The PHN will save the effects of the drought, according to Narbona (Environmental Minister)
Tue, 16/08/2005
La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, está convencida de que la ejecución durante los próximos años de todas las obras previstas en el nuevo Plan Hidrológico Nacional permitirá salvar los efectos de las sequías cíclicas y "excepcionales" como la que en la actualidad padece España.
Insistió sin embargo, en declaraciones a la Agencia Efe, en que será necesario incidir en políticas de gestión del recurso, sobre todo en medidas para propiciar el ahorro, y en que cualquier proyecto urbanístico deberá someterse a informes previos que garanticen, entre otras medidas medioambientales, la disponibilidad futura de agua.
"Sin medidas de gestión y control, España no tendrá agua cuando la necesite por muchas infraestructuras hidráulicas que tenga", dijo Narbona, y achacó los efectos de las sequías que cíclicamente padece la península a la ausencia de políticas de gestión y de control durante los años de bonanza.
Fue tajante en este sentido: "si se hubiera tenido un control más responsable de las aguas subterráneas y superficiales, España estaría hoy en condiciones de no sufrir ninguna tensión a causa de la sequía".
Advirtió de que el actual año hidrológico (que se inicia en octubre) está siendo "excepcional" por la escasez de precipitaciones, que no tiene precedentes en la historia reciente de España, y que a pesar de ello la única capital que ha sufrido restricciones serias de agua ha sido Huesca.
Observó que las obras de emergencia acometidas durante los últimos meses han permitido superar esa situación y garantizar el suministro de agua en todas las ciudades y el caudal necesario para atender las necesidades crecientes de agua en las zonas turísticas donde se concentra la población.
La ministra señaló que entre las obras que se han puesto en marcha recientemente estaban infraestructuras ejecutadas desde hace ya diez años, y citó el caso de la planta desalinizadora de Marbella que suministra a los municipios de la mancomunidad de la Costa del Sol, para cuya puesta en servicio el Ministerio ha tenido que abonar 40 millones de euros.
Recordó que se han acelerado también las inversiones en el litoral mediterráneo para aumentar la cantidad de agua disponible, y frente a quienes cuestionan la capacidad de plantas desalinizadoras como la inaugurada en San Pedro del Pinatar (Murcia) observó que el hectómetro cúbico de agua dulce que produce al mes asegura el abastecimiento urbano de todos municipios que dependen de la Comunidad de Canales del Taibilla (sur de Alicante y Murcia).
Además de por la desalinización del agua marina, la ministra de Medio Ambiente subrayó la importancia de incentivar medidas de gestión y de modernizar los regadíos y las infraestructuras hidráulicas, por cuyas conducciones se pierde -dijo- entre el veinte y el cuarenta por ciento del agua que se consume en el sector agrario español.
Narbona explicó que gestionar el recurso implica también tomar decisiones políticas "para determinar cómo se riegan los campos de golf o los jardines", y dijo que una Comunidad Autónoma tiene competencia suficiente para prohibir la utilización de un acuífero o aguas superficiales para esos fines.
Observó además que la sequía ha destapado este año otro problema: el de la calidad del agua debido a las altas concentraciones de productos químicos en la agricultura, y advirtió de que durante las últimas semanas se han sucedido varios ejemplos de cómo se tiene que interrumpir el suministro de agua a causa de ese tipo de contaminación.
La titular de Medio Ambiente lamentó que infraestructuras hidráulicas como pantanos o trasvases se hayan planificado y ejecutado sin conocer con exactitud su utilidad futura o sin atender la capacidad "real" de la cuenca cedente de dar agua a la cuenca receptora.
"Un trasvase es siempre conflictivo, porque supone confrontar las necesidades de agua de dos cuencas", y situó en esa conflictividad el Tajo-Segura o el futuro trasvase Júcar-Vinalopó.
La ministra recordó que este último trasvase prevé trasferir 80 hectómetros cúbicos desde el embalse de Cortes, en el Júcar, hasta las inmediaciones de Villena, en el Alto Vinalopó (Alicante), "pero a poco que se haga un estudio riguroso se apreciará que no se puede obtener esa cantidad".
