evaluada por la Confederación Hidrográfica del Segura.
Sin embargo, la magnificencia de sus cifras es engañosa, ya que las reservas útiles explotables serían de 453 hectómetros. De éstas, a su vez, sólo se podrían extraer un máximo de 10,72 hectómetros, que es el equivalente a la capacidad anual de recarga de este acuífero, ya que de lo contrario quedaría esquilmado a marchas forzadas.
El acuífero de Pericay-Luchena, situado en las pedanías del norte de Lorca, cerca la presa de Valdeinfierno, no es un descubrimiento reciente, sino que ya era estudiado en 1989 para incrementar la disponibilidad de recursos subterráneos en esta comarca.
Facciones enfrentadas
Su explotación, sin embargo, ha levantado dos facciones de partidarios y detractores que dirimen sus diferencias en el terreno político. El PSOE y la Comunidad de Regantes de Lorca están a favor de extraer unos caudales mínimos que salven las cosechas. Por contra, los grupos ecologistas, Izquierda Unida, el PP, el alcalde de Lorca y vecinos de las pedanías próximas optan por preservar este tesoro natural.
En medio está la Confederación Hidrográfica del Segura. Su presidente, José Salvador Fuentes Zorita, encargó días atrás a la Oficina de Planificación Hidrológica un informe -apuntalado por una memoria geológica- que considera factible explotar este acuífero mediante un riguroso plan de extracciones, sin que cause un daño a sus reservas estratégicas ni al manantial de los Ojos de Luchena, la principal surgencia de la zona que da abrigo hidrológico a la fauna y flora de un LIC y una Zepa próximos.
El presidente de la Confederación Hidrográfica, que aún no ha tomado ninguna decisión, cree que como mínimo los ciudadanos tienen derecho a conocer la existencia de este acuífero y sus posibilidades de regulación.
Para Fuentes Zorita, se trata de un acuífero importante que sería susceptible de ser explotado racionalmente, como se hace en el Sinclinal de Calasparra. Eso exigirá, a su juicio, una declaración de impacto medioambiental, tanto para los sondeos que vayan a realizarse, como para la regulación de las extracciones año tras año. «Si se hace, se hará de una forma racional y con todas las garantías. Se explotaría durante un periodo de tiempo muy concreto y después se dejaría parado para evitar su sobreexplotación», explica.
También aclara Fuentes Zorita que no se puede explotar de inmediato, ya que el estudio de impacto tardaría meses en ser aprobado. El responsable de la Confederación no quiere entrar en el debate político, y se limita a dar cuenta de los recursos que hay disponibles.