The 'Water Route' will show the old irrigation systems
Fri, 19/08/2005
El itinerario pasa por algunas infraestructuras musulmanas Los voluntarios señalizan el sendero que unirá la ciudad con el Centro de Cultura Tradicional de Puçol El objetivo es crear una red de rutas para incluir en la oferta turística NOA DE LA TORRE/ELCHE RECORRIDO. Aspecto de la Acequia Mayor y del Molí del Real, donde se iniciará la Ruta de l'Aigua. / ASOCIACIÓN FOTOGRÁFICA RUTA DE L'AIGUA Objetivo: Que el voluntariado ambiental señalice un sendero que recorra los sistemas tradicionales de riego del periodo musulmán.
Itinerario: Desde el Molí del Real en Elche, hasta el Centro Cultural de Puçol, pasando por acequias, azudes y presas.
Destinatarios: El proyecto se dirige a voluntarios de cualquier edad.
Propuestas refrescantes para pasar el verano las hay de muy diversa índole. El Consell de la Joventut d'Elx propone una curiosa iniciativa para el voluntariado ambiental: la señalización de un itinerario que recorra las infraestructuras de regadío del periodo musulmán.
En su segunda edición, la Ruta de l'Aigua pel Camp d'Elx pretende unir la ciudad con el Centro de Cultura Tradicional de Puçol. Para ello, y siguiendo el eje vertebrador del Vinalopó desde el Molí del Real, este sendero acercará a los caminantes elementos patrimoniales como las acequias Major del Pantano y de la Marchena, o los sistemas de azudes como el de los Moros o el del Derramador.
Según el responsable de esta actividad, Vicente Bordonado, el objetivo es aprovechar el tema de los usos tradicionales del agua para «poner en marcha un proyecto que pueda incluirse en la oferta turística de la ciudad», además de dar a conocer así el «patrimonio cultural y natural del campo de Elche a ilicitanos y visitantes». Bordonado llamó la atención sobre la continuidad de este proyecto de voluntariado que, a diferencia de otros, dejará para el futuro un itinerario ambiental con el que conocer más a fondo el municipio.
De hecho, un mayor conocimiento de la zona es lo que precisamente buscan los voluntarios que se deciden a participar en la Ruta de l'Aigua. Cerca de diez voluntarios toman parte cada sábado en la actividad, que se inició el pasado 16 de julio y finalizará el próximo 29 de octubre. La mayoría de ellos son jóvenes de entre 18 y 30 años, aunque los hay también de 50 y 60 años. Como señala Bordonado, a todos les une su «sensibilidad ambiental» y curiosidad por adentrarse en la riqueza del Vinalopó.
La tarea de los voluntarios, ayudados en todo momento por el equipo coordinador de la actividad, es la de señalizar la ruta con las tradicionales marcas blancas y amarillas. En el argot senderista, estos dos colores simbolizan los senderos de medio recorrido.
Por otro lado, se hará un inventario de balizas donde no sea posible dejar marcas de pintura. Algunas de estas balizas tendrán un código de identificación que aparecerá más tarde en una guía de mano. La elaboración de esta guía es otro de los objetivos del proyecto. Bordonado confía en que la edición de los ejemplares, cuyo número no se ha concretado todavía, pueda ser una realidad a finales de noviembre. Esta guía, que incluirá fotos y textos explicativos de los puntos más importantes de la ruta, ayudará a los senderistas a «autointerpretar» el patrimonio del campo de Elche.
También para noviembre se espera la colocación de dos marquesinas que informen sobre los atractivos y la dificultad de la Ruta de l'Aigua. Estos paneles estarán al principio y al final del itinerario, es decir, uno en la ciudad y otro en Puçol.
Futuras rutas
Sin embargo, la Ruta de l'Aigua continuará su andadura el año que viene. En palabras de su responsable, «en principio la idea es poner en marcha la ruta para grupos de escolares y turistas». Tampoco se descarta una ampliación de la actual ruta, ya que se está pensando en la posibilidad de poner en marcha «una red de rutas».