Aseveró que las transferencias "generan transtornos y conflictos territoriales", y tras mostrarse convencida de que la mejor forma de evitar esa conflictividad es a través del autoabastecimiento de cada una de las cuencas, dijo que ese autoabastecimiento sólo se conseguirá en las cuencas que limitan con el mar desalinzando más agua.
Insistió sin embargo, en declaraciones a la Agencia Efe, en que será necesario incidir en políticas de gestión del recurso, sobre todo en medidas para propiciar el ahorro, y en que cualquier proyecto urbanístico deberá someterse a informes previos que garanticen, entre otras medidas medioambientales, la disponibilidad futura de agua.
"Sin medidas de gestión y control, España no tendrá agua cuando la necesite por muchas infraestructuras hidráulicas que tenga", dijo Narbona, y achacó los efectos de las sequías que cíclicamente padece la península a la ausencia de políticas de gestión y de control durante los años de bonanza.
Fue tajante en este sentido: "si se hubiera tenido un control más responsable de las aguas subterráneas y superficiales, España estaría hoy en condiciones de no sufrir ninguna tensión a causa de la sequía".
Advirtió de que el actual año hidrológico (que se inicia en octubre) está siendo "excepcional" por la escasez de precipitaciones, que no tiene precedentes en la historia reciente de España, y que a pesar de ello la única capital que ha sufrido restricciones serias de agua ha sido Huesca.
Observó que las obras de emergencia acometidas durante los últimos meses han permitido superar esa situación y garantizar el suministro de agua en todas las ciudades y el caudal necesario para atender las necesidades crecientes de agua en las zonas turísticas donde se concentra la población.
La ministra señaló que entre las obras que se han puesto en marcha recientemente estaban infraestructuras ejecutadas desde hace ya diez años, y citó el caso de la planta desalinizadora de Marbella que suministra a los municipios de la mancomunidad de la Costa del Sol, para cuya puesta en servicio el Ministerio ha tenido que abonar 40 millones de euros.
Recordó que se han acelerado también las inversiones en el litoral mediterráneo para aumentar la cantidad de agua disponible, y frente a quienes cuestionan la capacidad de plantas desalinizadoras como la inaugurada en San Pedro del Pinatar (Murcia) observó que el hectómetro cúbico de agua dulce que produce al mes asegura el abastecimiento urbano de todos municipios que dependen de la Comunidad de Canales del Taibilla (sur de Alicante y Murcia).
Además de por la desalinización del agua marina, la ministra de Medio Ambiente subrayó la importancia de incentivar medidas de gestión y de modernizar los regadíos y las infraestructuras hidráulicas, por cuyas conducciones se pierde -dijo- entre el veinte y el cuarenta por ciento del agua que se consume en el sector agrario español.
Narbona explicó que gestionar el recurso implica también tomar decisiones políticas "para determinar cómo se riegan los campos de golf o los jardines", y dijo que una Comunidad Autónoma tiene competencia suficiente para prohibir la utilización de un acuífero o aguas superficiales para esos fines.
Observó además que la sequía ha destapado este año otro problema: el de la calidad del agua debido a las altas concentraciones de productos químicos en la agricultura, y advirtió de que durante las últimas semanas se han sucedido varios ejemplos de cómo se tiene que interrumpir el suministro de agua a causa de ese tipo de contaminación.
La titular de Medio Ambiente lamentó que infraestructuras hidráulicas como pantanos o trasvases se hayan planificado y ejecutado sin conocer con exactitud su utilidad futura o sin atender la capacidad "real" de la cuenca cedente de dar agua a la cuenca receptora.
"Un trasvase es siempre conflictivo, porque supone confrontar las necesidades de agua de dos cuencas", y situó en esa conflictividad el Tajo-Segura o el futuro trasvase Júcar-Vinalopó.
La ministra recordó que este último trasvase prevé trasferir 80 hectómetros cúbicos desde el embalse de Cortes, en el Júcar, hasta las inmediaciones de Villena, en el Alto Vinalopó (Alicante), "pero a poco que se haga un estudio riguroso se apreciará que no se puede obtener esa cantidad".
Aseveró que las transferencias "generan transtornos y conflictos territoriales", y tras mostrarse convencida de que la mejor forma de evitar esa conflictividad es a través del autoabastecimiento de cada una de las cuencas, dijo que ese autoabastecimiento sólo se conseguirá en las cuencas que limitan con el mar desalinzando más agua.