The change of the divert will carry worse water to the province

Sun, 14/08/2005

Información

El presidente de la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias defiende el nuevo trazado pero reconoce que el agua de Cullera tendrá que ser potabilizada

PERE ROSTOLL

Un alto cargo del Ministerio de Agricultura admitió ayer lo que, a la vista de los datos, parecía obvio: que el cambio de trazado del trasvase Júcar-Vinalopó traerá a la provincia agua de mucha peor calidad que si se mantuviera la actual conexión desde Cortes de Pallás. El presidente de la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias-Meseta Sur (Seiasa), Francisco Rodríguez Mulero, reconoció, durante una visita a la Subdelegación del Gobierno, que la calidad del agua del Azud de La Marquesa, el lugar de donde pretende tomarse ahora el agua, «no es la misma que la de la antigua toma» del trasvase Júcar-Vinalopó.

En una comparecencia junto a la subdelegada del Gobierno en Alicante, Etelvina Andreu, el dirigente de Agricultura, que obvió la cuestión del alto grado de salinidad que presenta el agua en ese punto del Júcar, reconoció, no obstante, que la «polémica» sobre la calidad del agua está justificada. El presidente de la sociedad pública explicó que el uso del agua del Azud de la Marquesa estará garantizado siempre y cuando se le aplique a esos recursos hídricos «un tratamiento potabilizador» y responsabilizó a la Generalitat de que la toma de Cullera no tenga mejor calidad. «Si el que tiene la competencia en materia de depuración -dijo Mulero en alusión a la Generalitat Valenciana, aunque sin citarla- cumpliera con sus compromisos, el agua de la Marquesa sería potable».
A pesar de reconocer que el cambio del trasvase traerá peor agua a la provincia, Rodríguez Mulero, sin embargo, aseguró que la toma desde Cullera será de mucha mayor calidad que la que estaba previsto trasvasar desde el Ebro con el Plan Hidrológico Nacional. El dirigente de la sociedad pública, que «vendió» durante su visita inversiones del Gobierno central en materia de modernización de regadíos por valor de 172,6 millones, apuntó que el cambio del trazado de la transferencia hídrica que, dijo, se hará de acuerdo a los informes de Medio Ambiente, tiene como finalidad «asegurar el agua» y no supondrá un retraso en la ejecución de las obras -habló del año 2009 cuando el final de las obras desde Cortes de Pallás estaba previsto para 2007- ni un sobrecoste para los usuarios.
El presidente de Seiasa remarcó que el Júcar-Vinalopó está garantizado por ley y defendió el cambió del trasvase porque permitirá trasvasar entre 50 y 70 hectómetros cúbicos anuales «si la Generalitat cumple sus funciones» respecto de la modernización de la Acequia Real del Júcar. Actualmente, no obstante, de los 45 tramos que deben renovarse, el Consell únicamente ha iniciado la ejecución de tres.
«El Gobierno quiere hacer el mejor trasvase», dijo, y añadió que las demandas de los agricultores coinciden con el planteamiento del PSPV para cambiar la toma de agua en el sentido de que se asegure la transferencia, que la obra sea pública, que su coste no sea superior al de los recursos que llegan del Tajo-Segura y que el plazo de ejecución no sea mayor que el previsto actualmente. En todo caso, Mulero alertó de que es posible «que no haya agua si la Generalitat» no acomete la modernización de los regadíos, ya que la actuación del Consell en esta materia «ha sido bastante liviana o casi inexistente». Si la Generalitat no actúa el caudal que se podría trasvasar desde La Marquesa se situaría en torno a los 20 ó 30 hectómetros cúbicos, según el Gobierno.
Por su parte, Etelvina Andreu se limitó a reiterar el «compromiso" del Ejecutivo que preside José Luis Rodríguez Zapatero de paliar el problema de los recursos hídricos de la provincia de Alicante con el fin de que haya «agua para siempre». En este sentido, calificó la actuación del Gobierno central de «discurso alejado de la demagogia y la propaganda» que realiza el PP y aseveró que el posible cambio del trazado del Júcar-Vinalopó «garantiza más agua».