El fin último es concienciar a la población sobre el desarrollo sostenible del agua, en un tiempo en el que se apuesta de forma decidida por la edificación masiva en las costas de la provincia.El fomento del ecoturismo será el resultado de un proyecto con el que los jóvenes, y los no tan jóvenes, emplearán su tiempo libre en recuperar un patrimonio tan desconocido como valioso.
Itinerario: Desde el Molí del Real en Elche, hasta el Centro Cultural de Puçol, pasando por acequias, azudes y presas.
Destinatarios: El proyecto se dirige a voluntarios de cualquier edad.
Propuestas refrescantes para pasar el verano las hay de muy diversa índole. El Consell de la Joventut d'Elx propone una curiosa iniciativa para el voluntariado ambiental: la señalización de un itinerario que recorra las infraestructuras de regadío del periodo musulmán.
En su segunda edición, la Ruta de l'Aigua pel Camp d'Elx pretende unir la ciudad con el Centro de Cultura Tradicional de Puçol. Para ello, y siguiendo el eje vertebrador del Vinalopó desde el Molí del Real, este sendero acercará a los caminantes elementos patrimoniales como las acequias Major del Pantano y de la Marchena, o los sistemas de azudes como el de los Moros o el del Derramador.
Según el responsable de esta actividad, Vicente Bordonado, el objetivo es aprovechar el tema de los usos tradicionales del agua para «poner en marcha un proyecto que pueda incluirse en la oferta turística de la ciudad», además de dar a conocer así el «patrimonio cultural y natural del campo de Elche a ilicitanos y visitantes». Bordonado llamó la atención sobre la continuidad de este proyecto de voluntariado que, a diferencia de otros, dejará para el futuro un itinerario ambiental con el que conocer más a fondo el municipio.
De hecho, un mayor conocimiento de la zona es lo que precisamente buscan los voluntarios que se deciden a participar en la Ruta de l'Aigua. Cerca de diez voluntarios toman parte cada sábado en la actividad, que se inició el pasado 16 de julio y finalizará el próximo 29 de octubre. La mayoría de ellos son jóvenes de entre 18 y 30 años, aunque los hay también de 50 y 60 años. Como señala Bordonado, a todos les une su «sensibilidad ambiental» y curiosidad por adentrarse en la riqueza del Vinalopó.
La tarea de los voluntarios, ayudados en todo momento por el equipo coordinador de la actividad, es la de señalizar la ruta con las tradicionales marcas blancas y amarillas. En el argot senderista, estos dos colores simbolizan los senderos de medio recorrido.
Por otro lado, se hará un inventario de balizas donde no sea posible dejar marcas de pintura. Algunas de estas balizas tendrán un código de identificación que aparecerá más tarde en una guía de mano. La elaboración de esta guía es otro de los objetivos del proyecto. Bordonado confía en que la edición de los ejemplares, cuyo número no se ha concretado todavía, pueda ser una realidad a finales de noviembre. Esta guía, que incluirá fotos y textos explicativos de los puntos más importantes de la ruta, ayudará a los senderistas a «autointerpretar» el patrimonio del campo de Elche.
También para noviembre se espera la colocación de dos marquesinas que informen sobre los atractivos y la dificultad de la Ruta de l'Aigua. Estos paneles estarán al principio y al final del itinerario, es decir, uno en la ciudad y otro en Puçol.
Futuras rutas
Sin embargo, la Ruta de l'Aigua continuará su andadura el año que viene. En palabras de su responsable, «en principio la idea es poner en marcha la ruta para grupos de escolares y turistas». Tampoco se descarta una ampliación de la actual ruta, ya que se está pensando en la posibilidad de poner en marcha «una red de rutas».
El fin último es concienciar a la población sobre el desarrollo sostenible del agua, en un tiempo en el que se apuesta de forma decidida por la edificación masiva en las costas de la provincia.El fomento del ecoturismo será el resultado de un proyecto con el que los jóvenes, y los no tan jóvenes, emplearán su tiempo libre en recuperar un patrimonio tan desconocido como valioso.